Trump castiga al fiscal que no halló pruebas contra dos de sus enemigos

EE.UU.

La dimisión de Erik S. Siebert evidencia el afán controlador de la Casa Blanca

FILE - Erik Siebert, interim U.S. Attorney for the eastern district of Virginia, speaks as Attorney General Pam Bondi, right, and Virginia Gov. Glenn Youngkin, left, listen during a news conference at the Manassas FBI Field Office, March 27, 2025, in Manassas, Va. (AP Photo/Rod Lamkey, Jr., File)

Erik S. Siebert , el dimitido fiscal de Virginia

Rod Lamkey / Ap-LaPresse

La sed de venganza de Donald Trump no parece tener límites. Ni escrúpulos. Le da igual la imagen que proyecte más allá del aplauso de los suyos.

“Él no ha renunciado, lo he despedido”, escribió la madrugada del sábado en su red social.

El orden de los factores no altera el resultado. Erik S. Siebert, el fiscal de Virginia que investigaba a dos de los enemigos más odiados por Trump, el exdirector del FBI, James Comey, y la fiscal general del Estado de Nueva York, Letitia James, presentó su dimisión después de que Trump dijera a los periodistas en el despacho oval que lo quería “fuera” de ese cargo.

Siebert, fiscal interino para el Distrito Este de Virginia, había comunicado al Departamento de Justicia (DOJ) que no había encontrado suficientes pruebas para presentar cargos por fraude hipotecario contra James, quien planteó y ganó una causa civil contra la empresa familiar de Trump y sus negocios. También planteó dudas respecto a la investigación a Comey por difundir en sus redes una imagen captada en una playa de la que dedujeron que era una llamada para asesinar al presidente.

En el punto de mira

El presidente quiere encausar al exdirector del FBI James Comey y a la fiscal jefe de Nueva York, Letitia James

Con pruebas o no, Trump quiere represalias contra James y Comey. Siebert envió un mail a sus colegas en el que les comunicó su marcha porque el presidente no quería que siguiera, una presión negativa del líder de la Casa Blanca que los propios nombrados en el DOJ y legisladores republicanos influyentes en el Capitolio le aconsejaron que no ejerciera, para retener a ese veterano fiscal.

“Esta noche [viernes] he presentad my renuncia”, informó Siebert en su correo. A Trump le molestó porque replicó que él lo había despedido. “Cuando vi que dos senadores, dos caballeros que son malas noticias en lo que a mí respecta, cuando vi que esos dos le habían dado su aprobación, me dije que había que echarlo porque no podía ser nada bueno”. Esos dos legisladores son los demócratas Mark Warner y Tim Kane.

Trump tuvo claro que Siebert no hacía bien su trabajo. Se amparó en su veredicto de que “James es muy culpable de algo”, recalcó.

Si embargo, el esfuerzo de Trump para darle el finiquito al fiscal no hace más que profundizar en la preocupación de que el DOJ, que ya investiga a otras figuras que el presidente tiene en la lista de enemigos, como la gobernadora de la Reserva Federal Lisa Cook, por otro fraude hipotecario, está utilizando sus recursos como un instrumento de la Casa Blanca en busca de sus propósitos de retribución, lejos de la máxima establecida tras el caso Watergate de evitar las interferencias políticas para acusar a alguien por puro afán de venganza personal.

“Gané las elecciones y las elecciones tienen consecuencias”, insistió Trump.

Así que esto se corresponde con la persecución prometida contra todos aquellos que lo investigaron a él por sus negocios, su fraudes de campaña o su intento de golpe de Estado.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...