El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó ayer en su casa de Buenos Aires a la exmandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que está en arresto domiciliario y con tobillera electrónica desde el 17 de junio, cumpliendo una condena de seis años de prisión por corrupción. La visita solo fue posible tras la autorización del juez de vigilancia penitenciara.
Fernández publicó en X dos fotos con Lula y aprovechó la ocasión para volver a cuestionar su condena por un “Poder Judicial que hace tiempo dejó de disimular su subordinación política y se convirtió en un partido político al servicio del poder económico”.
La expresidenta considera que sufre lawfare , como en su día le sucedió al líder brasileño. “Lula también fue perseguido, también le hicieron lawfare hasta meterlo preso, también intentaron callarlo. No pudieron. Volvió con el voto del pueblo brasileño y la frente en alto”, escribió.
Lula viajó a Buenos Aires para participar en la cumbre semestral del Mercosur, en la que el presidente argentino, Javier Milei, traspasó al brasileño la presidencia del bloque. A pesar de que Brasil es el principal socio comercial de Argentina, Milei y Lula no han mantenido nunca una reunión bilateral ni han realizado visitas oficiales recíprocas debido a las reticencias ideológicas del líder ultraderechista argentino. En su discurso en la cumbre, Milei amenazó con abandonar el Mercosur, una decisión que solo puede tomar el Congreso argentino.
Por su parte, Lula también subió una foto a su cuenta de X se solidarizó con la situación de Fernández. Lula y expresó su “solidaridad con ella por todo lo que ha vivido”. El presidente progresista brasileño deseó a Kirchner “toda la fuerza para continuar luchando con la misma determinación que ha sido el sello distintivo de su trayectoria en la vida y en la política”. “Pude sentir el apoyo popular que ha recibido en las calles”, añadió Lula.