Los servicios de inteligencia de Estados Unidos se han enzarzado en una batalla en torno a la efectividad del ataque a las instalaciones nucleares iraníes. Si el martes se filtraba un informe del Pentágono en el que se indicaba que el bombardeo estadounidense de las plantas de Fordow, Natanz e Isafahán solo serviría para retrasar unos meses el programa atómico iraní, ayer la CIA aseguró que la ofensiva aérea fue todo un éxito, en línea con el discurso triunfalista de Donald Trump.
“La CIA puede confirmar que un conjunto de información fidedigna indica que el programa nuclear iraní ha resultado gravemente dañado por los recientes ataques selectivos”, dijo el director de la agencia, John Ratcliffe, quien agregó que las instalaciones atacadas “fueron destruidas” y “deberán reconstruirse a lo largo de los años”.
Según Ratcliffe, su evaluación de daños es más fiable que la del informe del Pentágono –que fue elaborado por la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés) poco más de 24 horas después de los bombardeos–, ya que la CIA dispone de “nueva información”.
Para Trump, el bombardeo fue una “acción decisiva”, que permitió “asegurar que Irán no pueda tener capacidad nuclear”
El propio Trump quiso restar ayer credibilidad al informe del Pentágono, asegurando que era “muy poco concluyente”. Para el presidente estadounidense, el bombardeo a las instalaciones nucleares fue una “acción decisiva”, que permitió “asegurar que Irán no pueda tener capacidad nuclear”. Trump incluso comparó la operación con el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, que precipitó la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial. “No quiero usar el ejemplo de Hiroshima, no quiero usar el ejemplo de Nagasaki, pero fue esencialmente lo mismo. Aquello acabó con aquella guerra. Esto puso fin a la guerra”, dijo el republicano desde cumbre de la OTAN en La Haya. El pasado sábado, tras el bombardeo, Trump había calificado el ataque de “éxito militar espectacular”, ya que las instalaciones nucleares iraníes habían sido “totalmente arrasadas”.
Este jueves, el director de la CIA acudirá al Senado para informar sobre el ataque Irán. Además, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Dan Caine –que también comparecerán en la cámara legislativa–, ofrecerán una rueda de prensa en la que abordarán el asunto.
No es la primera vez que los informes de inteligencia son objeto de polémica en Estados Unidos. Hace más de dos décadas, en el 2003, el Gobierno de George W. Bush justificó la invasión de Irak basándose en un informe sobre armas de destrucción masiva que posteriormente se reveló poco fiable. Y, más recientemente, la CIA atribuyó el origen de la pandemia del coronavirus a una fuga en un laboratorio chino, si bien la propia agencia asignó un bajo grado de confianza a esa conclusión, sugiriendo que las pruebas eran deficientes, inconclusas y contradictorias.