Wonsan Kalma: así es el Benidorm de Corea del Norte

Nuevo macrocomplejo costero

El régimen de Pyongyang inaugura un gran ‘resort’ para dar impulso al turismo, aunque por ahora apenas se esperan visitantes extranjeros

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Niños con flotadores en la playa de Wonsan Kalma, en Corea del Norte, tras la apertura del ‘resort’

Jon Chol Jin / Ap-LaPresse

Donald Trump, el hombre que sueña con convertir Gaza en “la Riviera de Oriente Medio”, siempre le vio posibilidades turísticas a Corea del Norte.

“Tienen playas estupendas; lo ves cada vez que explotan sus cañones en el océano, ¿verdad? ”, dijo en el 2018 tras una reunión con Kim Jong Un. “Podrían tener los mejores hoteles del mundo justo ahí”.

Hoy, el presidente estadounidense parece haber enfriado sus relaciones con el dictador norcoreano, pero sus fantasías inmobiliarias son más reales que nunca.

El pasado 24 de junio, Kim inauguró a bombo y platillo un gran resort en primera línea de mar que aspira a convertirse en el referente turístico del país. Cuatro kilómetros de playa. Una veintena de hoteles. Teatro, cine, tiendas, restaurantes, centros de fitness . Hasta un parque acuático con camping.

Bienvenidos a Wonsan Kalma.

Con capacidad para 20.000 personas, este macrocomplejo es “uno de los mayores éxitos del año”, en palabras del propio Kim, quien ha necesitado una década para materializar el proyecto. Según la prensa estatal, el líder supremo se implicó de forma muy activa en la obra, revisando “miles de planos”. Nada podía quedar al azar.

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El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, con su hija, el pasado 24 de junio en la inauguración de Wonsan Kalma

STR / AFP

De hecho, el lugar elegido para levantar el resort, en la costa oriental del país, está íntimamente ligado a la biografía de Kim: ahí transcurrió parte de su infancia. Aunque no todo son inocentes recuerdos de niñez: las playas de Wonsan Kalma eran hasta no hace mucho escenario habitual de maniobras militares. Las más memorables, las del 2017, cuando Kim hizo que centenares de tanques y unidades de artillería móvil desplegados en la arena dispararan hacia el mar para celebrar el 85º. aniversario del ejército popular.

De la pólvora de los cañones, a la de los fuegos artificiales.

Ahora Wonsan Kalma solo quiere ser sinónimo de diversión y relax. Una ciudad de vacaciones. Un Benidorm a la norcoreana. La comparación tiene su qué: en los inicios del proyecto, funcionarios de Pyongyang visitaron la localidad alicantina en busca de inspiración. También estuvieron en Marina d’Or y Salou, filmando y tomando notas.

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Tobogán del parque acuático de Wonsan Kalma

Cha Song Ho / Ap-LaPresse

Pero todo Benidorm necesita sus turistas. Y en Wonsan Kalma, de momento, escasean.

El recinto abrió sus puertas al público el 1 de julio, pero solo para un puñado de autóctonos. Los medios estatales se volcaron en el estreno: publicaron fotos de niños felices en la playa, lanzando sus flotadores de colores al aire; también de familias disfrutando del parque acuático, deslizándose por toboganes de vértigo.

“Los corazones de los visitantes se llenaron de una emoción abrumadora”, informó la agencia oficial de noticias KCNA. “Wonsan Kalma rebosa de alegría y optimismo, disfrutando de la nueva civilización y el bienestar que ofrece el Partido del Trabajo”, aseguró el diario The Pyongyang Times .

¿Cuándo llegarán las hordas de visitantes extranjeros? La propaganda gubernamental esquiva esa cuestión.

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Turistas locales en uno de los hoteles de Wonsan Kalma

Kim Won Jin / AFP

Sector estratégico

Debido a las sanciones de la ONU, el turismo se ha convertido en una de las pocas fuentes legales de divisas

Corea del Norte comenzó a promover el turismo por pura necesidad, después de que la ONU le impusiera duras sanciones en el 2017 para frenar sus programas de misiles y armamento nuclear. Al país se le prohibieron sus principales exportaciones, pero no la actividad turística, que se convirtió así en una de las pocas vías legales para obtener divisas. 

El problema es que llegó la pandemia de la covid, y Pyongyang se vio obligado a cerrar las fronteras. Las reabrió en el 2023, pero China, su principal mercado (representaba más del 90% del turismo internacional prepandémico), todavía no deja que sus ciudadanos viajen al país.

Teniendo en cuenta que Corea del Sur tampoco envía turistas y que la entrada de occidentales siempre ha estado muy restringida, parece que, por ahora, los únicos foráneos que podrán acceder al nuevo macrocomplejo costero serán los que vengan de Rusia, país con el que el régimen de Pyongyang ha estrechado lazos últimamente, sobre todo en materia militar. 

De hecho, estaba previsto que la semana pasada llegara al resort un primer grupo reducido de visitantes rusos. Una de las compañías que comercializa el viaje es Vostok Intour, con sede en Vladivostok: 1.750 dólares que incluyen visitas a la capital norcoreana y cuatro noches en Wonsan Kalma. En régimen de pensión completa, claro. Como en los hoteles más concurridos de Benidorm.

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