La ausencia ayer en Sharm el Sheij de Beniamin Netanyahu –por ser festivo en Israel, argumentó– y de representantes de Hamas, y la presencia en cambio de Mahmud Abas, presidente de una Autoridad Palestina de cartón con la que no se ha negociado nada, deja el acuerdo de alto el fuego –que no de paz– gestado por Trump en un mero canje de prisioneros, el definitivo simplemente. Este es el punto en que nos hallamos y vale preguntarse si para este viaje hacían falta alforjas. Todo esto podría haber ocurrido hace tiempo.
Hubo un aspecto muy destacado en la incontinencia verbal de Trump, ayer. A Hamas, dijo, “les hemos dado la aprobación por un tiempo”. Es realista y razonable. Aunque considerablemente doblegado, el Movimiento de Resistencia Islámica no ha desaparecido. Y en Gaza no hay nadie más.
Netanyahu tiene ahora que satisfacer a sus socios que sueñan con el Gran Israel
Hay una lectura posible: Netanyahu no ha destruido a Hamas, y Hamas puede cantar victoria por haber obtenido la liberación de prisioneros pero sobre 67.869 muertos y 170.105 heridos. Y con su feudo convertido en un solar. Un acuerdo implica que no hay vencedor. ¿Alguien ha ganado? Quizás los gazatíes, que con un sacrificio y una capacidad de resistencia inimaginables han devuelto Palestina al centro del mundo.
Si las cosas fueran como es debido, en los próximos días tendría que celebrarse una reunión de las facciones palestinas en Egipto para hablar del futuro. Hamas hizo la convocatoria hace unos días, y además ha mostrado disposición hacia la tan ansiada unidad nacional palestina, cuyo último intento fracasado data del 2024... en Pekín. En la lista de prisioneros a liberar por Israel, Hamas reclamaba a Marwan Bargouthi, que lleva más de veinte años en la cárcel y que, con una posición dialogante, es el hombre que podría encabezar esa unidad palestina y tener el rol más relevante en el documento elaborado por el equipo de Trump si este valiera algo más que el papel en el que está escrito. El gobierno israelí, sin embargo, ha preferido excarcelar a radicales islamistas con condenas a cadena perpetua por su responsabilidad en ataques suicidas. De esta manera, Netanyahu siempre podrá decir aquello de “Israel no tiene con quién negociar”, que es lo mismo que se decía en vida de Yaser Arafat.
Prisioneros palestinos liberados, ayer a su llegada a Jan Yunis, en Gaza
Pero todo el mundo sabe que no hay plan. ¿Cómo se puede pretender una supuesta administración transitoria en Gaza sin los palestinos y bajo criterios absolutamente coloniales, y en cambio decir que se abre el camino para su autodeterminación? ¿Bajo qué marco legal se puede organizar una “Fuerza Internacional de Estabilización”? ¿Por qué se prescinde por completo de Naciones Unidas, que es el único ente que puede determinar que se aplica el derecho internacional?
Visto gráficamente: en dos años han caído 85.000 toneladas de bombas sobre un territorio cerrado, más pequeño que la comarca catalana del Maresme, y la población no tiene la menor garantía de que todo no vuelva a comenzar. No hay calendario para una retirada de las tropas israelíes hasta más allá de la valla de separación, una falsa frontera, por cierto, ya que Gaza es y seguirá siendo territorio ocupado por Israel; su estatus no ha cambiado.
Netanyahu ha satisfecho a Trump, y ahora tiene que satisfacer a sus socios radicales de gobierno que sueñan con el Gran Israel. Así, es previsible que se deje pasar un tiempo, hasta que en Tel Aviv consideren que la solidaridad con Palestina ha decrecido en las calles europeas, cansadas de asistir a tanto horror televisado, y que Israel puede recuperar eso que se suele llamar el relato, el cual perdió ya en los primeros meses de bombardeos (a pesar de que la reacción popular se ha demorado). Entonces, tal como se ha hecho otras veces, se aprovechará –o se provocará– cualquier acción de las milicias palestinas para volver a atacar. Y entonces, cualquiera podrá decirle a Netanyahu –y con razón, desde el punto de vista israelí: “Bibi, ¿por qué no aceptaste el canje enseguida y salvaste a todos los rehenes, pudiendo bombardear Gaza después?”