La Casa Blanca vincula el consumo de paracetamol durante el embarazo con el autismo infantil

Estados Unidos

Pese a la falta de evidencia científica, Trump y Kennedy recomiendan a las mujeres embarazadas que no tomen Tylenol “a menos que sea médicamente necesario”

Horizontal

El presidente Donald Trump habla en la Sala Roosevelt de la Casa Blanca, acompañado del secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., y el administrador de Medicare y Medicaid, el Dr. Mehmet Oz. 

Mark Schiefelbein / Ap-LaPresse

Donald Trump ha desafiado este lunes décadas de investigación científica al presentar desde la Sala Roosevelt de la Casa Blanca lo que él considera el “anuncio médico más importante en la historia” de Estados Unidos. Según ha concluido una investigación del departamento de Salud, liderado por el polémico antivacunas Robert Kennedy Jr., el consumo de paracetamol durante el embarazo puede contribuir al desarrollo de autismo en los niños.

“Con efecto inmediato, Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) notificará a los médicos que el uso de paracetamol, que comúnmente se conoce como Tylenol (su principal marca comercial en EE.UU.) durante el embarazo puede estar asociado con un riesgo muy elevado de autismo”, ha anunciado Trump, acompañado de Kennedy y el director de los servicios de Medicare y Medicaid, Mehmet Oz. “Recomendamos firmemente que las mujeres limiten el uso de Tylenol durante el embarazo, a menos que sea médicamente necesario. Por ejemplo, en casos de fiebre extremadamente alta que sientan que no pueden aguantar”.

Donald Trump, presidente de EE.UU.

“Creemos que entendimos el autismo mejor que los que lo estudiaron antes, aunque quizás escondían lo que sabían”

El presidente ha dicho que esta recomendación es la conclusión del estudio que ha llevado a cabo el equipo de Kennedy, a quien ha agradecido su contribución, añadiendo que “creemos que entendimos el autismo mucho mejor que muchos de los que lo estudiaron”. “Y digo creemos porque no creo que realmente estuvieran dejando que el público supiera lo que ellos sabían”, ha añadido, abonándose a las teorías de la conspiración tan populares entre sus seguidores.

Para respaldar la relación entre el paracetamol y el autismo, Trump ha asegurado que no afecta a algunos grupos de población: “Prácticamente no escuché ningún caso de los amish”, ha asegurado, sobre un colectivo que vive alejado de los avances científicos de la sociedad. También ha dicho que en Cuba no hay autismo porque “no tienen dinero para comprar Tylenol”.

De este modo, el departamento de Salud desaconseja a las mujeres consumir paracetamol durante el embarazo, a pesar de que este fármaco analgésico ha sido considerado hasta ahora como uno de los más seguros para tratar el dolor. “Desgraciadamente, no hay alternativa” para paliar el dolor, ha reconocido Trump, pero “no tomen Tylenol, es malo”, ha insistido. En la actualidad, según las guías establecidas por la FDA, los doctores ya deben recomendar, en base a la ciencia, que las embarazadas eviten su uso prolongado del paracetamol, pero la Casa Blanca ha ido un paso más allá en su nueva recomendación.

Después de años de investigación, evidencia científica no ha dado hasta ahora respuestas concluyentes sobre qué contribuye al autismo, aunque la mayoría de científicos creen que la genética juega un papel principal y consideran que no se puede atribuir a un único factor. La ausencia de firmeza en las conclusiones de la investigación ha llevado en los últimos años al auge de teorías y rumores sin base científica. El secretario Kennedy ha afirmado en el pasado que EE.UU. afronta una “epidemia de autismo” impulsada por “toxinas ambientales”, pero tampoco hay prueba de ello.

Lee también

Sí es cierto que los diagnósticos de autismo han aumentado significativamente este siglo, aunque eso no implica necesariamente que se hayan incrementado los casos, pues hay más herramientas para detectarlo. Según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la tasa de autismo en niños de 8 años en el 2000 era del 0,66%, mientras que ahora es del 2,77%.

La empresa matriz de Tylenol, Kenvue, ha negado la afirmación del Gobierno, añadiendo que investigaciones científicas independientes muestran que tomar paracetamol es “la opción más segura de analgésico para mujeres embarazadas durante todo el embarazo”. Además, la compañía asegura que una década de rigurosa investigación avalada por destacados profesionales médicos y organismos globales de salud no halló “evidencia creíble que vincule el paracetamol con el autismo”.

“Creemos que la ciencia independiente y sólida demuestra claramente que el paracetamol no causa autismo”, señaló la empresa. “Estamos en total desacuerdo con cualquier sugerencia en sentido contrario y estamos profundamente preocupados por el riesgo para la salud que esto plantea a las mujeres embarazadas”.

Una investigación realizada el año pasado en Suecia con 2 millones de niños no halló ninguna asociación entre este medicamento y el riesgo de autismo. Aun así, hay estudios, como uno publicado en la Universidad de Harvard, que sí vinculan el uso frecuente de paracetamol en el embarazo con autismo y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en los hijos.

Trump recomienda a las madres que no vacunen a sus hijos recién nacidos de la Hepatitis B hasta los 12 años

Algunos expertos han afirmado que, en aquellos estudios en los que hay correlación, se debe a que estas mujeres embarazadas han presentado otras enfermedades que sí guardan mayor relación con el autismo y por las que han tenido que tomar el fármaco para tratarse.

Además del anuncio sobre el autismo, Trump se ha permitido dar directamente consejo médico a los estadounidenses. Ha asegurado, incorrectamente, que los bebés reciben “hasta 80 vacunas a la vez”. El presidente ha sugerido, siguiendo una afirmación habitual de Kennedy, que esta es una causa de autismo, algo que ha sido refutado por la ciencia. “Les inyectan tantas cosas a los bebés, es una vergüenza”, ha lamentado.

El presidente ha añadido que la hepatitis B se transmite sexualmente y ha sugerido que los niños no deberían ser vacunados hasta los 12 años. En la actualidad, se vacunan recién nacidos para evitar su transmisión durante el parto o a través de los objetos del hogar, como cepillos de dientes o toallas. Este tipo de recomendaciones, de un hombre sin ningún tipo de formación médica, recuerdan a cuando en el 2020, durante la pandemia de coronavirus recomendó usar lejía o la luz solar para curar su infección.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...