El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, fue uno de los grandes ausentes en la cumbre por la paz en Gaza celebrada el pasado lunes en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij. El mandatario había aceptado una invitación de última hora, pero luego argumentó que no podía viajar por la coincidencia con una fiesta judía. En realidad, su baja se debió al veto impuesto por el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Este bloqueo fue confirmado ayer oficialmente por el portavoz del partido de Erdogan, Omer Celik, quien dijo que su líder no quería “estar en el mismo marco de fotos que Netanyahu”. Celik explicó que la participación del primer ministro israelí en la cumbre no se había contemplado en un inicio, pero que Turquía se preparó para cualquier cambio en la agenda: “Ya habíamos planeado cómo responder si se presentaba tal situación”, dijo.
Un funcionario del Gobierno turco reveló el lunes a la agencia Associated Press que Erdogan recabó el apoyo de otros mandatarios para impedir la presencia de Netanyahu. Para ello contó con la ayuda del primer ministro iraquí, Mohammed Shia al Sudani, quien advirtió a los funcionarios egipcios y estadounidenses que se retiraría de la cumbre si el mandatario israelí asistía.
Erdogan, cuyo Gobierno mantiene vínculos con Hamas, ha sido uno de los mediadores en las negociaciones de alto el fuego en Gaza, y en estos últimos meses ha mostrado una oposición frontal a las políticas de Netanyahu. Desde que estalló la guerra en la franja, ha acusado repetidamente a Israel de cometer un genocidio, y ha llegado a comparar al primer ministro israelí con Hitler.

