A poco más de un mes de que los Países Bajos celebren elecciones generales, una manifestación de signo ultraderechista convocada hoy en la ciudad de La Haya desembocó en escenas de violencia y caos, con enfrentamientos con la policía y ataques a la sede de un partido político.
La marcha, a la que asistieron cientos de personas, exigía políticas migratorias más estrictas y medidas drásticas contra los solicitantes de asilo. Varios grupos de manifestantes, muchos de ellos ondeando banderas neerlandesas y otras pertenecientes a grupos de extrema derecha, bloquearon una carretera y empezaron a lanzar piedras y botellas a los agentes desplegados en las calles, que emplearon gas lacrimógeno y un cañón de agua para dispersar a los alborotadores.

Los manifestantes protestaban contra la política migratoria del actual Gobierno
Según se pudo ver en las imágenes retransmitidas por los medios, los manifestantes quemaron un coche de policía durante los disturbios, y también atacaron la sede del partido de centroizquierda D66, considerado por muchos en la extrema derecha como un actor al servicio de una élite progresista. El líder de esta formación, Rob Jetten, mostró su indignación ante este ataque a través de un mensaje en la red social X: “No toquen a los partidos políticos –escribió–. Si creen que pueden intimidarnos, mala suerte. Nunca permitiremos que alborotadores extremistas nos arrebaten nuestro hermoso país”.
Un grupo más pequeño de alborotadores se dirigió también al complejo del Parlamento holandés, que actualmente se encuentra vallado mientras se somete a unas obras de renovación que ya duran años.
A la manifestación estaba invitado el líder populista y antiinmigración Geert Wilders, que el pasado junio provocó la caída del Gobierno del que formaba parte y que, según las encuestas, es el favorito para ganar las elecciones que tendrán lugar el 29 de octubre. Sin embargo, el dirigente optó por no asistir a la marcha. Es más, en un comunicado, condenó duramente los incidentes: aseguró que el uso de la fuerza contra la policía era “totalmente inaceptable” y llamó a los alborotadores “idiotas” y “escoria”.