El primer ministro dimisionario francés, Sébastien Lecornu, considera que la perspectiva de unas elecciones anticipadas “se aleja”, aunque todavía negocia contrarreloj un compromiso entre los partidos para superar el bloqueo y evitar la disolución de la Asamblea Nacional.
En una breve alocución desde el patio del palacio de Matignon, este miércoles, Lecornu ha dicho que todos sus interlocutores han expresado “la voluntad de tener un presupuesto antes del 31 de diciembre”, condición indispensable para conjurar una crisis financiera. Se desconoce todavía qué concesiones van a hacerse para obtener una mayoría en la Asamblea Nacional.
Durante las últimas horas se ha especulado con que Lecornu podría aceptar la suspensión -o modificación- de la polémica reforma de las pensiones, que elevó de los 62 a los 64 años la edad legal de jubilación. Eso sería un último intento de atraer a los socialistas, con quienes se reúne este miércoles. Otra medida barajada es un impuesto a las rentas más altas. El aún primer ministro no se refirió a estas posibilidades en su mensaje de la mañana.
El plazo dado por el presidente Emmanuel Macron para obtener resultados de este diálogo entre las fuerzas políticas vence en la noche de este miércoles.
Lecornu admite que la imagen exterior de Francia se ha deteriorado y eso obliga a actuar
Además de la estabilidad financiera, Lecornu mencionó la necesidad de un compromiso entre los partidos sobre el futuro de Nueva Caledonia, cuyo nuevo estatuto de Estado semiindependiente -aunque vinculado a Francia- pende de un hilo debido al rechazo de una parte importante de los secesionistas canacos.
El primer ministro dimisionario citó entre las razones para superar con rapidez esta crisis la delicada situación internacional y el deterioro de la imagen de Francia. Lecornu admitió que los últimos acontecimientos han suscitado “interrogantes” en otras capitales sobre la gobernabilidad de Francia, lo cual debe corregirse cuanto antes.
