Nuevo revés judicial para el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a quien la justicia brasileña investiga por liderar una supuesta conspiración golpista contra su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
La Corte Suprema del país ha dictado nuevas medidas cautelares contra Bolsonaro, quien deberá llevar una tobillera electrónica y no se le permitirá acceder a sus redes sociales. Además, el exdirigente no podrá acercarse a embajadas, comunicarse con diplomáticos extranjeros, ni con otros investigados o procesados en el caso por golpismo.
La policía federal también acusa a Bolsonaro y a su hijo de trabajar con funcionarios del gobierno de Estados Unidos para imponer sanciones contra las autoridades brasileñas.
La policía registra las propiedades de Bolsonaro como parte de la investigación
La Policía Federal de Brasil allanó domicilios vinculados a Bolsonaro durante la investigación llevada a cabo por el Tribunal Supremo del país, siendo uno de ellos la sede del sede del Partido Liberal (PL), formación de la cual es líder.
La fiscalía acusa a Bolsonaro de cinco delitos, entre ellos golpe de Estado y abolición violenta del Estado democrático de derechos, cuyas penas sumadas pueden llegar a los 40 años de prisión.
El expresidente ha declarado que el tribunal “tiene el objetivo de humillarme”, y que igualmente “nunca pensaba abandonar Brasil”.
Guerra arancelaria
Trump muestra su apoyo incondicional a Bolsonaro
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, es una de las figuras políticas que más apoyo ha mostrado al expresidente, con quien mantuvo una buena relación durante su periodo como presidente.
El republicano ha calificado anteriormente como una “caza de brujas” el proceso judicial por el que se investiga a Bolsonaro, intentando que se detenga su juicio mediante la implementación de un arancel adicional del 50 % al país sudamericano por motivos puramente políticos.
Lula calificó el arancel como un “chantaje inaceptable”, exigiendo respeto al Poder Judicial de Brasil. El día previo a la sentencia, Trump envió una carta de apoyo a Bolsonaro en la que confió en un próximo “cambio de rumbo” del Gobierno de Brasil y pidió el fin del supuesto “régimen de censura” que impera en el país.