Médicos sin Fronteras (MSF) gestiona centros de atención primaria en Gaza cerca de dos puntos de “distribución de ayuda humanitaria” _-según han sido eufemísticamente definidos- que gestiona una oscura Fundación Humanitaria de Gaza (FHG), creada por Estados Unidos e Israel. La experiencia de siete semanas, desde el 7 de junio al 24 de julio, de este sistema inaudito de corredores vallados a los que deben acudir los gazatíes en busca de una bolsa de comida ha llevado a la oenegé internacional a concluir en un informe que se trata en realidad de “trampas mortales” en las que se ponen en práctica “asesinatos orquestados y deshumanización”. Se trata de zonas bajo control militar total de Israel y “protegidas” por contratistas armados privados -es decir, mercenarios o soldados a sueldo- estadounidenses.
El centro de MSF en Al Mawasi, el pasado 3 de agosto tras recibir heridos y muertos procedentes de un punto de distribución de FHG
En el período citado, los centros de MSF recibieron 1.380 personas heridas, 174 de ellas por bala, y 28 cadáveres de hombres jóvenes, todos los cuales presentaban balazos en la parte superior del cuerpo. Así, por ejemplo, “entre los pacientes que llegaron a la clínica Al Mawasi desde el punto de distribución 2 de la GHF reveló que el 11 % de las heridas de bala era en la cabeza y el cuello, mientras que el 19 % se producía en zonas que cubrían el pecho, el abdomen y la espalda”
Centros de salud de MSF y centros de distribución de la Fundación Humanitaria de Gaza en el sur de la Franja.
Entre los heridos de bala llegados a los centros también había niños, 71, de los cuales 41 fueron tiroteados cerca de los puntos de distribución de la FHG. ¿Por qué había niños en lugares tan peligrosos? La respuesta es sencilla, según el informe: en ocasiones, chicos preadolescentes son los únicos miembros de una familia medio exterminada capaces de hacer el viaje.
Resulta especialmente significativa la frecuencia de heridas en las piernas, lo cual “sugiere claramente que se trata de disparos intencionados contra personas dentro de los centros de distribución, y no de ráfagas accidentales o aleatorias”, señala el informe.
.
Un testimonio que data del 1 de junio afirma: “Coges lo que puedes, quizá una lata de habas, una lata de hummus. Un minuto después, empiezan a disparar desde todas las direcciones. Proyectiles, disparos... Ni siquiera puedes sujetar la lata de hummus. No sabes de dónde vienen los disparos”.
“Niños a los que han disparado en el pecho mientras intentaban alcanzar la comida. Personas aplastadas o asfixiadas en estampidas. Multitudes enteras abatidas a tiros en los puntos de distribución”, enumera Raquel Ayora, directora general de MSF, en un comunicado de prensa. Y añade: “En los casi 54 años de operaciones de MSF, rara vez hemos visto semejantes niveles de violencia sistemática contra civiles desarmados”.
“Los centros de la FHG no son más que un plan mortal”
En este sentido, señala la oenegé, “los centros de la FHG no son más que un plan mortal que institucionaliza la política de hambre impuesta por las autoridades israelíes en Gaza desde el 2 de marzo, con el asedio total que aplicaron sobre la Franja como parte de su campaña genocida en curso”.
“En ningún lugar del mundo donde opera MSF, ni siquiera en las zonas de conflicto más inestables, se toleraría este nivel de violencia en torno a un lugar de 'distribución de ayuda'. Esto debe acabar ya”, subraya el informe.
La solvencia de una oenegé internacional como MSF es a estas alturas incuestionable. Pero, por si todavía no fuera suficiente, aquellos que se resistan a creer lo que se está haciendo (no lo que está “ocurriendo” sino lo que se está “haciendo”) pueden consultar las confesiones de soldados israelíes al diario Haaretz, y que se parecen mucho a las que recoge desde hace años enre las tropas la oenegé asimismo israelí Breaking the Silence, que sigue resistiendo la persecución del gobierno de Beniamin Netanyahu.
”Donde estuve destinado -dice uno de estos soldados-, entre una y cinco personas morían cada día. Los tratan como una fuerza hostil: sin medidas de control de multitudes, sin gases lacrimógenos, solo fuego real con todo lo imaginable: ametralladoras pesadas, lanzagranadas, morteros. Luego, una vez que se abre el centro, los disparos cesan y saben que pueden acercarse. Nuestra forma de comunicación son los disparos”.
¿El motivo?
”Cuando preguntamos por qué abrieron fuego, nos dijeron que era una orden superior y que los civiles representaban una amenaza para las tropas. Puedo afirmar con certeza que no eran allegados a las fuerzas y no las pusieron en peligro. Fue inútil; simplemente los mataron, sin motivo alguno. Esto de matar a inocentes se ha normalizado. Nos dijeron constantemente que no había civiles en Gaza, y al parecer, ese mensaje caló hondo entre las tropas”.
De otro lado, las declaraciones a France 24 de Anthony Aguilar, un ex militar del ejército de Estados Unidos que fue empleado durante seis semanas en Gaza como “contratista” no dejan lugar a dudas. No únicamente el ejército israelí, también sus compañeros dispararon abiertamente contra los gazatíes que acudían en busca de alimentos. Aguilar acusa a la FHG de complicidad en crímenes de guerra.