Pocas horas después de que una veintena de drones rusos fueran abatidos por la OTAN en Polonia, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció ante el Parlamento Europeo que la UE levantaría un “muro de drones” en la frontera oriental. La idea la tuvo durante una gira por los países en primera línea ante Rusia: hacía falta invertir en un sistema a lo largo del flanco este para detectar e interceptar posibles intrusiones de drones rusos como la que se ha visto en los últimos años en países como Rumanía, Letonia, Lituania o Estonia.
El plan es incipiente, todavía no tiene plazos (se habla de mínimo un año) ni presupuesto asignado, y tampoco se ha concretado del todo en qué consistirá. Pero al muro de Von der Leyen ya le están saliendo las primeras grietas. Durante la cumbre informal de líderes del miércoles en Copenhague, donde se debatió por primera vez entre todos los líderes comunitarios, varios pesos pesados entre los Veintisiete expresaron su poco entusiasmo por la idea. Entre ellos se incluyen Francia y Alemania, sin el beneplácito de los cuales pocos proyectos comunitarios van adelante.
“Si alguien está buscando métodos absolutos o garantías al 100% de seguridad, no las encontrará”, advierte el polaco Tusk
El presidente francés, Emmanuel Macron, fue rotundo al “desconfiar de los términos precipitados” como “cúpulas de hierro o muros de drones”. “Las cosas son más complejas. En realidad necesitamos sistemas de alerta temprana para anticiparnos mejor a la amenaza, capacidades de tiro de largo alcance, capacidades balísticas europeas, más sistemas antidrones, la disuasión nuclear”, dijo, entre varios otros ejemplos, en su llegada a Copenhague.
Durante la reunión, el canciller alemán, Friedrich Merz, comunicó a sus colegas que no creía que esta idea de un muro de drones podría garantizar una total efectividad contra los drones rusos, según reveló al día siguiente el primer ministro polaco, Donald Tusk. “Mi respuesta fue cándida, algunos dirían brutalmente honesta. Si alguien está buscando métodos absolutos o garantías al 100% de seguridad, no las encontrará”, indicó Tusk a la prensa. “Pero desde nuestro punto de vista, lo fundamental es que ahora todo el mundo acepta que el flanco oriental es responsabilidad de todos, incluidos Alemania y Francia”, insistió.
La primera ministra anfitriona, la danesa Mette Frederiksen, coincide en que por muchos muros que intente levantar la UE jamás se impedirá al completo que los drones rusos entren en Europa. “No me importa realmente cómo le llamemos siempre y cuando funcione”, apuntó, en la rueda de prensa final.
La Comisión Europea difundió antes de la reunión un documento exploratorio con los grandes ejes para el rearme antes del 2030. En él estaban dibujados lo que considera “proyectos emblema”, uno de ellos, este muro de drones. En el ejecutivo comunitario son conscientes, sin embargo, de que estos proyectos no deben ser solo pensados para una zona de Europa, porque siempre van a ser vistos como parte de las negociaciones del próximo presupuesto plurianual (entre el 2028 y el 2034), que han comenzado a abordarse bajo la presidencia danesa del Consejo de la UE.
Von der Leyen recoge el guante y habla de un “sistema” que funcione como un “escudo” para todo el continente
Al final, es también un tema de en qué dedicar los fondos europeos: hace falta que los países que no son parte de esta frontera oriental estén dispuestos a destinar cuantiosos recursos a protegerla. El debate es todavía muy embrionario, pero los países del este y del norte de la UE ya han comenzado a pedir solidaridad al resto, incluso sugiriendo, como hizo recientemente el ministro de defensa finlandés, que países como España fueron los grandes beneficiados de los fondos de recuperación después de la pandemia.
No todo es blanco o negro. El miércoles sí hubo consenso en que Europa debe ponerse las pilas para protegerse de los drones rusos e invertir en nuevas tecnologías. También los países del sur están de acuerdo en que la frontera este es de especial sensibilidad. Pero tanto España como Italia y Grecia expresaron que no se debe olvidar el resto de fronteras del continente. “No existe solo el flanco este, si olvidamos que hay un flanco sur nos arriesgamos a no ser resolutivos”, subrayó la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Preguntada por el asunto, la presidenta Von der Leyen recogió el guante y aunque recalcó que la prioridad es el flanco este porque son los países más expuestos, reconoció que la visión debía ser más amplia y cambió el nombre del “muro” antidrones por el de un “sistema” que funcionará como un “escudo para todo el continente”, incluyendo el flanco sur. “Puede haber un amplio espectro en el sistema antidrones y el uso de drones o mecanismos antidrones”, indicó la alemana, mencionando otros desafíos para Europa como la “migración convertida en arma o el control de la flota fantasma rusa”.


