Trump arranca 350.000 millones de dólares de Corea del Sur la víspera de su cita con Xi Jinping

Cumbre APEC en Corea

Reconoce que no habrá encuentra con Kim Jong Un, después de que Corea del Norte probara un nuevo misil

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Tras el descuido de ayer, cuando paso frente a la bandera de Japón, sin saludarla, mientras la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, se inclinaba ante la bandera de EE.UU., Donald Trump ha hecho este miércoles todos los saludos preceptivos, junto al presidente de Corea del Sur, Lee Jae Myung, en Gyeongju 

POOL / EFE

El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha descartado este miércoles un encuentro de última hora con el dictador norcoreano, Kim Jong Un. Dicha posibilidad había estado en el aire desde que el viernes por la noche despegó de Washington, rumbo a Asia. “Me voy a centrar en Pekín”, ha dicho este miércoles en Corea del Sur, tercera etapa de su gira asiática, que antes le llevó a Malasia y Japón. 

El primer indicio de que la cita con Kim Jong Un no tendría lugar se observó ayer martes, en Tokio, cuando Trump finalmente se reunió con parientes de japoneses secuestrados por Corea del Norte hace más de cuarenta años. En principio, solo el secretario Marco Rubio debía atenderles. Horas después, el régimen de Pyongyang probaba un nuevo misil naval de crucero. Este ascendió sobre el mar Amarillo durante 130 minutos, antes de alcanzar su supuesto objetivo, cerrando así la puerta a cualquier encuentro en la Zona Desmilitarizada que divide Corea, si es que alguna vez existió, más allá de la burbuja mediática estadounidense. 

Esta remota posibilidad se había mantenido en vilo, tras saberse que el ministerio de la Unificación, en Corea del Sur, había anunciado que “no habrá visitas a Panmunjom [Zona desmilitarizada] entre finales de octubre y principios de noviembre”. También es cierto que el encuentro difícilmente podría haber ido más allá de una foto. Sería la cuarta en el álbum de Donald Trump -alguien con escaso interés en los informes que le presenta el departamento de Estado y que todo lo fía al trato personal- después de las que se hizo con el orondo dirigente coreano durante su primer mandato, en Singapur, en Vietnam y en la propia Zona Desmilitarizada. 

Una experiencia que no parece que dejara buen sabor de boca en el régimen comunista, ya que poco después dinamitó el edificio pagado por Seúl para acoger reuniones conjuntas, enterrando  así la etapa de acercamiento del presidente Mun Jae In. Desde hace meses, Pyongyang -reforzada por el tratado de defensa mutua firmado con Rusia- hace saber que nunca se sentará a negociar sobre su disuasión nuclear. 

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El presidente Lee Jae Myung ha honrado a Trump con la más alta distinción civil de la República de Corea, la Gran Medalla Mugunghwa, antes de su negociación en el Museo Nacional de Gyeongju. A su lado, el obsequio de una réplica de una corona de oro del siglo VI del reino coreano de Silla, 

YONHAP / EFE

Aunque el actual presidente y correligionario de Mun, Lee Jae Myung, apuesta por desinflamar la relación con Corea del Norte -al rojo vivo durante los años de Yoon Suk Yeol, hoy encarcelado por insurrecto- seguramente respira con alivio. Donald Trump, que ha firmado ya cinco acuerdos sobre tierras raras durante su gira asiática y se prepara para la cita clave de mañana con el presidente de China, no necesita más dispersión. 

La concentración habría servido para “prácticamente cerrar el acuerdo comercial con Corea del Sur”, según ha declarado Trump este mismo miércoles, tras su cena oficial con Lee Jae Myung. Seúl ha aportado luego las cifras concretas que han contentado a Trump, que previamente había pasado el cepillo por Tokio, en términos similares. Ambas naciones asiáticas, que fueron amenazadas con derechos de aduana de EE.UU. del 24%-25%, han accedido a realizar inversiones gigantescas en aquel territorio, a cambio de una rebaja arancelaria, hasta el 15%. 

Donald Trump exigía a Corea del Sur 350.000 millones de dólares al contado para reindustrializar EE.UU.. Finalmente, la negociación de Lee Jae Myung y su equipo habría logrado un acuerdo no menos sangrante, pero a plazos: ”200.000 millones del Estado, a razón de 20.000  millones por año, durante diez años y 150.000 millones de empresas privadas”, según fuentes del gobierno coreano. Están en juego exportaciones anuales de los grandes consorcios surcoreanos a EE.UU. por unos 130.000 millones de dólares anuales (el doble que las importaciones coreanas de mercancías estadounidenses) pero entre la población surcoreana la imagen de EE.UU., tradicionalmente buena, ha salido malparada. 

Entrevista Trump-Xi

Fentanilo, soja, chips y tierras raras, forman parte del cóctel previsto en una cita clave 

Gyeongju, ciudad histórica del sudeste del país, acoge la cumbre anual de cooperación económica de Asia-Pacífico (APEC), técnicamente este viernes y sábado. Hoy se ha sabido que el esperado encuentro de la víspera, el jueves, entre Donald Trump y Xi Jinping -el primero desde 2019- se celebrará a 85 kilómetros de allí, en Busan, la segunda ciudad surcoreana. Probablemente en un pabellón recientemente rehabilitado, en el sector militar del aeropuerto. 

El tema de fondo son los aranceles estadounidenses a los productos chinos y la desinhibida réplica china a estos. Tras órdagos inicialmente delirantes, han quedado en el 30% y 10%, respectivamente, con margen para seguir negociando. 

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Caricatura de Donald Trump en Gyeongju, ciudad que acoge desde hoy la cumbre de APEC, que el presidente estadounidense apenas frecuentará, ya que su prioridad es cerrar sendos tratos con sus homólogos de Corea del Sur y de China. Xi se quedará hasta el sábado, mientras que Trump volará de regreso este mismo jueves 

ANDRES MARTINEZ CASARES / EFE

Según The Wall Street Journal, Donald Trump podría agarrarse a una mayor represión china de las exportaciones de componentes del fentanilo. Pretexto suficiente para recortar del 20% al 10% el arancel especial que se sacó de la manga al poco de ser investido. Como contrapartida, China retrasaría la entrada en vigor del permiso obligatorio para cualquier exportación de tierras raras, que controla en más de un 80%. Como es sabido, estas son imprescindibles para las ramas más avanzadas de la industria militar, aeronáutica, de energías renovables y telecomunicaciones.

Pekín también podría reanudar las compras de soja estadounidense, tras cerrar el grifo durante la cosecha de 2025, para desesperación del colectivo de granjeros del Medio Oeste, abonados a Trump. Asimismo, hay esperanzas de que se selle un acuerdo definitivo sobre la propiedad de la filial estadounidense de Tiktok, la red social de origen chino que Joe Biden quiso clausurar en Estados Unidos, “por motivos de seguridad” . Un reconocimiento velado de que muchas elecciones hoy en día se ganan o se pierden según los algoritmos de las redes sociales (que fuera de China acostumbran a ser estadounidenses). 

Cabe señalar, por último que está previsto que el presidente chino Xi Jinping que aterrice mañana jueves en Busan y mantenga encuentros hasta el sábado en el marco de la cumbre de la APEC. A esta acudirán otros mandatarios de ambas orillas del Pacífico, desde el filipino Bongbong Marcos hasta el chileno Gabriel Boric (aunque la mexicana Claudia Sheinbaum finalmente no asistirá). No todos, pongamos por caso el canadiense Mark Carney, mantienen la mejor de las relaciones con Donald Trump. 

Este, en cualquier caso -que hoy ha intervenido ante los presidentes ejecutivos de los chaebol surcoreanos: Samsung, Hyunday, LG, Posco, SK, etc.- habría adelantado su vuelo de regreso al mismo jueves, antes del inicio oficial de la cumbre. El motivo aludido es la voluntad de acudir, junto a la primera dama, Melania Trump, a una celebración de Halloween en Washington, el mismo día a las 5.30h de la tarde. Aunque su retorno estaba previsto para el viernes, dando tiempo para un golpe de efecto norcoreano, este ha terminado siendo una ilusión. 

“Conozco muy bien a Kim Jong Un y nos llevamos muy bien, pero no se ha podido agendar”, dijo Donald Trump, que aun así confió en un encuentro con el dirigente norcoreano “en un futuro no lejano”. “Tarde o temprano habrá que tratar con Corea del Norte”, añadió, “creo que ellos lo desean y yo lo deseo”. Su homólogo, Lee Jae Myung le ha dicho que esa buena disposición servía ya “a la causa de la paz en Corea”. 

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