La sede del Gobierno ucraniano en Kyiv resultó dañada ayer por un bombardeo ruso por primera vez. El ataque nocturno sobre el país tuvo una magnitud sin precedentes, con más de 800 drones y 13 misiles, y dejó al menos cinco muertos, dos de ellos en la capital. Según la Fuerza Aérea ucraniana, 747 drones y cuatro de los misiles fueron interceptados. Este fue uno de los mayores ataques aéreos desde el inicio de la guerra.
Un periodista de AFP vio el tejado del imponente edificio que alberga el Consejo de Ministros en llamas. Helicópteros lanzaban agua sobre el edificio, ubicado en el corazón de Kyiv, cerca de la presidencia y el Parlamento.
“Por primera vez, el tejado y los pisos superiores de la sede del Gobierno resultaron dañados debido a un ataque enemigo”, declaró la primera ministra, Yulia Sviridenko, a través de Telegram, y señaló que no hubo víctimas dentro del edificio. Los servicios de emergencia informaron a primera hora de la tarde que el incendio había sido extinguido.
Rusia bombardeó además Odesa (sur), Zaporiyia (sureste), Kremenchuk (centro), Krivi Rih (este), Dnipró (este) y Sumi (noreste). Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, en febrero del 2022, el distrito gubernamental de Kyiv se había mantenido relativamente a salvo de los masivos ataques rusos que atacan regularmente la capital, donde varios edificios residenciales también resultaron dañados. Los dos fallecidos en Kyiv son una joven y su hijo de dos meses, declaró el alcalde, Vitali Klichkó. Otras 20 personas resultaron heridas, y siete de ellas se encontraban ayer hospitalizadas, incluida una mujer embarazada. En otras zonas del país hubo, sobre todo, heridos –32 en total, según el diario The Kyiv Independent – y daños a infraestructuras.
Zelenski llama a los países de la ‘coalición de voluntarios’ a aplicar “todo” lo acordado en París
El ejército ruso, como de costumbre, aseguró que solo había atacado “sitios del complejo militar industrial ucraniano y la infraestructura de transporte”. Informó de haber atacado plantas de producción de drones y aeródromos militares en el este, el sur y el centro de Ucrania, así como dos empresas industriales en las afueras de Kyiv. “No se alcanzaron otros objetivos dentro de los límites de Kyiv”, añadió el Ministerio de Defensa ruso, insinuando que la sede del Gobierno podría haber resultado dañada por la caída de escombros, y no por un impacto directo. Fuentes anónimas citadas por el diario Ukrainska Pravda hablaron de un bombardeo directo planificado.
Ucrania, por su parte, afirmó haber atacado una fábrica en la región fronteriza rusa de Briansk y una refinería de petróleo en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia. En el frente, el ejército ruso continuó sus avances ayer, reivindicando la captura de una nueva ciudad en la región de Dnepropetrovsk (centro del país). Ucrania solo reconoció recientemente la presencia de tropas rusas en este territorio, que ocupa el 20% del país.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, subrayó ayer, horas después del masivo ataque ruso, que los “asesinatos, ahora, cuando la verdadera diplomacia podría haberse iniciado hace tiempo, son un crimen consciente y un alargamiento de la guerra”. Zelenski pidió a Trump que por fin aplique nuevas sanciones a Rusia, porque este ha amenazado en varias ocasiones con más medidas de castigo si Putin no accede a dialogar y continúa con los bombardeos, pero no ha dado aún el paso. Ucrania pide sobre todo más restricciones al petróleo y gas rusos. Además, llamó a los otros socios a implementar “todo” lo acordado en la cita de los 35 países de la llamada coalición de voluntarios en París, lo que incluye, en su opinión, aplicar ahora y no a posteriori las garantías de seguridad y el fortalecimiento de la defensa antiaérea ucraniana. “Cada sistema adicional salva vidas civiles de estos ataques viles”, enfatizó.
El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró que “Rusia se está atrincherando cada vez más en la lógica de la guerra y el terror”. Por su parte, el primer ministro británico, Keir Starmer, dijo que Vladímir Putin “no se toma la paz en serio”, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lamentó que el presidente ruso “ignore la diplomacia”.