Si Donald Trump pretendía que a Rusia le entrasen las prisas para acordar una solución en la guerra con Ucrania, ha conseguido lo contrario. Durante una visita a Escocia, el presidente de Estados Unidos anunció el lunes que reducirá el ultimátum de 50 días que había dado a Vladímir Putin a “diez-doce”, so pena de más sanciones y aranceles secundarios.
El Kremlin se limitó ayer a “tomar nota” de esas palabras, mientras su maquinaria militar sigue en marcha para, como suele repetir siempre, “conseguir sus objetivos” en Ucrania.
Zelenski denuncia que los ataques rusos causan 22 muertos, 16 de ellos en una prisión en Zaporiyia
“Tomamos nota de las declaraciones realizadas la víspera por el presidente Trump. La operación militar especial continúa”, aseguró el portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, quien tampoco quiso valorar que Trump dijera que no está interesado en volver a hablar por teléfono con el presidente Putin. “Preferiría no hacer ninguna valoración. Insisto: nos hacemos cargo de las declaraciones”, añadió Peskov.
Desde que el republicano volvió a la presidencia de EE.UU., en enero pasado, ha intentado mediar entre Moscú y Kyiv para hacer cumplir la promesa que hizo en campaña electoral de solucionar la guerra en 24 horas. En este tiempo, Trump y Putin han mantenido seis conversaciones telefónicas. Rusos y ucranianos han vuelto a negociar directamente, con tres encuentros de sus delegaciones en Estambul, y EE.UU. y Rusia han intentado recomponer las relaciones diplomáticas. Pero de momento, no hay avances políticos para solucionar el conflicto.
Frente a la escueta respuesta de Peskov y al silencio de Putin, el que sí reaccionó ayer fue el rublo, que sufrió su mayor caída en varios meses. La moneda nacional rusa ha estado apreciándose desde principios de este año, cuando se cambiaba a 100 unidades por dólar. En marzo se fortaleció hasta las 90, y un mes después pasó la marca de las 80. Esa tendencia se revirtió ayer y hoy cotizará oficialmente a 82,21 unidades frente al billete verde.
A esta devaluación puede haber contribuido el ultimátum de EE.UU., pero también la bajada de tipos de interés al 18 % que hizo el viernes el Banco Central de Rusia a instancias del Gobierno, que quiere contener la inflación.
Sobre el terreno, los ataques rusos provocaron ayer 22 muertos y 85 heridos, denunció el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. “Cada asesinato de nuestro pueblo; cada ataque ruso, cuando hace mucho tiempo podría haberse establecido un alto el fuego si Rusia no se hubiera negado; todo esto muestra que Moscú merece una presión sancionadora muy dura, dolorosa y, por tanto, justa y efectiva. Hay que obligarlos a detener las matanzas y a lograr la paz”, dijo el líder ucraniano.
De los fallecidos, 16 se produjeron en una prisión de la provincia de Zaporiyia, en el sureste de Ucrania. El gobernador de esa región, Iván Fedorov, escribió en Telegram que los edificios de la prisión quedaron destruidos y que las viviendas privadas cercanas sufrieron daños. El jefe de la oficina de Zelenski, Andri Yermak, consideró los ataques “otro crimen de guerra” de Rusia.
Ucrania también atacó ayer a Rusia. Empleó al menos 74 drones, los que según el Ministerio de Defensa ruso lograron abatir sus defensas antiaéreas. Como consecuencia, falleció una persona en la región de Rostov, en el sur del país. En la ciudad de Salsk murió un hombre alcanzado conduciendo un coche, afirmó el gobernador de Rostov, Yuri Sliúsar.