Mayordomos en el paro

Historias del mundo

Daños colaterales del éxodo de multimillonarios del Reino Unido

Caucasian butler serving business people in formal mansion parlor - Fotografía de stock
Jacobs Stock Photography Ltd / Getty

Mayordomos clásicos como el Míster Carson de Downton Abbey o los que salen en películas de época como Lo que queda del día , de aspecto estirado, con uniforme y guantes blancos, no son ya lo habitual excepto en círculos un poco carroza, como la Casa Real. Más frecuentes son los que visten smart casual (aunque sin llegar a los pantalones cortos y las chanclas), hablan varios idiomas, dominan la legislación fiscal internacional y tienen suficientes conocimientos tecnológicos como para gestionar un grupo de Whatsapp al que pertenece todo el servicio doméstico a su cargo.

Se estima que de esta generación de mayordomos modernos hay alrededor de diez mil en el Reino Unido, y que medio millar se gradúan cada año de las academias reconocidas. Pero así como arquitectos, ingenieros o periodistas no son ajenos al paro, tampoco ellos lo son. En su caso, no porque se licencien muchos más de los que requiere el mercado laboral, por la falta de obra pública o la crisis del ladrillo, sino por el éxodo de multimillonarios desde que el Labour llegó al poder hace un año y eliminó sus privilegios fiscales.

Un 40% de los mayordomos son mujeres, y muchos provienen del ejército, el mundo del teatro o la sastrería

El año pasado se fueron del país diez mil millonarios (la mayoría después de la victoria del centroizquierda en las elecciones de julio), y este año se estima que lo harán 16.500, tras la entrada en vigor de las leyes que eliminan la exención fiscal a los extranjeros no domiciliados ( non doms ), que hasta ahora les permitía no contribuir a la Hacienda británica por sus ingresos y bienes fuera del país, a cambio del pago de una cantidad anual fija. Según la nueva normativa del Gobierno Starmer, no sólo se les aplica el tipo máximo (40%) sobre la renta sino también sobre las sucesiones, un pésimo negocio en caso de que tengan la mala idea de morirse. Con la música a otra parte se han ido el magnate del acero indio Lakshmi Mittal (uno de los hombres más ricos del mundo) y el industrial egipcio Nassef Sawiris.

De todos esos millonarios que están cambiando la residencia en este país (generalmente en Londres y sus alrededores) por Suiza, Milán, Malta, Chipre, Marruecos o los emiratos del Golfo, sólo una minoría tienen personas que les lleven la casa y sus asuntos; en general, los que disponen de al menos tres residencias, además de un yate y un jet privado. Pero son los suficientes como para su éxodo afecte al mercado laboral de mayordomos, chóferes, chefs privados, niñeras, guardaespaldas y doncellas.

El trabajo full time como mayordomo, con salarios de entre 50.000 y 80.000 euros al año dependiendo de la experiencia, el lugar (Belgravia, Chelsea y Kensington son los barrios con tarifas más altas), las cualificaciones, si están asegurados, cuántas vacaciones tienen y si viven o no en la casa, está siendo reemplazado por otro a tiempo parcial, pagado por días o por horas, y tan sólo cuando los multimillonarios que han trasladado su residencia al extranjero vienen a pasar unos días a Inglaterra y necesitan servicio. Las agencias que consiguen empleo a este tipo de mano de obra han notado un descenso en la demanda del 14% desde que Keir Starmer es primer ministro.

El prototipo del mayordomo ha cambiado mucho desde que el ficticio Carson era el alma de la mansión de Downton Abbey, o Alfred Pennyworth ejercía de leal servidor de Batman. Un 40% de los que obtienen anualmente el diploma son mujeres, el promedio de edad es de sólo 41 años, y muchos son exactores, exmilitares o exsastres, profesiones todas ellas cuyos conocimientos les pueden venir muy bien en un momento dado. En general no es considerado hoy en día como un trabajo para toda la vida, sino para unos cuantos años de dedicación completa (la jornada empieza a las seis de la mañana y acaba a las diez de la noche) y aventura (viajes constantes por el mundo).

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Cualidades fundamentales son la discreción y la atención al detalle, capacidad para organizar eventos, llevar la casa y la agenda personal del millonario en cuestión, saber conducir, de vinos y de alta cocina, poner una mesa, encargarse de la contabilidad y los presupuestos, tener nociones de medicina y poder dar un buen tortazo (por no decir disparar un tiro) en caso de que sea necesario.

Los mayordomos que se han quedado en el paro buscan trabajo en aerolíneas y hoteles de lujo, universidades de élite, con jeques de los emiratos y magnates rusos y chinos. También en casas reales, pero no la británica, porque tiene fama de pagar muy mal.

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