Europa viaja a Dinamarca angustiada por las últimas provocaciones rusas

Cumbre en Copenhague

Ucrania envía un grupo de expertos en drones tras los incidentes de los aeropuertos

A drone flies over Christiansborg Palace ahead of the informal meeting of European Union leaders in Copenhagen, Denmark, September 30, 2025. REUTERS/Leonhard Foeger

Un dron sobrevuela el palacio de Christiansborg, en Copenhague

Leonhard Foeger / Reuters

Copenhague recibe a los líderes europeos blindada como una fortaleza. Mañana, el reto es mayor por la cumbre de los 47 miembros de la Comunidad Política Europea, entre ellos el ucraniano Volodímir Zelenski. El escenario será en parte el palacio de Christiansborg, conocido para los seguidores de Borgen , pero la angustia de los últimos días en Dinamarca poco tiene que ver con la ficción.

Después de años advirtiendo que la amenaza rusa no iba a frenarse en Ucrania y que los países cercanos a Moscú podrían terminar siendo víctimas de las garras del Kremlin, el Gobierno de la danesa Mette Frederiksen cree que los acontecimientos de los últimos días le han dado la razón, tanto por los drones rusos abatidos en Polonia, la peligrosa incursión de cazas en Estonia o los avistamientos de drones en seis aeropuertos daneses, también el de la capital.

La Comisión Europea presentará en dos semanas su hoja de ruta para el rearme antes del 2030

Son varios los países que han contribuido a la seguridad de la cumbre, organizada por la presidencia danesa de la UE. Después de saberse, el lunes, que Francia, Alemania, Suecia y Noruega mandarán agentes, personal especializado en drones y también equipos de radares y detectores de estos aparatos, otros dos países se han sumado a los refuerzos. El Reino Unido enviará tecnología antidrones y Ucrania envía un grupo de expertos que inicia en Dinamarca su despliegue para compartir su experiencia.

No hay pruebas de que los drones en los aeropuertos estén relacionados con Rusia, y Moscú niega su implicación. Pero el clima es de tensión, porque tanto la UE como la OTAN creen que Vladímir Putin está poniendo a prueba la capacidad de reacción de los aliados de Ucrania. O, por lo menos, jugando con los nervios. Las autoridades danesas hablan de actores profesionales y de ataques híbridos. Una de las posibilidades que investigan es que fueran lanzados desde petroleros operados por Rusia en el mar Báltico.

“En Dinamarca, todavía estamos evaluando qué hay detrás de ello, pero en lo que respecta a Polonia y Estonia, está claro que son perturbaciones. No sabemos si son intencionadas, pero aunque no lo fuesen, son imprudentes e inaceptables”, aseguró el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en la reunión semanal del equipo de Ursula von der Leyen.

Los servicios secretos daneses hablan de un posible ataque ruso en los próximos cinco años, motivo por el cual Frederiksen insiste, ahora desde la presidencia de turno de la UE, en que la Comisión vaya más allá de ayudar a financiar el rearme de la defensa y apruebe una hoja de ruta con objetivos fijos antes del 2030. Von der Leyen, junto a Rutte, avanzó que estará lista en dos semanas y el acuerdo para destinar, de momento, 2.000 millones de euros para drones ucranianos.

Las delegaciones han recibido un esquema en que se dibujan algunas de estas prioridades, entre ellos el proyecto concreto de levantar un muro de drones. Los Estados miembros más pequeños, especialmente los más afectados por la amenaza rusa como los Bálticos, son los que tienen más apetito de este tipo de proyectos con paraguas europeo. En cambio, hay más escepticismo entre los grandes, como Francia o Italia, que no tienen ganas de ceder competencias en defensa.

Los líderes también debatirán una fórmula para tratar de acelerar el proceso de adhesión de Ucrania a la UE o la idea de un préstamo de 140.000 millones usando los activos congelados rusos para fortalecer la defensa ucraniana. En cambio, en la agenda no figura ningún punto dedicado a Israel, aunque no se descarta que aborden la situación en Oriente Medio si alguno de ellos pone el tema encima de la mesa.

Pocas decisiones se pueden tomar. Von der Leyen propuso sancionar a los ministros extremistas israelíes y a los colonos violentos y también suspender la parte comercial del Acuerdo de Asociación, pero todo sigue aparcado. En la reunión de embajadores del viernes pasado, Hungría se volvió a cerrar en banda a retirar su veto a las sanciones –y se requiere la unanimidad–, y también se constató que todavía no existe la mayoría cualificada para retirar las ventajas comerciales a Israel. Por lo menos, hasta que haya más movimientos en la región.

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