El Constitucional suspende a la primera ministra de Tailandia por una filtración

Jaque a Thaksin

Paetongtarn Shinawatra, víctima de la filtración de su llamada con Hun Sen, tercera autoridad de Camboya

El Constitucional suspende a la primera ministra de Tailandia por una filtración
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El Constitucional suspende a la primera ministra de Tailandia por una filtración

AFP

Tailandia se repite. El Tribunal Constitucional  decidió este martes suspender del cargo a la primera ministra, Paetongtarn Shinawatra, tres días después de que una numerosa concentración de logística perfecta exigiera exactamente eso. Los magistrados han aceptado por unanimidad aceptar la petición de un grupo de 36 senadores conservadores para que analicen si Paetongtarn cometió traición en una conversación telefónica con Hun Sen, actualmente número tres en la jerarquía de Camboya tras su propio hijo y el rey. 

El Constitucional suspende a la primera ministra de Tailandia por una filtración

La primera ministra suspendida, Paetongtarn Shinawatra, a su llegada a su último consejo de ministros, esta mañana, con una expresión que lo dice todo. 

Athit Perawongmetha / Reuters 

En la llamada,  que fue filtrada por el viejo dictador -hoy presidente del Senado- Paetongtarn Shinawatra habla con displicencia sobre un general tailandés que había manifestado estar a punto para entrar en acción en la frontera con Camboya, tras días de tensión y una escaramuza en la que hace un mes murió un soldado veterano del ejército de Camboya. “Tío, no haga caso, es nuestro oponente”, dijo la entonces primera ministra. Se da la circunstancia de que Hun Sen acogió a su padre, Thaksin Shinawatra, y a su tía, Yingluck Shinawatra, después de que ambos perdieran el poder debido a la oposición frontal de la cúpula militar y burocrática monárquica. Una sobrina de estos, además, está casado con una de las manos derechas de Hun Sen y de su hijo Hun Manet, actual primer ministro camboyano. 

El tribunal ordenó a la primera ministra que abandone sus funciones temporalmente a partir de hoy martes, hasta que tome una decisión definitiva sobre su caso.

El grupo acusa a la dirigente, quien llegó al poder hace apenas diez meses, de una “grave falta ética” durante dicha conversacíon. Paetongtarn, de 38 años, ha dicho que lo único que buscaba era que las aguas volvieran a su cauce con la mejor estrategia de comunicación, pero sus adversarios han querido ver en su tono, casi filial, debilidad y claudicación. 

De ahí el relativo éxito de la manifestación nacionalista del sábado pasado en Bangkok, que reclamaba su salida, en el monumento de la Victoria (una efímera victoria territorial tailandesa en Camboya, hasta las puertas de Angkor Wat, durante la Segunda Guerra Mundial). La novedad de la convocatoria es que sumaba a las filas tradicionales de los “camisas amarillas” -clase media conservadora- sectores más modestos. Estos fueron barridos por el golpe de Estado de 2014. 

Un antiguo dirigente de los “camisas rojas”, que ha cambiado de bando, compartía escenario con quien había sido su antagonista, el demogogo de los “camisas amarillas”, Sondhi Limthongkul, con rencillas de negocios muy antiguas con su exsocio y luego enemigo, Thaksin Shinawatra. Sondhi -ahora en camisa blanca- pedía este sábado, explícitamente, un golpe de estado militar. Entre el público había muchos partidarios del general Prayut, que dejó el poder hace menos de dos años. Pero el ejército, que modula más que sigue los acontecimientos, de momento no tiene por qué bajar al ruedo, habiendo una mayoría de jueces en la misma longitud de onda. 

Aunque el panel de nueve magistrados decidió aceptar el caso por unanimidad, la suspensión de la dirigente registró siete votos favorables y dos desfavorables. La joven política tiene quince días para presentar su defensa, pero el caso podría alargarse durante bastantes más semanas o incluso meses. 

Déjà Vu en Tailandia

Veinte años de coordinación entre la cúpula militar y judicial y la movilización callejera

Desde el punto de vista europeo, lo que llama la atención es que un oficial del ejército se pronuncie sobre asuntos políticos. No que una jefa de gobierno emplee un lenguaje diplomático con un estadista con edad para ser su padre.  Todavía llama más la atención que una filtración interesada del “enemigo”  sea precisamente la prueba de cargo de su connivencia con dicho “país hostil”. La separación de poderes nunca ha sido un punto fuerte en Tailandia. De hecho, la película de los hechos es un déjà vu desde 2004, cuando Thaksin fue expulsado del poder, por presión de la cúpula militar monárquica, como luego lo sería su hermana . Entre medio, también un cuñado de Thaksin ocupó temporalmente la jefatura de gobierno. 

Su hija Paetongtarn Shinawatra parecía ser la última carta de Thaksin para seguir moviendo los hilos desde la sombra. Un naipe que ahora aparece quemado. La misma interesada, casada con un expiloto, profesional de la gestión hotelera y madre de dos niños -uno de ellos de menos de dos años- ha dicho que seguirá trabajando por el país “como una tailandesa más”. Paetongtarn tuvo la precaución de nombrarse a sí misma ministra de Cultura para seguir en el gabinete pase lo que pase (el rey Rama X firmó la remodelación ministerial, tras la salida del gobierno de un partido derechista, esta misma mañana).

Hoy mismo ha comenzado también la vista de la querella contra el magnate Thaksin Shinawatra por una entrevista concedida hace diez años a una revista surcoreana, en la que presuntamente habría ofendido a la monarquía, algo que le podría acarrear hasta quince años de cárcel. 

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El magnate, exprófugo y exprimer ministro Thaksin Shinawatra gobernaba a través de su hija Paetongtarn. Los planes de ambos de legalizar el juego y los casinos, en perjuicio de Camboya y beneficio propio, ahora en entredicho

LILLIAN SUWANRUMPHA / AFP

Tras la suspensión de su hija, el gobierno será dirigido de manera interina por el recién nombrado viceprimer ministro -además de ministro de Transporte- Suriya Jungrungreangkit. Se da la circunstancia de que Suriya es el tío de Thanatorn Jungrungreangkit, el cofundador de Futuro Adelante, tras su supensión reconvertido en Avanzar, a su vez, suspendido y reconvertido en el actual Partido Popular. Aunque Thanatorn está inhabilitado por diez años -como su inmediato sucesor, Pita Limjaroenrat, el más votado en las elecciones de hace dos años- sigue siendo el motor del principal partido de la oposición, favorito en las encuestas. 

El empresario Suriya, igualmente vinculado al conglomerado de automoción Thai Summit y al grupo mediático Matichon, a sus 72 años ha estado en todas las salsas. Ha sido ministro bajo los Thaksin y también bajo el general Prayut, bajo siglas de  distinto signo. Proviene, como la familia Shinawatra -y antes que Paetongtarn, Srettha Thavisin- de la  élite empresarial tailandesa de raíces chinas. Sin embargo, el grupo industrial de la familia Jungrungreangkit se caracteriza por fabricar componentes para todas las firmas japonesas del automóvil y, en menor grado, estadounidenses. Un mapamundi que no coincide con el de la cúpula militar, que persigue -como todos los países del sudeste asiático excepto las Filipinas de Ferdinand Marcos II- una equidistancia entre superpotencias y, singularmente, una buena relación con una China en ascenso. 

Thai Summit Group

Suriya, primer ministro interino, es tío de Thanatorn, motor del partido liberal que fue el más votado en los últimos comicios

En todo caso, en el caso probable de que Paetongtarn Shinawatra sea oficialmente destituida, el Parlamento deberá escoger inmediatamente un nuevo primer ministro que termine con la interinidad. 

Los “camisas rojas” reaparecieron fugazmente y en pequeño número el viernes, en la sede de Pheu Thai, el partido de los Shinawatra. Dicha sede está -según algunos, no por casualidad- junto a la torre de Thai Summit. La nueva cúpula del Partido Popular -ex Avanzar- tomó posesión, sin ningún pudor, en la misma torre del grupo de automoción que los patrocina. Muchos jóvenes votaron en masa hace dos años por sus propuestas reformistas y una tímida contestación de la camisa de fuerza monárquica sobre la libertad de expresión. A su izquierda no hay nada. Como en Turquía, ese espacio político fue aplastado manu militari en los setenta y ochenta. El delfín del partido naranja, Thanathorn, decía que su referente político en España era Ciudadanos. Muchas embajadas europeas y norteamericanas se movilizaron a su favor cuando se le empezaron a acumular querellas en los juzgados. 

El establishment de Bangkok observa hasta donde puede llegar ahora, sin provocar una reacción de signo opuesto en las calles. Si esta no llega o es débil, el ejército podría volver a tomar cartas en el asunto. Sin intermediarios. La diplomacia está siendo sustituida por la ley del más fuerte en las relaciones internacionales y, llegado el caso, Tailandia se blindará. 

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