Rusia deja a oscuras partes de Kyiv en otro ataque aéreo contra la capital de Ucrania

Guerra en Europa

La destrucción de la producción ucraniana de gas natural, un 60 % según Bloomberg, obligará a Kyiv a aumentar las importaciones para hacer frente al invierno

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Varias personas pasan junto a un generador de gasolina usado por una clínica médica de Kyiv durante el apagón de este 10 de octubre 

Gleb Garanich / Reuters

En vísperas de su cuarto invierno en guerra, Ucrania vuelve a temer que los ataques rusos contra su infraestructura energética dejen a la población sin calefacción y otros servicios básicos. Este viernes ha tenido una muestra de lo que puede pasar dentro de unos meses: el último “ataque masivo” nocturno de Rusia ha provocado un apagón, cortes de agua y de calefacción en casi el 10 % de Kyiv, la capital del país, que tiene unos tres millones de habitantes.

La situación energética de Ucrania por los efectos de los misiles y drones rusos ya era sumamente complicada. Los ataques rusos del pasado 3 de octubre destruyeron alrededor del 60 % de la producción de gas natural de Ucrania, según Bloomberg.

Dos millones de usuarios se quedan temporalmente sin agua en la capital

Si este tipo de ofensivas continúan, Ucrania tendrá que gastar casi 2.000 millones de euros para comprar unos 4.400 millones de metros cúbicos de gas hasta fines de marzo de 2026, según fuentes anónimas citadas por la agencia. Eso equivale a casi el 20 % de su consumo anual.

Tras los ataques de la noche del jueves al viernes, al menos 270.000 abonados se quedaron temporalmente sin electricidad en la capital ucraniana, informó la ministra de Energía, Svitlana Hrinchuk. Las autoridades ucranianas calculan que los afectados en todo el país han llegado a los 600.000.

Según dijo en Telegram el viceprimer ministro del país, Oleksi Kuleba, el bombardeo cortó temporalmente el agua a 2 millones de usuarios en Kyiv.

Los drones y misiles rusos llegaron también a otras regiones. Partes de las provincias de Sumi, Járkiv, Poltava, Cherníguiv, Dnipropetrovsk y Zaporiyia experimentaron cortes de luz, agua y calefacción.

Zelenski pide ayuda a sus aliados

La Fuerza Aérea de Ucrania cifró la potencia del “ataque masivo” ruso en 460 drones y 32 misiles. Aunque sus defensas aéreas lograron interceptar la mayoría, un buen número alcanzó su objetivo: 60 aviones no tripulados y 14 cohetes. Periódicamente, Kyiv pide ayuda a sus aliados occidentales para incrementar su capacidad defensiva ante los ataques aéreos de Moscú.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, informó de la muerte de un niño en la región de Zaporiyia y pidió presión internacional para que Rusia cese estas acciones. “Lo que se necesita no son más gestos de cara a la galería, sino acciones decisivas, de EE.UU., deEuropa y del G7, para enviarnos sistemas de defensa aérea y garantizar el cumplimiento de las sanciones” contra Rusia, dijo en un mensaje en redes sociales.

El jefe de la administración militar de Zaporiyia, Iván Fedorov, confirmó la muerte del menor, además de tres heridos. Según explicó, esa región sufrió al menos siete ataques durante la noche.

El número de heridos en Kyiv ascendió a nueve, dijo el alcalde de la capital ucraniana, Vitali Klichkó, quien señaló que las fuerzas rusas estaban golpeando “infraestructuras críticas” de Ucrania.

Ucrania ha respondido atacando con sus drones las refinerías del interior de Rusia 

Tras las recientes jornadas de ataques rusos, a Ucrania no le queda más remedio que estar preparada. En su mensaje diario nocturno, Zelenski dijo el jueves que Moscú ya ha puesto a prueba las infraestructuras gasísticas ucranianas. Confirmando la información de Bloomberg, dijo que si hay más ataques similares Ucrania tendrá que aumentar sus importaciones.

Un día antes la ministra Hrinchuk dijo que Kyiv ya tiene planes para aumentar las compras de gas natural en el exterior un 30 % para compensar las pérdidas sufridas hasta ahora.

Zelenski ha prometido responder a los ataques rusos. De hecho, los drones ucranianos llevan meses concentrándose en las refinerías del interior de Rusia.

Sus ataques han provocado escasez de combustible, sobre todo gasolina, y un aumento de los precios en varias regiones rusas. Eso ha provocado una situación insólita en Rusia que, sin embargo, el Kremlin y el Gobierno, aseguran tener bajo control.

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