Trump abre la puerta a una intervención militar en Nigeria

Tensión en África Occidental

El presidente estadounidense dice que podría desplegar efectivos sobre el terreno para evitar las supuestas matanzas de cristianos

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El presidente de EE.UU., Donald Trump, ayer regresando a la Casa Blanca

Mark Schiefelbein / Ap-LaPresse

Nigeria se ha convertido en la nueva obsesión de Donald Trump. 

El presidente estadounidense asegura que en el país africano se están cometiendo matanzas de cristianos, tal y como se insiste desde determinados círculos de la derecha norteamericana, y en los últimos días ha amenazado con una intervención militar para detener estas supuestas masacres.

El pasado sábado, un día después de que el Gobierno de EE.UU. incluyera a Nigeria en una lista de “países que causan especial preocupación” por sus violaciones a la libertad religiosa, el magnate informó a través de la red Truth Social de que había dado instrucciones al Pentágono de “prepararse para una posible acción”; y ayer, preguntado por periodistas, dijo que no descartaba ordenar el despliegue de tropas o ataques aéreos. “Podría ser”, declaró. “Preveo muchas cosas. Están matando a un número récord de cristianos”, agregó el mandatario, sin dar más detalles al respecto.

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Nigeria es el país más poblado de África. Tiene más de 200 millones de habitantes, y a nivel religioso está dividido entre el norte, mayoritariamente musulmán, y el sur, mayoritariamente cristiano. Si bien grupos islamistas como Boko Haram y Estado Islámico han sembrado el caos en los últimos años, asesinando a decenas de miles de personas, los analistas que monitorean la violencia en la región afirman que no hay evidencias de que se estén cometiendo masacres como las que denuncia Trump, ya que los ataques de los radicales –que se concentran en el norte– son indiscriminados, y la mayoría de víctimas son musulmanas.

Reacción cautelosa

El Gobierno nigeriano agradece “la asistencia de EE.UU.” siempre y cuando se reconozca su integridad territorial

El Gobierno nigeriano de momento ha optado por la prudencia ante las amenazas del mandatario estadounidense. El Ministerio de Exteriores expresó el domingo su compromiso para abordar “el violento extremismo” que azota al país, y aseguró que está defendiendo “a todos sus ciudadanos, sin distinción de raza, credo o religión”. Asimismo, un portavoz gubernamental, Daniel Bwala, declaró ayer a la agencia Reuters que Nigeria agradecía “la asistencia de EE.UU.” para luchar contra el terrorismo siempre y cuando se reconozca su integridad territorial. Bwala también anunció que, con el fin de clarificar la situación, el presidente del país, Bola Tinubu, se reunirá en persona con Trump en los próximos días, aunque no concretó dónde se celebrará el encuentro.

De hecho, la intervención militar sugerida por Trump presenta diversas complicaciones. EE.UU. retiró sus tropas de Níger, al norte de Nigeria, el año pasado, y los hipotéticos ataques aéreos deberían realizarse contra pequeños grupos que están dispersos en un territorio muy amplio. Para una acción efectiva, haría falta la colaboración del Gobierno nigeriano, al que Trump ha amenazado con retirar toda ayuda.

Sin embargo, no sería la primera vez que el republicano ordena atacar de forma unilateral a un país extranjero: en las últimas semanas, el ejército estadounidense ha hundido varias embarcaciones frente a las costas de Venezuela y Colombia, bajo el pretexto de que transportaban droga. Estas acciones han dejado un saldo de más de 60 personas muertas, y han sido calificadas como “ejecuciones extrajudiciales” por expertos independientes de Naciones Unidas.

Este intervencionismo busca en parte frenar la influencia de China en países en los que Washington tiene intereses. En ese sentido, Nigeria resulta muy atractiva para la Casa Blanca por sus vastas reservas minerales. Elementos como el litio, el cobalto y el níquel, vitales para la industria tecnológica, abundan en un país en el que la presencia de Pekín no ha dejado de crecer en los últimos años.

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