Rusia se pone en guardia ante el Tomahawk, el misil que Zelenski quiere

Guerra en Europa

Si EE.UU. envía esta arma, “acabará mal incluso para Trump”, advierte Medvédev

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El presidente estadounidense, Donald Trump, atiende a la prensa en el Air Force One durante su viaje a Israel

Evan Vucci / Ap-LaPresse

La posibilidad de que Estados Unidos envíe a Ucrania misiles de crucero Tomahawk de largo alcance se ha puesto sobre la mesa en los últimos días. Rusia, como siempre que en esta guerra se ha planteado la llegada de nuevas armas occidentales al país vecino, ha reaccionado advirtiendo de funestas consecuencias para los proveedores. Este lunes el expresidente ruso Dimitri Mevédev aseguró que el más perjudicado sería Donald Trump.

El presidente de EE.UU. declaró el domingo que había tratado este tema durante dos llamadas telefónicas con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. Tras esas conversaciones, Trump aseguró que está considerando amenazar al jefe del Kremlin, Vladímir Putin, con el envío de Tomahawk a Kyiv si la guerra en Ucrania no termina.

Trump dice que podría amenazar a Putin con estos misiles para lograr
el fin de la guerra

A Ucrania “le gustaría tener Tomahawk. Hemos hablado de eso, y ya veremos. Para ser sincero, quizás tenga que hablar con Rusia sobre los Tomahawk. ¿Quieren tener misiles Tomahawk dirigiéndose hacia ellos? No lo creo”, dijo Trump a los periodistas desde el avión presidencial poco después de partir desde Washington para su viaje a Oriente Medio.

A estas declaraciones reaccionó desde Moscú Dimitri Medvédev, que hoy ocupa la vicepresidencia del Consejo de Seguridad de Rusia. A riesgo de que Trump vuelva a llamarle “bocazas”, como hace varios meses, usó sus queridas redes sociales para expresar su habitual polémico punto de vista cuando habla de Ucrania.

“El suministro de esos misiles puede acabar mal para todos y, sobre todo, para el propio Trump. Nos queda esperar que se trate de otra amenaza vacía”, escribió Medvedev en Telegram. El expresidente ruso subrayó que los lanzamientos de estos misiles no los llevaría a cabo Ucrania, sino EE.UU. Y el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, insistió luego en esta apreciación. “El manejo de misiles tan complejos requerirá la participación, de una manera o de otra, de especialistas estadounidenses en el proceso”, afirmó.

Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), estas declaraciones forman parte de una campaña de “control reflexivo” con amenazas para disuadir a EE.UU. de suministrar Tomahawk a Ucrania. Esta incluye tanto advertencias de consecuencias terribles como afirmaciones de que las fuerzas rusas son muy capaces de destruir las nuevas armas y, por tanto, no alterarán el curso de los combates.

El alcance de 1.500 kilómetros podría fácilmente poner a Moscú en el punto de mira de Ucrania

Dentro de dicha estrategia hay que enmarcar también las declaraciones de la semana pasada del destacado diputado ruso Andréi Kartapólov, que preside la Comisión de Defensa de la Duma y antes (del 2018 al 2021) fue viceministro de esa cartera. “Conocemos muy bien estos misiles, cómo vuelan, cómo derribarlos; trabajamos en ellos en Siria, así que no hay nada nuevo. Solo quienes los suministran y quienes los usan tendrán problemas... Encontraremos maneras de perjudicar a quienes nos causan problemas”, aseguró.

El que todavía no se ha pronunciado en público sobre esta cuestión es el presidente ruso, Vladímir Putin. Pero con anterioridad dijo que Rusia va a mejorar su sistema de defensa antiaérea para que sea capaz de derribar este tipo de misiles.

También señaló Putin que la transferencia de tales armas conducirá a la destrucción de las relaciones ruso-estadounidenses, “en cualquier caso, las tendencias positivas emergentes” en ellas. Moscú sigue creyendo que aún es posible salvar los avances logrados en la cumbre que Trump y Putin mantuvieron en Anchorage (Alaska) en agosto, al menos en lo que se refiere a la potencial mejora de las relaciones bilaterales entre Rusia y EE.UU. Un peso pesado del Ministerio de Exteriores, el viceministro Serguéi Riabkov, expuso la semana pasada que el “poderoso impulso” hacia un acuerdo de paz en Ucrania que se logró “en gran medida se ha desvanecido”.

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Trump hizo las declaraciones antes de aterrizar en Israel para sellar la primera fase del plan de paz en Gaza

Evelyn Hockstein / Reuters

Las declaraciones de Donald Trump sobre los Tomahawk se pueden entender dentro de su deseo de seguir mediando para que Rusia y Ucrania se sienten a negociar y pongan fin a la guerra. De hecho, el líder estadounidense reconoció que aún no había decidido si proporcionaría los potentes misiles a Ucrania.

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Saboreando en Jerusalén su éxito diplomático tras el cese del conflicto entre Israel y Hamas y la liberación de los veinte rehenes vivos que la organización islamista tenía en su poder, Donald Trump aseguró este lunes que también hay una oportunidad para firmar un acuerdo de paz con Irán. Pero pidió trabajar antes para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania. “Creo que será fácil. Pero primero tenemos que resolver lo de Rusia”, subrayó ante el Parlamento israelí.

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