El autoproclamado candidato al premio Nobel de la Paz, Donald Trump, ha devuelto al Departamento de Defensa de Estados Unidos el bélico nombre con el que ganó las dos guerras mundiales. El presidente firmó ayer una orden ejecutiva con la que rebautizó al Pentágono como “Departamento de Guerra”, recuperando la etiqueta que tuvo hasta 1947, poco después de lanzar dos bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, y de contribuir a la liberación de Europa con históricas batallas como la de Normandía contra la Alemania nazi.
Con este cambio, que se produce tres días después del impresionante desfile con el que China exhibió su músculo militar y sus alianzas, Trump busca dar al ejército estadounidense una imagen más beligerante y poderosa ante el mundo. Sus acciones militares recientes, como los bombardeos sin precedentes a las instalaciones nucleares de Irán, el ataque a una supuesta narcolancha proveniente de Venezuela o la movilización de efectivos en el Caribe, han enviado un mensaje en esta línea: que al mandatario no le tiembla el pulso para defender sus intereses.
Donald Trump, presidente de EE.UU.
“Lo ganamos todo y entonces decidimos volvernos 'woke' y cambiar el nombre a Departamento de Defensa”
Con este nombre, “ganamos la Primera Guerra Mundial y ganamos la Segunda Guerra Mundial”, recordó Trump. “Lo ganamos todo y entonces decidimos volvernos woke y cambiar el nombre a Departamento de Defensa. Así que vamos a volver al Departamento de Guerra. Creo que es un nombre mucho más apropiado, especialmente a la luz del mundo en el que nos encontramos”. El presidente añadió que el nombre “Departamento de Defensa” no obedecía a una realidad, sino a la “corrección política”.
Trump lleva meses introduciendo a los estadounidenses la idea del cambio de nombre, que, según su Administración, refleja mejor la misión de los uniformados de EE.UU. El mes pasado, llamó “secretario de Guerra” a su secretario de Defensa, Pete Hegseth, un asiduo defensor de la “cultura guerrera” del soldado americano, en contraposición a la “cultura woke” que aseguró en un libro que lo ha debilitado.
Durante el anuncio, Hegseth hizo referencia a estos conceptos: “No hemos ganado ninguna gran guerra desde que cambiamos el nombre tras la Segunda Guerra Mundial. Y eso no es para menospreciar a nuestros combatientes, ya sea en la Guerra de Corea, la Guerra de Vietnam, o en Irak y Afganistán. Es para reconocer que este cambio de nombre no se trata solo de rebautizar, sino de restaurar”, añadió. “Restaurar el ethos guerrero, la victoria como objetivo final, la intencionalidad en el uso de la fuerza para que el Departamento de Guerra luche de manera decisiva, no en conflictos interminables”.
Pete Hegseth, secretario de Guerra de EE.UU.
“Se trata de restaurar el ethos guerrero, la victoria como objetivo final y la intencionalidad en el uso de la fuerza”
“Departamento de Guerra” es el nombre que tuvo desde la misma independencia de Estados Unidos la principal agencia encargada de asuntos militares, creada por el Congreso en 1789. Hasta la Segunda Guerra Mundial, también existió el Departamento de la Marina, que incluía a la Armada y a los marines. Pero, en 1947, tras crear formalmente la Fuerza Aérea, el presidente Harry Truman unió todas las divisiones bajo un mismo departamento. Para ello, el Congreso aprobó una enmienda con la que creaba el denominado Departamento de Defensa, que así se ha mantenido hasta ahora.
Trump esquivó la pregunta sobre la difusa autoridad legal que tiene para renombrar unilateralmente al Departamento de Defensa, pues fue el legislativo quien lo creó y le dio ese nombre. También es incierto si el presidente pretende cambiar el nombre a toda la estructura del Pentágono o únicamente hacerlo a modo simbólico, como título secundario, y en lugares específicos. Aunque el presidente aseguró que “vamos con todo” con este bautismo.
El cambio oficial del nombre de un departamento, especialmente el del ejército más grande del mundo, implicará un coste muy elevado para una administración que asegura estar eliminando el gasto superfluo. El sello azul del Departamento de Defensa aparece en cientos de instalaciones y edificios de todo el mundo, incluida su señalética oficial, papelería y publicaciones de los distintos servicios, que también tendrían que renovarse.