Trump y Musk, historia de un ‘bromance’ predestinado al fracaso

EE.UU.

La pelea entre el presidente estadounidense y el dueño de Tesla supone el golpe definitivo a una relación repleta de altibajos

Horizontal

El presidente estadounidense, Donald Trump, y Elon Musk, en la Casa Blanca el pasado 24 de marzo

Roberto Schmidt / AFP

Era una historia de amor predestinada al fracaso, y ayer se consumó el divorcio de la forma más cruda: a través de las redes sociales, con un cruce de reproches y ataques personales. El bromance Donald Trump y Elon Musk se desintegró a la vista de todos, días después de que el hombre más rico del planeta, que había invertido millones de su fortuna personal en la elección del presidente, abandonara la Casa Blanca y mostrara su rechazo a la nueva ley fiscal republicana. Fue el golpe definitivo a una relación que, desde el inicio, estuvo marcada por los altibajos. Aquí un repaso a los momentos más significativos.

Noviembre del 2016: Trump “no es la persona adecuada”

En noviembre del 2016, en vísperas de las elecciones presidenciales que enfrentaban a Donald Trump con Hillary Clinton, Musk expresó abiertamente su rechazo al candidato republicano. En una entrevista a la cadena CNBC, dijo que no era “la persona adecuada” para dirigir el país. “No parece tener el tipo de carácter que refleje bien a Estados Unidos”, aseguró el empresario, quien consideraba que las propuestas de Clinton eran “las correctas”.

Horizontal

Elon Musk, en una presentación de Tesla

Frederic J. Brown / AFP

Diciembre del 2016: Musk, consejero de Trump

Musk cambió pronto de opinión: en diciembre, cuando Trump ganó las elecciones, fue nombrado para dos consejos asesores del futuro presidente, junto con otros empresarios tecnológicos como el director de Uber, Travis Kalanick. Criticado por su giro, el dueño de Tesla argumentó que aprovecharía su posición para influir en las políticas ambientales y migratorias.

Junio del 2017: primera ruptura

El primer acercamiento de Musk a Trump duró poco: en junio del 2017, después de que el presidente anunciara la retirada de EE.UU. del acuerdo climático de París –una de sus promesas electorales–, el magnate sudafricano dimitió de los consejos asesores. “El cambio climático es real. Abandonar París no es bueno ni para América ni para el mundo”, dijo.

Enero del 2020: “Uno de los mayores genios”

Pese a la precipitada marcha de Musk del entorno presidencial, a principios del 2020, una entrevista a la CNBC, Trump alabó la inteligencia del empresario, calificándolo como “uno de los mayores genios” del país, a la altura de Thomas Edison. “Queremos valorar a este tipo de gente”, dijo el presidente, quien, unos meses después, en plena pandemia, apoyaría a Musk en su pulso con las autoridades de California, que querían que cerrara temporalmente su fábrica de Tesla.

Julio del 2022: cruce de ataques

Los halagos de Trump no evitaron que, en julio del 2022, Musk dijera que Trump tenía que renunciar a un segundo mandato. “No odio al hombre, pero es el momento de que Trump cuelgue su sombrero y se retire”, escribió en Twitter. “¿De verdad queremos ver un elefante en una cacharrería todos los días?”. Trump reaccionó con furia a través de un mensaje en Truth Social, diciendo que los “proyectos subsidiados” de Musk, como sus “coches sin conductor que se estrellan o cohetes que no van a ninguna parte”, no valdrían nada sin su apoyo.

Noviembre del 2022: Musk le abre a Trump la puerta de Twitter

A pesar de su riña veraniega, en noviembre del 2022, después de cerrar el acuerdo para comprar Twitter por 44.000 millones de dólares, Musk anunció que restablecería la cuenta de Trump en esa red social, revirtiendo así el veto que se le impuso al presidente tras la insurrección del Capitolio. El empresario tecnológico basó su decisión en una encuesta abierta a todos los usuarios de la plataforma, en la que el sí ganó con el 51,8% de los votos. “El pueblo ha hablado. Trump será restituido. Vox Populi, Vox Dei”, escribió Musk.

Julio del 2024: Musk apoya a Trump

Al inicio de la campaña presidencial del 2024, Musk había asegurado que quería mantenerse neutral –“Solo para ser superclaro, no donaré dinero a ningún candidato”, escribió en X–, pero el intento de atentado contra Trump ocurrido el 13 de julio en un mitin en Butler le hizo cambiar de postura. Instantes después del magnicidio frustrado, Musk manifestó su “apoyo completo” al líder republicano. El magnate sudafricano no solo le proporcionaría a Trump un chorro de dinero –más de 277 millones de dólares; fue el donante más generoso de la campaña–, sino también el altavoz en su red social: Musk incluso entrevistó a Trump en X, en una larga charla en la que el empresario sudafricano ya se postuló para supervisar la reducción del Gobierno federal.

Horizontal

Trump y Musk, en un mitin en Butler, el 5 de octubre del 2024

Jim Watson / AFP

Noviembre del 2024: “Ha nacido una estrella”

En la recta final de la campaña presidencial, Musk se convirtió en una de las figuras más destacadas del núcleo duro de Trump: participó en varios mitins exhibiendo camisetas y gorras MAGA, giró por el país repartiendo cheques de un millón de dólares a cambio de votos y fue un visitante asiduo de Mar-a-Lago. Un apoyo que tuvo su premio: el 6 de noviembre, en su discurso de victoria, Trump agradeció públicamente la labor de Musk. “Ha nacido una estrella: ¡Elon!”, dijo.

Enero del 2025: Musk, responsable del DOGE

Nada más regresar a la Casa Blanca, Trump anunció que Musk codirigiría con el excandidato republicano Vivek Ramaswamy el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), con el objetivo aplicar un recorte drástico en el gasto público. Al frente de este organismo, Musk llevó a cabo despidos masivos en las agencias federales y tuvo acceso a datos sensibles de la Administración. Sus acciones, ajenas al escrutinio del Congreso, suscitaron las críticas de numerosos expertos jurídicos, que también señalaron un posible conflicto de intereses entre la Casa Blanca y los negocios del empresario.

Elon Musk, chief executive officer of Tesla Inc., left, and US President Donald Trump in a Tesla Model S vehicle on the South Lawn of the White House in Washington, DC, US, on Tuesday, March 11, 2025. Trump said he'll buy a new Tesla to support Elon Musk, after shares of the electric-car maker had their worst day in four years amid a growing backlash over Musk's political allegiances. Photographer: Samuel Corum/Sipa/Bloomberg

Trump y Musk, a bordo de un Tesla, el pasado 11 de marzo

Samuel Corum / Bloomberg

Febrero del 2025: comparecencia conjunta en el despacho oval

Ajeno a las críticas, el 11 de febrero, Trump firmó una orden ejecutiva para expandir el poder del DOGE. Lo hizo ante las cámaras, en el despacho oval, en compañía del propio Musk, que acudió con su hijo X. El propietario de Tesla y SpaceX aprovechó la ocasión para cargar contra la burocracia y defender su papel: “El pueblo votó por una reforma gubernamental importante y eso es lo que va a conseguir. De eso se trata la democracia”, dijo, obviando que a él no le había votado nadie. La comparecencia conjunta se produjo dos días después de que la revista Time mostrara en su portada a Musk sentado detrás del escritorio presidencial, un fotomontaje que daba a entender que el magnate era quien realmente estaba al cargo del país.

Horizontal

Musk, con su hijo X, compareciendo con Trump en el despacho oval, el pasado 11 de febrero

JIJim Watson / AFP

Mayo del 2025: Musk abandona la Casa Blanca

La omnipresencia de Musk acabó despertando recelos entre altos cargos de la Administración, que consideraban que el empresario se estaba extralimitando en sus funciones. Al mismo tiempo, el magnate vio cómo su actividad política tenía una repercusión negativa en sus negocios. La situación de Musk se hizo insostenible, si bien todo empeoró con la tramitación de la ley fiscal de Trump, que el multimillonario consideraba nociva. Así, el 30 de mayo, coincidiendo con el fin de su plazo como “empleado especial”, Musk celebró una rueda de prensa en el despacho oval para anunciar su salida de la Casa Blanca. Trump le despidió con amabilidad, alabando su labor al frente del DOGE. “Elon no se irá”, dijo. “Va a estar yendo y viniendo, tengo ese presentimiento”.

Junio del 2025: ruptura total

La imagen de sintonía de Trump y Musk se hizo añicos rápido: el pasado martes, Musk cargó abiertamente en X contra el proyecto de ley fiscal, tildándolo de “abominación repugnante”. Trump contraatacó ayer, asegurando a la prensa que su exasesor estaba al tanto de la reforma, y que no había dicho nada, acusación que Musk negó. La pelea fue subiendo de tono a través de las redes sociales, hasta la explosión final: el presidente amenazó a Musk con cancelar sus contratos gubernamentales, y el empresario se revolvió lanzando “la bomba más gorda”: “Trump figura en la lista Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se ha hecho pública”, aseguró.  El bromance, consumido por las llamas de la ira.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...