El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el viernes una resolución, auspiciada por Estados Unidos y atemperada por Rusia y China, que supone un giro histórico para el conflicto del Sáhara Occidental al apostar por el plan marroquí.
“La auténtica autonomía bajo la soberanía marroquí constituye una solución sumamente factible”, se lee en el texto. La resolución salió adelante con once votos a favor, tres abstenciones (Rusia y China, que renunciaron al veto) y Argelia, que se negó a participar porque considera que se deja sin voz a los protagonistas, los saharauis sometidos al colonialismo.
La medida significa renovar la misión de mantenimiento de la paz de la ONU (Minurso) por otro año en la excolonia española, como ha ocurrido durante más de tres décadas. Esta vez, sin embargo, desaparece la alusión a un referéndum.
Once votos a favor, tres abstenciones (Rusia y China rechazaron el veto) y Argelia que se negó a participar
“Bienvenidos a un voto histórico”, se felicitó Mike Waltz, embajador de EE.UU. “Este es un momento único para lograr la paz en el Sáhara Occidental”, añadió. “El presidente Trump está comprometido y apoyamos una solución mutuamente aceptable. Urgimos a todas las partes a sentarse a la mesa en las próximas semanas e implicarse en discusiones serias usando la propuesta realista y creíble de Marruecos como única base como solución”, recalcó.
El redactado inicial de EE.UU. era más tajante y apostaba por cerrar la misión de la Naciones Unidas en tres meses.
La resolución significa que el plan de Marrueco es la base y desaparece cualquier mención a la consulta de autodeterminación para el Sahara Occidental (territorio español hasta hace 50 años y que tras la Marcha Verde ha estado controlado en su mayor parte por Marruecos), aprobado por la ONU y que contaba con el apoyo de Argelia, y el respaldo de Rusia y China.
Esta aprobación en el órgano ejecutivo de la Organización de Naciones Unidas ofrece un fuerte impulso a la iniciativa de Marruecos para mantener la soberanía sobre el territorio, algo que también han abrazado la mayoría de los miembros de la Unión Europea (UE), como España, y un creciente número de aliados africanos.
Pero la decisión supone provocar la ira de Argelia y del Frente Polisario, que ante los rumores sobre el borrador estadounidense, ahora muy suavizado para que Ruisa y China no vetaran, sostuvo que rechazarán “cualquier proceso para legitimar la ocupación militar ilegal de Marruecos”.
Tras el acuerdo de 1991, el Polisario se retiró del pacto de alto el fuego en el 2020, después de confrontaciones cerca de una carretera que Rabat estaba pavimentando hacia Mauritania. Desde entonces, el grupo ha informado de actividades militares, mientras que Marruecos deniega que haya un conflicto abierto. La ONU lo denomina “hostilidades de bajo nivel”.
El Sáhara Occidentales es una franja costera desértica rica en fosfatos, llamada “zona libre”, al este de un muro de arena construido por los marroquíes, que reclaman tanto Marruecos como el Polisario, que opera en la lucha por la independencia desde campos de refugiados en el suroeste de Argelia y que afirma representar al pueblo saharaui del territorio en disputa.
Este giro podría desestabilizar un proceso estancado desde hace decenas de años y que no ha lograd resolverse a pesar de que la Minurso designo su misión como temporal.
El presidente estadounidense Donald Trump y sus enviados siempre se han mostrado favorables al plan de Marruecos. Steve Witkoff causó un seísmo al sugerir en unas declaraciones al canal CBS que la paz entre Marruecos y Argelia, con el Polisario como principal benefactor, se podía lograr en 60 días. Los dos países vecinos no están en guerra pero rompieron relaciones hace cuatro años.
Esta semana, Massad Boulos, asesor de Trump en asuntos de África, insistió el apoyo al plan de Marruecos en una entrevista con Sky News Arabia.
