Hablando por teléfono desde la piscina del estiloso Hotel Camino Real en el opulento distrito de Polanco, un financiero estadounidense, de visita desde Florida, dio alguna pista sobre la sorprendente relación que mantiene México, en el primer aniversario de la presidencia de Claudia Sheinbaum, con Estados Unidos, diez meses desde la toma de posesion de Donald Trump.
“OK, este es más o menos un gobierno comunista, pero están muy focalizados en el crecimiento económico”, insistió, hablando con su jefe en Palm Beach, mientras fumaba un puro cubano de los que no se venden en Miami. “Me ha causado muy buena impresión. ¡Hagamos negocios con ellos!”
No era una valoración muy precisa de México bajo el mandato de Sheinbaum, científica de 63 años y exalcaldesa de la megaciudad mexicana, que arrasó en las elecciones de junio de 2024 gracias al respaldo de su padrino político, el presidente mexicano mas popular de la democracia, Andrés Manuel López Obrador.
Lejos de ser “communista”, el gobierno del partido Morena, que monopoliza el poder en gran parte de México, es de ideología socialdemócrata con una dosis retro del desarrollismo latinoamericano de mediados del siglo pasado, con su plan de reducir la pobreza mediante programas sociales y elevar la independencia económica de México.
Muchos historiadores comparan Morena - fundado hace 14 años por López Obrador- con el corporativista Partido de la Revolución Institucional (PRI) de mediados del siglo XX, que nacionalizó la petrolera Pemex y distribuyó tierra a los campesinos. Eso fue antes de que Carlos Salinas de Gortari adaptase el PRI-ismo al consenso neoliberal de Washington con la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá en 1994.
Sheinbaum tampoco ha logrado elevar el crecimiento económico a pesar de los elogios del inversor de Florida. Ya hace más de un año la economía mexicana está estancada, con un crecimiento medio del 0,1% mensual.
Pero la presidenta, pese a ser considerada un politico de poco carisma, ha logrado mantener una imagen de estrella de rock tanto dentro de México como fuera. A pesar de una batería de aranceles, dudas sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio, deportaciones masivas de mexicanos residentes en Estados Unidos y amenazas de intervenciones armadas contra los cárteles de la droga, Sheinbaum emerge triunfante de lo que pudo ser un annus horribilis. “A pesar de Trump, a pesar de todo, México aguanta como un piano”, dijo el economista de Monterrey, -el gran centro empresarial cerca de la frontera de Texas- Gerardo de la Peña.
Sin gran carisma, Sheinbaum tiene imagen de “rock star” dentro y fuera de México
La popularidad de Sheinbaum en las encuestas no ha bajado del 70% en estos doce meses. En conversaciones mantenidas este mes en Ciudad de México, la presidenta es elogiada por quienes la ven como la continuación de López Obrador y también por quienes creen que está rompiendo con el legado de su mentor.
“Ella ha ido en contra de parte de lo que le dejó López Obrador, pero sin faltarle al respeto, sin que pareciera que va en contra. Ha ido disponiendo las cosas como ella ha querido, y una de ellas es un nacionalismo un poco más discreto que el de López Obrador”, dijo Demien García el joven crítico cultural del medio 24 horas.
La presidencia de Sheinbaum ha sido inevitablemente una reacción improvisada a Trump. Al tomar posesión hace un año, la flamante presidenta anunció en la icónica Plaza del Zócalo una estrategia de redistribución basada en el principio de prosperidad compartida que impulsa la llamada Cuarta Transformación. Pero, tres meses después, con la Trump ya instalado en la Casa Blanca, se vio forzada a rediseñar el mensaje, centrándolo ya en la defensa de la soberanía con énfasis en la construcción de infraestructura mexicana, sobre todo ferroviaria, la autosuficiencia energética y alimentaria, y la ampliación del mercado interno para reducir la dependencia de las exportaciones.
El resultado fue el Plan México y el eslogan Cooperación (con EE. UU.) sin subordinación. “La prosperidad compartida ya se comunica como soberanía (...) un gobierno que coopera con Estados Unidos pero a la vez marca límite”, explica Gustavo Rueda en el diario Excélsior.
Sin embargo, la verdadera clave de la resistencia de la presidenta en las encuestas son los populares programas sociales de subsidios directos a los más necesitados y las subidas del salario mínimo, heredados de López Obrador.
Clave de la popularidad son los programas sociales y las subidas del salario mínimo
La pobreza ha seguido disminuyendo tras el éxito de Obrador en sacar a 13 millones de la pobreza. “La política salarial y las transferencias han puesto más billetes en la cartera de la gente”, explica el historiador Jesús Silva-Herzog. Esto da resultados en las urnas gracias a “una eficaz elaboración política que liga el cambio con el nuevo régimen económico”.
En el exterior, tal y como se comprobó en el Camino Real, Sheinbaum ya cuenta con la aprobación de la clase inversora global. Mexico ha triplicado la cantidad de inversiones extranjeras comparado con el último año de Obrador. Hasta marzo, 46 empresas multinacionales —muchas de ellas estadounidenses— habían anunciado inversiones que rebasan los 10.000 millones de dólares, incluyendo a Netflix, Nestlé y el Banco Santander.
Ni Porfirio Díaz, el dictador derrocado por la Revolución a principios del siglo XX, que resumió el dilema mexicano con la famosa frase “tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, podía imaginarse el reto de tener de vecino a un político como Trump. Cada piropo de “mujer maravillosa” que el presidente estadounidense envia a su homóloga en México, viene cargada de amenazas, bien de elevar los aranceles bien de bombardear las fábricas de fentanilo de los carteles mexicanos
Pero a diferencia de otros lideres de izquierdas en Brasil, Colombia y, por supuesto, Venezuela, Sheinbaum no ha sido tachada de “narco terrorista” en la retórica trumpista. Aunque Trump calificó la primera tanda de aranceles en febrero como un castigo a México por la “intolerable alianza con los traficantes de drogas”, desde entonces se ha hecho hincapié en la colaboración.
Incluso el secretario de Estado Marco Rubio, del lobby halcón de Miami, aplaudió a Sheinbaum en su visita hace dos semanas a Ciudad de México, donde anunció que “jamás en la historia de los dos países hemos visto un grado de colaboración que tenemos ahora”.
Pese al discurso de soberanía, Sheinbaum, efectivamente, se ha mostrado más dispuesta a colaborar en el area de narcotráfico que López Obrador. Éste obligó a la primera administración de Trump a poner en libertad a un militar detenido en EE. UU. por sus lazos con el narcotráfico. El gobierno actual, en cambio, ha extraditado a 55 peces gordos de varios cárteles y ha logrado reducir un 40% la entrada de fentanilo en Estados Unidos, segun los datos oficiales mexicanos.
Ha extraditado a 55 narcos y ha reducido un 40% la entrada de fentanilo en EE.UU.
Asi mismo, la presidenta ha elevado la presencia militar en ambas fronteras para reducir drásticamente la migración de acuerdo con las exigencias de Trump.. “Ya no llega nadie,” dijo el director de un albergue católico para migrantes en Monterrey. No obstante, añadió que los flujos migratorios desde el tapón del Darién, en Panamá, se han reducido más por el miedo a Trump que por las medidas de Sheinbaum.
Pese al espírito de colaboración, Sheinbaum ha insistido en que no aceptará actuaciones militares o policiales estadounidenses en suelo mexicano. Tampoco, ha respondido a las presiones estadounidenses para desmantelar las redes que unen los cárteles con administraciones políticas infiltradas por el crimen organizado. En este sentido, no ha roto con el legado de su antecesor. “El credo de López Obrador era que, mientras me apoyes políticamente a mí, todos tus pecados quedan perdonados”, dijo Carlos Flores, autor de El laberinto de los espejos. ”¿Hasta qué punto Sheinbaum está dispuesta a romper con eso? Pues es un asunto pendiente”.
Hay una paradoja en el éxito de la imagen interior y exterior de Sheinbaum. Es el resultado, en alguna medida, de la política del propio Trump. En el endurecimiento de la lucha contra el narcotráfico “la presión de Trump influyó mucho,” dijo Flores. La nueva estrategia de menor tolerancia ha coincidido con una caída del 30% de los homicidios dentro de México tras el récord alcanzado en los años de López Obrador.
Por su parte, las inversiones exteriores llegan a México debido a las estrategias de nearshoring, en las que fracturas geopolíticas, intensificadas por Trump, incentivan a las empresas estadounidenses a establecer unidades de producción más cerca de casa.
Solo la reforma jurídica -diseñada por López Obrador, que Sheinbaum, ha adoptado sin modificación-, levanta ampollas en las sedes de las multinacionales. La expulsion de miles de jueces para introducir un sistema de votación directa , “parece un caso claro de la politización de la justicia”, afirmó el financiero en el Camino Real. Pero no era suficiente como para disminuir su entusiasmo por hacer negocio en México.
México tampoco se ha visto tan perjudicado por el proteccionismo trumpista como se podía pensar, a partir del hecho de que el 85% de sus exportaciones se destinan a EE. UU.
En un análisis cuantitativo de la consultora Monarch, México emerge como uno de los países menos impactados gracias al Tratado de Libre Comercio —conocido ya como el T-MEC— que exime de los aranceles a todos los productos exportados dentro del acuerdo. “En términos relativos, para México el resultado es positivo. ”¡Pero no se lo digas al presidente Trump!”, bromeó el economista de la Peña.
A fin de cuentas, la primera fase de la revisión del T-MEC empieza en octubre. Si Trump llega a pensar que México y Sheinbaum están triunfando demasiado, “lo querrá renegociarlo todo y así abrir la caja de Pandora”.
