Los Reyes han vuelto a la plaza de San Pedro para la asistir a la misa de inicio de pontificado de León XIV, tres semanas después de acudir al funeral por el papa Francisco. En esta ocasión jubilosa, la reina Letizia, al igual que Matilde de Bélgica, la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo y la princesa Charlene de Mónaco, ha hecho uso del privilegio de blanco que, en tiempos de la Reforma protestante, el Vaticano concedió a las reinas y consortes de las casas reales que se habían mantenido fieles al papa de Roma.
Tras la misa, el Papa ha recibido en el interior de la basílica a las diferentes delegaciones. Los Reyes se han encontrado por primera vez con León XIV con quien han hablado unos minutos. Según ha hecho público la Zarzuela, los Reyes “han transmitido a Su Santidad el Papa la felicitación y los mejores deseos en nombre del pueblo español, del Gobierno y de la familia real para un venturoso pontificado, y que esperan verle pronto por España.”
La Reina ha escogido un vestido midi con escote asimétrico por drapeado en forma de nudo confeccionado en crepe color blanco de la firma Redondo Brand y mantilla de encaje y tul blanca de la casa sevillana Lina, conjuntada con bolso blanco de Carolina Herrera y zapatos beis de Magrit y, como únicas joyas unos pendientes de brillantes con perla colgante. El Rey, que en el funeral de Francisco llevó traje oscuro, ha llevado, en esta ocasión, uniforme de etiqueta de capitán general del ejército de Tierra.
Es la segunda ocasión en la que Letizia viste de blanco en el Vaticano. Lo hizo, por primera vez en el mes de junio de 2014, cuando, tras la proclamación de Felipe VI, viajó al Vaticano para visitar al papa Francisco. En aquella ocasión lució un traje chaqueta blanco y no llevó mantilla ya que se trató de una audiencia y no una ceremonia solemne como la que hoy ha tenido lugar en la plaza de San Pedro.
Felipe y Letizia estuvieron en la misa de inicio de Pontificado de Francisco, que tuvo lugar el 13 de marzo de 2013, y la entonces princesa de Asturias vistió de negro.
Los Reyes, este domingo, en la plaza de San Pedro del Vaticano
De izquierda a derecha: la embajadora, Isabel Celaá; el ministro de Justicia, Félix Bolaños; la vicepresidenta María Jesús Montero; los Reyes, la vicepresidenta Yolanda Díaz; el líder de la oposición Alberto Núñez Feijóo y la secretaria general de la Casa del Rey, Mercedes Araujo
Los Reyes, como en el pasado funeral, han estado acompañados por las vicepresidentas del Gobierno María Jesús Montero y Yolanda Díaz, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
El protocolo vaticano, como sucedió en el pasado funeral, ha dado preferencia a los representes del país de origen y nacionalidad del nuevo Papa, por lo que en la primera fila se sienta el vicepresidente de los Estados Unidos, J.D. Vance; y la presidenta de Perú, Dina Baluarte. Junto a ellos, el presidente y la primera ministra de Italia, Sergio Mattarella y Giorgia Meloni.
El Rey saluda a Felipe de Bélgica, en presencia de la reina Matilde y la reina Letizia, este domingo en la plaza de San Pedro
Charlene y Alberto de Mónaco; María Teresa y Enrique de Luxemburgo; Alois y Sofía de Liechtenstein y los reyes Felipe y Letizia )
A continuación, por orden alfabético, los representantes de las casas reales por orden alfabético, comenzando por el copríncipe de Andorra, monseñor Joan-Enric Vives i Sicilia, arzobispo de la Seu d'Urgell. Los reyes Felipe y Matilde de Bélgica y a su lado, el jeque Sheikh Saud bin Saqr al Qasimi, de Emiratos Árabes Unidos; Felipe y Letizia; los príncipes herederos Alois y Sofía de Liechtenstein, los grandes duques Enrique y María Teresa de Luxemburgo; los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco y la reina Máxima de Holanda; la princesa Victoria de Suecia y el príncipe Eduardo de Inglaterra.
Alberto y Charlene de Mónaco a su llegada a la plaza de San Pedro, este domingo )
El privilegio de blanco puede ser usado en estos momentos por las reinas Sofía y Letizia; Matilde y Paola de Bélgica, la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo y la princesa Charlene de Mónaco. La esposa del príncipe Alberto hizo suya esa prerrogativa a pesar de que su antecesora, la princesa Gracia, devota católica, nunca se vistió de blanco delante del papa ya que Mónaco no es exactamente una casa real. Cuando Charlene se presentó, por primera vez, ante Benedicto XVI, el Vaticano optó por hacer extensivo el privilegio de blanco también a la princesa monegasca.
