La carretera que conecta Damasco y la frontera sur de Siria atraviesa una zona desértica interrumpida cada pocos kilómetros por pequeños pueblos y los restos grisáceos de las antiguas bases militares del régimen de Bashar el Asad, calcinadas por los impactos de los misiles israelíes.Prácticamente la totalidad de la infraestructura del antiguo ejército –desintegrado por completo el día en que el dictador huyó en avión a Moscú– ha sido arrasada por Israel desde el pasado diciembre. En ese momento, Tel Aviv dio por invalidado el acuerdo del 1974 que firmó con el padre de Bashar, Hafez el Asad y que establecía una zona de desmilitarización alrededor de los altos del Golán y expandió la presencia de sus tropas.
En localidades sirias como Quneitra, los soldados israelíes patrullan y han establecido check-points sin que el nuevo gobierno instalado en Damasco haga nada. Las fuerzas de HTS (Organización para la Liberación del Levante), integradas en las nuevas fuerzas armadas sirias, no tienen los efectivos ni la capacidad suficiente para hacer frente a los ataques israelíes, tanto por tierra como por aire.
El silencio ha sido hasta ahora la doctrina de Ahmed el Sharaa, el líder de la rebelión y nuevo presidente de Siria, quien ha asegurado en numerosas ocasiones que no busca la confrontación directa con sus vecinos. “Hemos anunciado desde el primer momento que Siria no supondrá una amenaza para ningún estado de la región o del mundo”, declaró el nuevo líder, quien a pesar de ello condena los ataques contra su país. Sin embargo, la expansión israelí en el sur no es bien recibida por los sirios del sur.
Durante la noche del miércoles, civiles armados se enfrentaron a una incursión israelí en los alrededores de Daraa, ciudad donde comenzó la revolución siria del 2011, en un altercado que dejó al menos nueve muertos según la agencia siria de noticias SANA. Pocas horas después, la aviación israelí alcanzó un edificio de investigación científica en Barzeh, un suburbio de Damasco. Según anunció el propio mando de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), también atacaron “capacidades militares” en Homs y Hama. El objetivo de esta última era el aeropuerto de Tiyas, conocido como T-4, y el lugar escogido por Turquía para establecer su primera base militar en territorio sirio, una información que publicó hace tan solo dos días el medio británico Middle East Eye .
Las tensiones entre Israel y Turquía han aumentado desde la caída del Bashar el Asad y el ascenso de HTS
El mismo medio reveló que Ankara está considerando el despliegue temporal de sistemas de defensa aérea S-400 en T4 o Palmira para asegurar el espacio aéreo durante los esfuerzos de reconstrucción. Sin embargo, aún no se ha tomado una decisión final y Rusia tendría que aprobarla. Mientras tanto, Ankara y Washington han mantenido conversaciones sobre el levantamiento de las sanciones impuestas a Turquía por la compra del sistema S-400 de fabricación rusa, lo que llevó a la expulsión de Turquía del programa de aviones de combate F-35 en el 2019.
El gobierno de Netanyahu no teme al irregular y débil ejército sirio, sino a su protector y financiador turco, quien planea aumentar su poder e influencia militar en la región. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan y El Sharaa habrían pactado ya la construcción de bases en Hama y en Tadmur, cerca de Palmira, un movimiento percibido como una amenaza por parte de Israel. A pesar de que las negociaciones se han mantenido en secreto, diversas filtraciones apuntan a que el futuro acuerdo entre ambos países garantizaría cobertura aérea y protección militar de Turquía al nuevo gobierno sirio.
Por ello, el ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, calificó el pasado febrero a HTS como “un grupo terrorista islamista yihadista”, en alusión al vínculo que guarda el grupo islamista con Al Nusra, rama siria de Al Qaeda, de la que se escindió en el 2016 pero de la cual aún quedan remanentes entre sus filas.
Una fuente de seguridad israelí declaró recientemente que cualquier base aérea turca en Siria socavaría la libertad de operación de Israel, según el medio Jerusalem Post . “Esta es una amenaza potencial que rechazamos”, añadió el mismo cargo militar, quien aseguró que el ataque a la base T4 se trata de un mensaje directo a Ankara: “No permitiremos ninguna amenaza a nuestra libertad operativa en el aire”.Tras los últimos choques en territorio sirio, Saar acusó a Turquía de desempeñar un “papel negativo” en Siria. “Están haciendo todo lo posible para convertir Siria en un protectorado turco. “Es evidente que esa es su intención”, dijo ayer en una conferencia de prensa en París. “No creíamos que fuera bueno cuando Siria era un proxy iraní… y no creemos que Siria deba ser un protectorado turco”, concluyó.
Según un medio británico, Erdogan ha prometido dar cobertura aérea al nuevo ejército sirio
El Gobierno de Erdogan, quien se enfrenta a fuertes protestas en su país por el arresto del líder de la oposición, se ha convertido en una de las principales molestias a nivel regional para Israel, quien considera que Ankara puede suponer un riesgo potencial a su seguridad mayor que Irán