Los Países Bajos quieren volver al centro

Elecciones legislativas

Los liberales progresistas desbancan por sorpresa a Wilders e intentarán gobernar

THE HAGUE, NETHERLANDS - OCTOBER 30: D66 leader Rob Jetten cuts a cake in a meeting room ahead of the faction meeting on October 30, 2025 in The Hague, Netherlands. The Centrist D66 party has made huge gains, almost tripling its seats to 26 and is likely to be able to form the next coalition government, as The Freedom Party's support is waning. The snap election was triggered in June when far-right polemicist Geert Wilders withdrew his Freedom party (PVV) from the ruling rightwing coalition, over a disagreement about immigration policy. (Photo by Pierre Crom/Getty Images)

Rob Jetten corta un pastel con el logo de su partido, D66, y el lema “Sí se puede”, ayer

Pierre Crom / Getty

La oleada de ultraderecha en Europa ha encontrado un freno en Holanda. Los neerlandeses, hartos de la inestabilidad de los últimos años, han decidido pasar página de los meses convulsos protagonizados por el islamófobo Geert Wilders y confiar, de manera sorprendente, en un joven liberal progresista de apenas 38 años, que hasta hace unos días era cuarto en las encuestas pero que, tras una buena campaña electoral, ha logrado transmitir un mensaje ilusionante. Holanda, como pronosticaban algunos estudios, está harto de las turbulencias y quieren volver al centro.

El nuevo rostro triunfante de la política neerlandesa es el de Rob Jetten, el líder del partido D66, que logró un empate técnico con el Partido por la Libertad (PVV) de Wilders a 26 escaños. “Toda esa gente nos está mirando a nosotros, a cómo vamos a formar un gabinete estable y ambicioso para todos los que nos piden ayuda para pasar página de Wilders y trabajar con fuerza positiva por nuestro hermoso país”, dijo Jetten, que tiene muchos números de convertirse en primer ministro. La sorpresa fue tal que llevó a la dimisión del ex comisario europeo Frans Timmermans, que terminó cuarto. El veterano político holandés, uno los grandes protagonistas del pacto verde en Bruselas, renunció al liderazgo de GroenLinks-PvdA para dar paso “a la nueva generación”.

Los resultados finales dan un empate técnico entre el PVV y el D66, que resolverá el voto del exterior

¿Y ahora? En Países Bajos la campaña no termina el día de las elecciones, sino que ahora arranca la segunda fase: la de las negociaciones. Son especialmente complicadas en este fragmentado sistema político. Hasta quince formaciones han obtenido representación parlamentaria. Lo primero que habrá que ver para vaticinar la agilidad con la que los neerlandeses verán nacer un nuevo primero es quién queda primero en número de votos. En escaños, los liberales y Wilders empatan a 26, pero anoche el D66 superaba a la ultraderecha por apenas 15.000 papeletas, a la espera de las que lleguen del exterior. Tradicionalmente, el primer partido es el encargado de iniciar formalmente la exploración de una formación del próximo gobierno, por lo que este privilegio es fundamental.

El presidente del Parlamento, Martin Bosma, del partido de Wilders, ha anunciado que la reunión entre los líderes políticos para designar un explorador, la figura que deberá estudiar las diferentes opciones, se pospone hasta que llegue el voto exterior y se produzca el recuento de votos. Es algo que había pedido el propio Wilders: aunque tiene muy difícil volver a formar parte de un gobierno, quiere poder justificar ante su electorado que es el primer partido y que no gobierna debido al veto del resto de formaciones contra él. Es la misma táctica que ya le funcionó al ganar en el 2023, un triunfo histórico para la extrema derecha que terminó resultando en un extraño gobierno que solamente duró once meses.

El excomisario Timmermans renuncia como líder de los socialdemócratas tras quedar cuerto

“En los últimos años aquí votaron por la emoción tras la entrada de muchos migrantes, pero han visto que Wilders decía mucho y en los momentos complicados era incapaz de actuar porque solo hablaba de los extranjeros”, resumía Jorge, un votante de Jetten de madre española.

Esta vez, Wilders lo tiene mucho más complicado porque el resto de formaciones han prometido volver a aplicar el cordón sanitario. Esto favorece, y mucho, a Jetten, que quiere ir por la vía rápida y, aunque reconoce que necesitarán algo de tiempo para reflexionar, llama al resto a “formar rápidamente un gobierno estable”. “Habrá un proceso muy complicado y probablemente largo, aunque todos los líderes ya hayan dicho que quieren una formación de gobierno breve”, avisa Denny van der Vlist, investigador de Ciencias Políticas en la universidad de Leiden.

Se anticipan unas largas negociaciones para formar gobierno, y una de las opciones apunta al centroderecha

Son varias las mayorías posibles, y todas tienen en el centro el D66. Si mira a la derecha, tendría que llamar a la puerta de los liberales conservadores, el VVD, y también a los democristianos del CDA, pero necesitarían otra formación en la ecuación. Una posibilidad es que entre el JA21, la derecha radical euroescéptica, que “tiene muchas ganas de gobernar” –y así lo ha dejado claro– y podría intentar prometer rebajar sus peticiones. Pero igualmente, sumarían 75 escaños, uno menos de la mayoría absoluta.

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“¿Puedo pensarlo hasta mañana?”, pidió el democristiano Henri Bontenbal, que aspiraba a ser él la gran revelación de estas elecciones. Aunque mejoró de largo los resultados del 2023 –solamente tuvieron cinco escaños, y ahora han logrado 19– a Bontenbal le jugó una mala pasada un error de última hora ensalzando la educación religiosa. La liberal Dilan Yesilgoz, sucesora de Mark Rutte en el VVD, insiste en que quiere un gabinete de centroderecha, excluyendo a GroenLinks-PvdA. Está por ver si la salida de Timmermans le podría convencer.

Lo bueno, según Van der Vlist, es que Jetten es un heredero de la tradición neerlandesa de consensuar entre fuerzas políticas. “En eso sigue muy de cerca el estilo de Mark Rutte, pero también de los primeros ministros anteriores, que se dotaban de cierta flexibilidad ideológica para poder maniobrar dentro de estas difíciles coaliciones de gobierno”, apunta el analista. En cualquier caso, el proceso incierto podría prolongarse durante varios meses.

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