La mortífera disyuntiva a la que Israel está sometiendo a la población hambrienta y exhausta de Gaza ha vuelto, otro día más, a quedar en evidencia: o los civiles palestinos salen en busca de la mínima ayuda que Israel permite entrar y son asesinados por disparos de su ejército o mueren como resultado de la desnutrición, cada vez más grave y extendida en todo el territorio.
El Ministerio de Sanidad informó que 73 personas fueron asesinadas mientras intentaban llegar a sitios de reparto de ayuda, en una de las jornadas más letales en relación con la búsqueda de agua y comida en 21 meses de brutal invasión israelí.
La ONU aseguró la semana pasada que cerca de 800 palestinos han muerto en las últimas seis semanas mientras iban a recoger ayuda a uno de los cuatro puntos que Israel ha habilitado.
Por otro lado, el Ministerio de Sanidad aseguró que en las últimas 24 horas –entre el sábado y el domingo– 18 personas murieron de inanición y reiteró que hay cientos más en peligro.
Oriente Medio
Israel ordena la evacuación de Deir
el Balah en busca de los rehenes en poder de Hamas
La masacre más grave ligada al reparto de ayuda ocurrió en el norte de Gaza, donde al menos 67 palestinos murieron y unos 150 resultaron heridos por disparos de las tropas israelíes cerca del puesto de control militar de Zikim, a la altura de la localidad gazatí de Beit Lahia. Una multitud se había acercado al lugar tras oír que por allí entrarían camiones con alimentos y, según testigos, al menos cinco fueron saqueados.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), dependiente de la ONU, confirmó que un convoy de 25 camiones con “asistencia alimenticia vital” cruzó por ese checkpoint para llegar a las “comunidades hambrientas del norte de Gaza”. Sin embargo, poco después de pasar los controles israelíes, la caravana “se encontró con enormes multitudes de civiles hambrientos que fueron atacadas a tiros”, una violencia que el PMA calificó de “completamente inaceptable”.
Testigos citados por la agencia AP señalaron que soldados israelíes abrieron fuego. Nafiz Al Najjar, quien resultó herido, subrayó que tanques y drones atacaron a la gente “al azar”, matando a su primo, entre otros. Ehab Al Zei, que intentaba conseguir algo de harina, añadió que “de repente, los tanques israelíes nos rodearon y nos atraparon mientras llovían los proyectiles; estuvimos encerrados dos horas”. “No volveré nunca más. Es mejor que nos muramos de hambre”, sentenció.
Como ya es costumbre, el ejército israelí dijo haber disparado “tiros de advertencia para neutralizar una amenaza inmediata contra las tropas” y reconoció “estar al tanto de algunas víctimas”, pero acusó a las autoridades locales de exagerar la cifra de muertos y a miembros de Hamas de querer crear caos, sin ofrecer pruebas de ello.

Los cuerpos de palestinos asesinados a tiros en un punto de distribución de alimentos cerca de Zikim son transportados en una carreta tirada por burros en el norte de Gaza.
En una transmisión del canal catarí Al Yazira se veía cómo en el hospital Al Shifa, de ciudad de Gaza, confluían, por un lado, decenas de muertos y heridos por el ataque en Zikim y, por el otro, personas que se desmayaban de sed y de hambre bajo las altas temperaturas del verano.
El Ministerio de Salud de Gaza señaló que con los 18 muertos por inanición en 24 horas ya son 86 en total (76 niños y 10 adultos) los fallecidos desde octubre del 2023. “Advertimos que cientos de personas cuyos cuerpos se han consumido corren el riesgo de una muerte inminente debido al hambre”, alertaron las autoridades sanitarias.
Entre los niños fallecidos este domingo se encuentra Razan Abu Zaher, de cuatro años, que, según el hospital Mártires de Al Aqsa en Deir el Balah (centro), sucumbió por complicaciones derivadas de la desnutrición. En Jan Yunis (sur), además, murió Yehia Al Najjar, de solo tres meses, debido a la falta de leche de fórmula para alimentarlo, dado que su madre, también desnutrida, no podía amamantarlo, indicó el hospital Naser.

Palestinos llevan el cuerpo de un niño después de que fuera asesinado a tiros en un punto de distribución de alimentos cerca de Zikim,
“Cada día recibimos casos de desnutrición. Estamos haciendo todo lo posible con los recursos que tenemos para atenderlos y para facilitarles leche de fórmula, pero últimamente no está disponible y nuestras peticiones para conseguirla han sido en vano”, relató a Reuters la pediatra Fidaa Al Nadi.
En este contexto, y con más de 80 muertos en Gaza solo el domingo (entre ellos otros seis por disparos cerca de un centro de distribución de la Fundación Humanitaria de Gaza en Rafah), Israel no hace más que acelerar sus ataques y este domingo lanzó panfletos en que ordenaba el desplazamiento forzado en barrios de Deir el Balah, un área del centro de la franja, hasta ahora libre de la ocupación.
Según los residentes, poco después del aviso, aviones israelíes bombardearon tres edificios residenciales. Decenas de familias dejaron sus hogares con sus pocas pertenencias, para abarrotarse en una zona dentro de Deir el Balah cada vez más reducida y que ya alberga a cientos de miles de desplazados.
Israel sospecha que Hamas mantiene en Deir el Balah a decenas de secuestrados.
Situación límite
La desnutrición alcanza niveles alarmantes y los niños son los más afectados
La malnutrición está alcanzando niveles alarmantes en la Franja de Gaza devastada por la guerra, afectando particularmente a los niños, advierte la ONU, que deplora la escasa ayuda humanitaria que entra al asediado territorio palestino. La Defensa Civil de Gaza dijo a AFP que había detectado un aumento en el número de muertes infantiles causadas por “hambre severa y desnutrición”, y reportó al menos tres muertes en la última semana. “Estos casos desgarradores no se deben a los bombardeos directos, sino a la hambruna, a la falta de leche maternizada y a la ausencia de atención sanitaria básica”, declaró a la AFP el portavoz de la organización, Mahmoud Bassal. En el norte de la Franja de Gaza, Ziad Mousleh, de 45 años, dice que ya no puede encontrar suficiente para alimentar a sus hijos. “Estamos muriendo, nuestros hijos están muriendo y no hay nada que podamos hacer”, dijo en Nousseirat, en el centro del territorio.