La cruenta respuesta de Israel a los ataques del 7 de octubre ha puesto contra las cuerdas a la comunidad internacional. Pese a los vínculos del Estado israelí con Occidente, las atrocidades cometidas en la Franja de Gaza han convertido el enclave palestino en un lugar inhabitable, y la desmedida violencia contra la población civil ha vuelto puesto de nuevo en el centro de la agenda internacional el reconocimiento de un Estado palestino. Este domingo, Gran Bretaña, Australia, Canadá y Portugal tomaron la iniciativa y reconocieron formalmente el Estado de Palestina antes de la cumbre de la ONU, que empieza hoy, como una muestra de la frustración ante la conducta de Israel. A esta decisión tienen previsto sumarse Francia, Luxemburgo, Malta, San Marino y Andorra que se incluirán a la mayoría de países miembros de Naciones Unidas —147 de 193— que reconocen la soberanía de Palestina. Cabe reseñar que en los últimos meses se han producido adhesiones relevantes a la propuesta: España, Irlanda, Noruega, Eslovenia, Armenia y México.
A pesar de esta oleada solidaridad en favor del pueblo palestino, el reconocimiento de un Estado requiere ciertos requisitos, y debe ir también acompañado de responsabilidades para los países que respalden esta medida, con el fin de ajustarse a las bases del derecho internacional.
¿Qué requisitos debe cumplir Palestina para ser considerado un Estado?
La Convención sobre Derechos y Deberes de los Estados de 1933, celebrada en Montevideo, estableció los requerimientos para que un territorio pueda ser reconocido como Estado soberano. Esta resolución contempla que un futuro Estado palestino deberá tener una población permanente, un territorio definido, un gobierno propio y la capacidad de conducir relaciones internacionales con otros países. El Estado de Palestina cumpliría teóricamente con estos requisitos, aunque con matices. Palestina tiene una población permanente y un territorio definido, pero en disputa. Sus fronteras se han visto alteradas por la ocupación israelí, cuyos asentamientos en Cisjordania y su intervención en Gaza han anexionado de facto una parte considerable del territorio.
El Gobierno de Palestina también es un apartado inestable. Aunque la Autoridad Palestina representa a su población en el plano internacional, el control israelí y su falta de autoridad sobre Gaza, controlada por Hamas, limitan sus capacidades. La interlocución de la Autoridad Palestina se podría ver reforzada con el reconocimiento exterior, ya que supondría establecer contactos diplomáticos directos entre la Autoridad y aquellos países que decidan reconocer un Estado palestino.
Los países que reconozcan a Palestina deberán ajustar sus relaciones con Israel al derecho internacional
Un reconocimiento cada vez más amplio de Palestina reduciría la capacidad de Israel para influir sobre estos territorios. Los países que den ese paso deberán revisar sus relaciones con el Estado israelí y garantizar que sus acuerdos no perjudiquen sus obligaciones con Palestina. En la práctica, esto implica que no podrán mantenerse pactos que contribuyan a violar los derechos de los palestinos, de acuerdo con el derecho internacional, obligando a Israel a cambiar aquellas políticas que opriman las libertades de un país reconocido como soberano.
De la misma manera, los países que reconozcan Palestina no podrán beneficiarse de la explotación israelí en los territorios ocupados, es decir, que deberán dejar de importar productos israelíes obtenidos fuera del marco legal. Es el caso de toda la producción agrícola cultivada en tierras palestinas ocupadas. Según el derecho internacional, desde 1945 un Estado no puede apropiarse de un territorio soberano por la fuerza. De este modo, un ataque israelí contra un Estado palestino reconocido activaría el régimen jurídico de la ocupación beligerante. Esto implicaría que dicho ataque estaría sujeto a las normas que regulan los conflictos armados —como los Convenios de Ginebra— y expondría a Israel a una respuesta internacional más severa.
Netanyahu desafía a la comunidad internacional ante la presión por reconocer a Palestina
Aunque el reconocimiento de Palestina podría suponer un avance en el intento de parar los pies al Gobierno de Netanyahu en Gaza, algunos de los países han impuesto condiciones. Es el caso de Bélgica, quien insiste en la liberación de rehenes y en el fin de la implicación de Hamas en la gestión de Gaza. Además, cabe recalcar que esta oleada de apoyo internacional hacia Palestina no incluye a Estados Unidos, que se mantiene al margen como el único miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU —y por tanto con poder de veto— que se niega a sumarse al reconocimiento.
Alemania también queda en una posición incómoda, y se distancia de sus vecinos europeos alegando que el reconocimiento de Palestina solo ocurrirá cuando se materialice la solución de los dos Estados, según declaraciones del canciller Friedrich Merz. Israel, por su parte, sigue rechazando la creación de un Estado palestino. Netanyahu argumenta que pondría en riesgo la seguridad de su país, pero además, obligaría a Israel a ajustarse al derecho internacional bajo la amenaza de sanciones de quienes reconozcan a Palestina. Según el primer ministro el reconocimiento de un Estado palestino significa “premiar al terrorismo con un enorme regalo”, y afirma que “no va a suceder”, pese a la celebración de la Conferencia de la ONU sobre la Cuestión de Palestina.