Musk batalla por el cielo de Sudáfrica

Pugna en el gobierno sudafricano

La negativa a dar licencia a la empresa de conexión por satélite Starlink abre tensiones en el gobierno sudafricano

FILE - Elon Musk attends the finals for the NCAA wrestling championship, Saturday, March 22, 2025, in Philadelphia. (AP Photo/Matt Rourke, file)
Matt Rourke / Ap-LaPresse

Rayos y truenos por Musk en los cielos de Sudáfrica. El agrio pulso que Elon Musk, propietario de Tesla, SpaceX y X (antiguo Twitter), mantiene desde hace meses con el gobierno sudafricano para conseguir que su servicio de internet por satélite, Starlink, pueda establecerse en el país ha abierto un cisma en la frágil coalición entre el Congreso Nacional Africano (CNA) y el partido “blanco”, Alianza Democrática (AD), que lidera el estado africano desde las elecciones del año pasado.

Musk, que nació en 1971 en Sudáfrica y luego emigró a Canadá y Estados Unidos, acusó incluso de racista al ejecutivo sudafricano por no conceder la licencia para que su empresa pueda operar en su país natal. Desde su cuenta de X, con 219’1 millones de seguidores, el hombre más rico del mundo fue tan escueto como directo. “A Starlink no se le permite operar en Sudáfrica porque yo no soy negro”, escribió. 

Según la ley sudafricana, aprobada tras el fin del régimen racista blanco del apartheid para compensar décadas de discriminación y distribución desigual de la riqueza, las empresas extranjeras como Starlink deben tener un 30% de la propiedad en manos de grupos históricamente desfavorecidos (negros, principalmente, aunque también mestizos e indios) para poder dar servicio en su territorio. Musk comentaba en su polémico tuit una entrevista en la que el multimillonario sudafricano Robert Hersov denunciaba que en su país hay “140 leyes basadas en la raza, todas antiblancas” y acusaba a los políticos de aprobar “un sinfín de leyes antiblancas, que nos están dejando como una rana nadando en una olla hirviendo”.

Musk ve racista la exigencia por ley de que el 30% de la propiedad de su empresa de satélites deba ser de grupos desfavorecidos

La presión de Musk ha abierto una brecha en el gobierno sudafricano desde la que ha surgido un inesperado aliado para los intereses del amigo y consejero del presidente de EE.UU., Donald Trump. 

Discriminación positiva a la población negra

La ley sudafricana, aprobada tras el fin del régimen racista blanco del apartheid, busca compensar décadas de discriminación y distribución desigual de la riqueza

Solly Malatsi, ministro de comunicaciones y tecnologías digitales y uno de los miembros de gobierno del partido opositor AD, contrario a las leyes de discriminación positiva del CNA, trabaja en una nueva directiva para que Starlink, y otros proveedores similares, puedan sortear los requerimientos de propiedad negra y así obtener licencias si invierten a cambio en comunidades desfavorecidas. 

Búsqueda de opciones

El ministro de comunicaciones y tecnologías digitales, uno de los miembros de gobierno del partido opositor AD, trabaja en una alternativa para abrir vía a Musk

La norma, que antes de entrar en vigor tendría que pasar por un proceso de consulta pública con la Autoridad Independiente de Comunicaciones de Sudáfrica, que regula la industria de las telecomunicaciones, ha abierto la caja de Pandora.

Esta semana, Khusela Sangoni Diko, del CNA y presidenta del comité de comunicaciones del Parlamento, ante el que Malatsi debe rendir cuentas, subrayó que la “transformación” de la ley no es negociable. “El ministro está buscando atajos y erosionar así logros transformadores que costó mucho conseguir”, señaló en un comunicado. Diko destacó además que otros operadores de satélite están interesados en invertir en el país y están dispuestos a cumplir las normas. “No hay necesidad de depender excesivamente ni obsesionarse con un único proveedor de satélite”, zanjó.

“El ministro está buscando atajos y erosionar así logros transformadores que costó mucho conseguir”

Khusela DikoPresidenta del comité de comunicaciones del Parlamento

Malatsi insiste en que para atraer compañías extranjeras, otros sectores industriales claves en la economía sudafricana ya permiten “equivalentes de equidad” como alternativa a las exigencias de propiedad. Para el ministro, estos equivalentes “han sido instrumentales en atraer inversiones muy necesarias en áreas como la industria del automóvil” y que esa flexibilidad ha ”brindado oportunidades e impulsado el desarrollo” de comunidades desfavorecidas.

La polémica es un nuevo capítulo entre la tensión entre Sudáfrica y Musk, y por extensión con Estados Unidos. El magnate de la tecnología espacial, muy influyente en el presidente Trump, ha sido muy crítico con la nueva ley de propiedad de tierras aprobada en enero y que llevó al republicano a ofrecer asilo en EE.UU. A los granjeros afrikáners por, según él, estar discriminados en Sudáfrica.

En marzo, Musk publicó también en X un vídeo de Julius Malema, un político sudafricano de extrema izquierda, cantando una canción contra los bóers y denunció que los políticos locales estaban «promoviendo activamente el genocidio blanco».

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...