El mundo de los comediantes televisivos de la noche en Estados Unidos salió en defensa de su colega Jimmy Kimmel y de la libertad de expresión, que está bajo amenaza por Donald Trump, dispuesto a coaccionar a todos aquellos canales que hablen mal de él. Lo dijo el propio presidente en el avión que le traía de regreso a la Casa Blanca desde Londres.
Stephen Colbert, al que también le han dado la cancelación en la CBS para final de temporada, fue de los más relevantes en su grito a favor del compañero suspendido indefinidamente en la ABC, propiedad de Disney, y calificó de “autócrata” al presidente de Estados Unidos en el monólogo con el que abrió este jueves. Kimmel reflexionó el lunes sobre la conducta de los republicanos e hizo una sátira del supuesto duelo de Trump.
Solo unas horas antes, en un festival organizado por la revista The Atlantic en el bajo Manhattan, el legendario David Letterman calificó la decisión de miseria y ridícula. “No puedes ir por ahí despidiendo a alguien porque tienes miedo o tratando de adular a una administración autoritaria y criminal en el Despacho Oval. Así no es como funciona esto” afirmó.
“Me siento mal porque todos vemos adónde va, ¿verdad? Son medios de comunicación intervenidos”, añadió. Letterman, que hace unos años se retiro, en pleno éxito y como referente, bromeó que fue “suficientemente inteligente para cancelarse a si mismo”.
Colbert dedicó su programa a la libertad de expresión y como homenaje de reivindicación y protesta por lo ocurrido con Kimmel la jornada previa, cuando la presión de Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicación (FCC), forzó la decisión de la ABC ante “la falsedad” de Kimmel, que vinculó al pistolero que mató a Kirk con el movimiento MAGA.
“Esto es una censura flagrante”, sostuvo Colbert en un apasionado monólogo de apertura. “No puedes ceder una pulgada a un autócrata”, recalcó ante su audiencia. “Jimmy, estoy contigo y todo tu equipo al 100%”, indicó. También arremetió contra Carr, puesto que “sus cometarios parecen órdenes de marcha”.
Tuvo invitado a David Remnick, director del The New Yorker, con el que recordó su etapa de corresponsal en Moscú durante los últimos años de la Unión Soviética y los iniciales del poder en Rusia de Vladimir Putin.
Remnick explicó que una de las primeras cosas que Putin hizo para consolidar el control de su país fue reprimir a los comediantes. Jack Tapper, uno de los periodistas más sólidos de la CNN, también apareció junto a Colbert.
Jimmy Fallon, que según la lista de Trump debería ser el siguiente en caer, abrió su show en la NBC haciendo bromas sobre su colega Kimmel antes de ponerse serio. “Siendo honestos, no sé adonde vamos a ir a parar, nadie lo sabe”, aseguró.
“Conozco a Jimmy Kimmel y es decente, divertido y un tipo adorable. Espero que vuelva pronto”, proclamó.
Otro que dio la cara fue Jon Stewart. Normalmente hace su programa en el Comedy Central los lunes casi a medianoche, pero visto lo sucedido con Kimmel, hizo un programa este jueves para analizar el estado de la primera enmienda de la Constitución.
Sugirió que Trump dispone de un medidor de talento en su despacho que “se rige principalmente por la amabilidad con el presidente”. En caso de que vaya por debajo de cierto nivel, se llega al punto en que la FCC tiene que ser notificada para amenazar la una adquisición de canales afiliados”.
Y aportó una nueva definición: “Lo que libertad de expresión significa es que es libertad de expresión tiene que dar apoyo al presidente”.