Macron anuncia una fuerte aceleración del gasto en defensa

LA ESTRATEGIA FRANCESA

“Para ser libres hay que ser temidos,  y para ser temidos hay que ser potentes”, afirma el presidente francés en su discurso a los ejércitos

El presidente francés, Emmanuel Macron, flanqueado por el primer ministro, François Bayrou (izquierda de la imagen), y el titular de Defensa, Sébastien Lecornu, durante el discurso a los ejércitos previo a la fiesta nacional del 14 de julio.

El presidente francés, Emmanuel Macron, flanqueado por el primer ministro, François Bayrou (izquierda de la imagen), y el titular de Defensa, Sébastien Lecornu, durante el discurso a los ejércitos previo a la fiesta nacional del 14 de julio.

LUDOVIC MARIN / AFP

Emmanuel Macron ha anunciado este domingo una fuerte aceleración del gasto en defensa de Francia para fortalecer sus fuerzas armadas y hacer frente a las crecientes amenazas en la escena internacional. El presidente francés ha explicado la nueva estrategia durante el tradicional discurso a los ejércitos, en la sede del Ministerio de Defensa, la víspera de la fiesta nacional, el Día de la Bastilla, mañana lunes.

El presupuesto militar francés debe llegar a 64.000 millones de euros en el 2027, el último año del segundo mandato de Macron. Eso supone adelantar  en tres años un objetivo que se había fijado para el 2030.  En el 2026  se dedicarán por tanto 3.500 millones de euros adicionales, que serán 3.000 más en el 2027. El gasto en defensa se habrá así doblado respeto al del 2017, cuando el actual jefe de Estado llegó al Elíseo.

Lo que persigue Macron parece la cuadratura del círculo, pues Francia, muy endeudada y bajo supervisión de la UE, debe apretarse el cinturón. El martes, el primer ministro, François Bayrou, tiene que anunciar las líneas maestras del presupuesto del 2026, para el que se prevé unos recortes de 40.000 millones de euros. Según el presidente, el esfuerzo suplementario en defensa no puede conducir a más deuda. “Nuestra independencia militar es indisociable de nuestra independencia financiera -aseguró-. Será pues financiado por más actividades y más producción”. Será Bayrou a quien le corresponderá descifrar esta enigmática fórmula.

Se esperaba tal vez un anuncio sobre un servicio militar voluntario, aunque Macron indicó que la decisión se tomará en otoño después de un estudio a fondo de la materia por el ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, y el jefe del Estado Mayor Thierry Burkhard.

Desde el principio de su intervención, el jefe de Estado dramatizó las cosas y sostuvo que la experiencia de los últimos años muestra que “lo peor puede llegar”. “Nunca desde 1945 nuestra libertad ha estado tan amenazada”, dijo en dos ocasiones, y se refirió a “un arco de crisis” que va desde el golfo de Guinea a Irán, pasando por el Sahel y Oriente Medio. “Cuando no hay más reglas, es la ley del más fuerte la que gana”, advirtió. “Seamos claros: nosotros, europeos, debemos asegurar nuestra seguridad nosotros mismos”, agregó. “Para ser libres en este mundo hay que ser temidos, y para ser temidos hay que ser potentes”, remachó el presidente.

Algunos expertos llevan tiempo afirmando que Francia cuenta con un “ejército bonsái”, unas fuerzas armadas que tienen de todo -desde armamento nuclear a cazabombarderos sofisticados o misiles de crucero, siempre de diseño y fabricación propia- pero en una cantidad reducida. Podía ser suficiente en una posguerra fría, como garantía de disuasión o para realizar operaciones exteriores puntuales, pero no lo es cuando en Europa, después de la invasión de Ucrania, vuelve a asomar el fantasma de las guerras convencionales largas y de alta intensidad.

Macron repasó los ámbitos en los que se tiene que invertir más: drones, munición de saturación, munición de precisión, capacidad espacial, artillería antiaérea, etcétera. Según el presidente, una de las lecciones de la guerra de Ucrania es que hay que aumentar los stocks de armas y municiones. Para ello se necesita dinero y capacidad industrial. Se incidirá en ambos campos.

Un sondeo hecho público este domingo por el diario Le Figaro sugiere que los razonamientos de Macron y sus anuncios pueden ser en general bien acogidos, o al menos comprendidos, por la población francesa. Según un estudio del instituto Odoxa-Backbone Consulting, el 84% de los ciudadanos tiene una buena opinión de los militares y el 72% apoya un aumento del gasto en defensa para hacer frente a los nuevos riesgos geopolíticos. 

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