Las movilizaciones por Gaza en Italia acaban en enfrentamientos en la estación de Milán

Las protestas 

Puertos y autopistas bloqueados y miles en las calles en la huelga general por Gaza. Meloni denuncia “imágenes indignas”

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La estación de Milán, invadida por manifestantes en solidaridad con la población de Gaza. 

PIERO CRUCIATTI / AFP

Miles de personas en las calles, escuelas cerradas, puertos paralizados, estaciones ocupadas, carreteras cortadas y algún incidente.

La huelga general convocada por la Unione Sindacale di Base (USB), un sindicato minoritario, en solidaridad con la población de Gaza superó las expectativas de participación, con más de 80 ciudades italianas movilizadas y una fuerte presencia juvenil en las marchas.

Una respuesta contra un gobierno, el de Giorgia Meloni, uno de los más tímidos de Europa a la hora de tomar medidas contra la masacre de los palestinos. La primera ministra, de hecho, además de obstaculizar los escasos pasos que la Unión Europea intenta dar contra Israel, resiste la vía del reconocimiento del Estado de Palestina, temiendo descontentar a Estados Unidos y apoyándose por ahora en un entendimiento con Alemania.

En Milán hubo fuertes enfrentamientos cuando un grupo de manifestantes intentó entrar en la estación ferroviaria. La policía cerró los accesos para proteger a los pasajeros, y los activistas levantaron barricadas con papeleras y lanzaron botellas y bidones antes de ser dispersados.

Al llegar a Nueva York para la Asamblea General de Naciones Unidas, Meloni evitó participar en la cumbre informal liderada por el presidente francés Emmanuel Macron, a la que asistieron los líderes de algunos países árabes, además del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

Sin embargo, en Italia crece la crítica de la opinión pública a esta inacción de los gobiernos europeos, poniendo en riesgo el sólido consenso que la primera ministra mantiene tres años después de su victoria electoral.

La jornada estuvo marcada por algunos incidentes. En Milán hubo fuertes enfrentamientos cuando un grupo de manifestantes intentó entrar en la estación ferroviaria. La policía cerró los accesos para proteger a los pasajeros y los activistas levantaron barricadas con contenedores de basura y arrojaron botellas y bidones antes de ser dispersados. El balance fue de 10 detenidos y 60 heridos.

En Roma decenas de miles de personas con banderas palestinas ocuparon la estación central y luego invadieron la circunvalación, una de las arterias principales de la capital. Hubo caos también en la Universidad de Turín y en los puertos de Livorno y Marghera (Venecia). En Bolonia, los manifestantes bloquearon la autopista A1 que conecta el sur y el norte del país.

El Gobierno reaccionó, siguiendo la estela de Donald Trump, acusando a la izquierda de discursos de odio y violencia. Entre las voces más duras estuvo la de la primera ministra, Giorgia Meloni, que escribió en sus redes sociales: «Indignas las imágenes que llegan desde Milán: supuestos “pro-pal”, supuestos “antifa”, supuestos “pacifistas” que destrozan la estación y provocan choques con las fuerzas del orden».

Meloni pidió a la oposición que condenara y la líder del Partido Democrático (PD, centroizquierda), Elly Schlein, no rehusó: «La violencia política nunca es justificable. Pero mientras nosotros la condenamos siempre, seguimos esperando que Meloni condene los crímenes de Netanyahu».

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