El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha afirmado que no ve espacio para conversaciones directas con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. De hecho, ha añadido que, de realizarse, la conversación se convertiría en una “humillación” para él.
Brasil no va a anunciar aranceles recíprocos, ha añadido, en una entrevista a Reuters. Su Gobierno tampoco renunciará a mantener conversaciones a nivel de gabinete, pero el propio Lula no tiene prisa por llamar a la Casa Blanca.
“El día que mi intuición me diga que Trump está listo para hablar, no dudaré en llamarlo”, ha dicho desde su residencia presidencial en Brasilia. “Pero hoy mi intuición dice que no quiere hablar. Y no voy a humillarme”.
A pesar de que las exportaciones de Brasil se enfrentan a uno de los aranceles más altos impuestos por Trump, parece poco probable que las nuevas barreras comerciales de Estados Unidos hagan descarrilar a la mayor economía de América Latina, lo que le da a Lula más espacio para oponerse a Trump que la mayoría de los líderes occidentales.
Lula ha descrito las relaciones entre Estados Unidos y Brasil en su punto más bajo en 200 años después de que Trump vinculó el nuevo arancel a su demanda de poner fin al procesamiento del expresidente Jair Bolsonaro, quien está siendo juzgado por conspirar para revocar las elecciones de 2022.