Los socialistas franceses quieren vender caro su eventual apoyo a Lecornu

Crisis de Gobierno

Buscan incorporar a los presupuestos del 2026 medidas contundentes como un impuesto a los multimillonarios y una fiscalidad más dura con los dividendos de las empresas

SINGAPORE (Singapore), 09/09/2025.- (FILE) - France's Minister of the Armed Forces Sebastien Lecornu delivers his speech during the fourth plenary session of the International Institute for Strategic Studies (IISS) Shangri-La Dialogue Defence Summit in Singapore, 31 May 2025 (reissued 09 September 2025). The French Government, led by François Bayrou, was ousted in the National Assembly after an overwhelming vote of no confidence, with 364 MPs voting against the government. Several politicians are considered as possible successors, among the candidates: Sebastien Lecornu (Minister of the Armed Forces), Catherine Vautrin (Minister of Labour, Health, Solidarity and Families), Gérald Darmanin (Justice Minister), Éric Lombard (Finance Minister), Olivier Faure (Socialist Party leader), Pierre Moscovici (Head of the Cour des Comptes), Bernard Cazeneuve (served as Prime Minister 2016-17), Raphaël Glucksmann (S&D alliance leader). (Francia, Singapur) EFE/EPA/HOW HWEE YOUNG

Sébastien Lecornu 

HOW HWEE YOUNG / EFE

Los 66 diputados socialistas en la Asamblea Nacional francesa saben que serán decisivos para que el nuevo primer ministro, Sébastien Lecornu, pueda sobrevivir. A diferencia de la izquierda radical, que presentará de inmediato una moción de censura, los socialistas, aunque muy escépticos, quieren ver si Lecornu acepta incorporar a los presupuestos del 2026 medidas contundentes como un impuesto a los multimillonarios y una fiscalidad más dura con los dividendos de las empresas.

El nuevo primer ministro ha dado muestras de flexibilidad, de que puede ceder, y lo mismo indicaron algunos parlamentarios del partido macronista, Renacimiento. El diputado Sylvain Maillard, por ejemplo, reconoció que hay que dar “una victoria simbólica a la izquierda” si de verdad se quiere evitar la rápida caída de otro gobierno, que sería la tercera en un año y sumiría al país en una crisis ya definitiva que lo abocaría a otras elecciones o a la traumática dimisión del jefe del Estado.

La prioridad más simbólica de la izquierda es poner un impuesto a los multimillonarios

Los socialistas están obligados a ponderar sus opciones. La vuelta a las urnas podría ser muy negativa para ellos. En cambio, si dan la impresión de responsabilidad, recuperarán en parte la imagen perdida de partido de gobierno después de unos años en que han aceptado un papel de socios subalternos de la izquierda radical. Con todo, el Partido Socialista necesita exhibir al máximo su influencia en la próxima etapa. Cualquier compromiso –que no será en ningún caso una coalición sino un mero acuerdo de no censura– deberá hacerse “sobre la base de nuestras propuestas”, insistió Boris Vallaud, jefe del grupo parlamentario socialista. Es dudoso que puedan imponer la anulación de la reforma de las pensiones, como pretenden, pues volver otra vez a la jubilación a los 62 años sería oneroso para las arcas públicas y daría una imagen de poca seriedad ante otros socios europeos que han hecho todo lo contrario, elevar la edad del retiro, como España, Italia, los países escandinavos y otros.

El debate coincidirá con la presión permanente de la calle. Después de la protesta nacional del miércoles, ayer hubo algunos intentos de bloqueo por parte de manifestantes en algunas ciudades, pero la policía actuó con rapidez para restaurar el orden. El día 18, los sindicatos han convocado una huelga.

La izquierda radical, entre tanto, ha presentado una moción de destitución de Macron. La han firmado 104 diputados. Es imposible que salga adelante porque necesitaría una mayoría de tres quintos de la Asamblea Nacional y del Senado.

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