La presión sobre Emmanuel Macron para una solución drástica -unas elecciones presidenciales anticipadas- ante la grave crisis política que vive Francia ha aumentado este martes, un día después de la dimisión de Sébastien Lecornu como jefe del Gobierno. El alcalde de Le Havre, Édouard Philippe, que fue primer ministro de Macron en la primera fase de su mandato, entre el 2017 y 2020, ha pedido que el jefe de Estado renuncie y convoque al país a las urnas, después de que sean aprobados por presupuestos del Estado.
La propuesta de Philippe, líder del pequeño partido Horizontes (centroderecha), que en teoría forma parte del bloque macronista, ha provocado un pequeño seísmo político porque muestra el aislamiento del jefe del Estado y lo precario de su posición.
Según el exprimer ministro, Francia no puede soportar la inestabilidad crónica hasta los comicios presidenciales ordinarios, previstos para la primavera del 2027. Otro jefe del Estado podría clarificar la situación y generar confianza. Pero antes resulta vital dotar al país de unos presupuestos para el 2026.
Philippe se alinea, en el fondo, con la izquierda radical, aunque lo hace de manera más suave. La Francia Insumisa (LFI) persigue la destitución de Macron por el Parlamento. El exprimer ministro no pone prisa a Macron. Le plantea una renuncia ordenada, que podría materializarse dentro de unos meses. Pero el objetivo es el mismo: echar a Macron del Elíseo antes de que termine su segundo mandato.
Otras figuras del centro y la derecha, como el alcalde de Cannes, David Lisnard, comparten la opinión de Philippe. Otro exprimer ministro, Gabriel Attal, líder del partido macronista, no llega tan lejos, si bien reconoció en una entrevista que ya no entiende las decisiones del presidente.
No es descartable que la ofensiva para que Macron dimita se intensifique. El exdirector del Fondo Monetario Internacional Desmond Lachman también se pronunció por la renuncia del presidente ante los graves riesgos que plantea la situación francesa, no solo para las finanzas públicas del país sino de toda la zona euro.
El primer ministro dimisionario prosigue sus contactos para tratar de hallar un acuerdo político mínimo que asegure al menos un presupuesto para el 2026 y una posición común del Estado ante el futuro de Nueva Caledonia, el conflictivo archipiélago en el Pacífico sur donde un pacto negociado hace unos meses entre independentistas y unionistas, con el aval del Gobierno francés, se vino abajo. Macron dio a Lecornu 48 horas de prórroga, hasta el miércoles por la noche, para hallar un consenso, algo muy difícil porque las negociaciones duraron casi un mes y concluyeron en el fiasco de la dimisión del primer ministro 14 horas después de anunciarse la lista del Gabinete.
