La armada china se ha convertido esta semana en la segunda del mundo en número de portaaviones, aunque todavía a considerable distancia de la US Navy. Según se ha difundido hoy, Xi Jinping presidió el miércoles la entrada en servicio del Fujian, su tercer portaaviones, que es también el primero de diseño y factura china. En un salto tecnológico vertiginoso, el Fujian es también el primero del mundo en el que los cazabombarderos furtivos (J-35) despegarán con propulsión electromagnética, en lugar de utilizar la tradicional rampa ascendente. Aunque el portaaviones más avanzado del mundo, el USS Gerald Ford, dispone desde hace algunos años de esta tecnología, no la utiliza con el F-35, su avión furtivo. Ningún otro ejército dispone de ella, pese a sus ventajas: ahorro de tiempo y espacio y mayor radio de acción y capacidad destructiva para sus aviones, que pueden cargar el máximo de combustible y arsenal.
Sin embargo, en Estados Unidos el empleo de este sistema se está reevaluando por su alto coste y la dificultad que entraña su reparación. Por otro lado, el USS Gerald Ford, como los otros 10 portaaviones estadounidenses, todos ellos de la clase Nimitz, son de propulsión nuclear (como el francés Charles de Gaulle). Disparando su autonomía frente a todos los demás, como el Fujian. Este, en cualquier caso, se ha convertido en el mayor buque de guerra en activo de propulsión convencional, con 315 metros de eslora y un desplazamiento de 85.000 toneladas de carga.
En la entrega de bandera en la isla meridional de Hainan, concretamente en el puerto de Sanya, abocado al mar del Sur de China, Xi Jinping ha estado acompañado por el nuevo número dos del ejército, general Zhang Shengmin, tras la expulsión de su predecesor, general He Weidong, por presunta corrupción, confirmada en el último plenario del Comité Central.
El Fujian toma su nombre de la provincia continental más cercana a Taiwán. De allí procede el 70% de la población taiwanesa (que en su mayoría habla un dialecto de Fujian, además de mandarín) y allí se fogueó como gobernador Xi Jinping. Los dos portaaviones que le precedieron, en 2012 el Liaoning (soviético, comprado a Ucrania) y en 2019 el Shandong (construido ya en China, pero basado en el Liaoning) también fueron bautizados con el nombre de provincias costeras.
Fujian, por su vinculación a Taiwán, puede parecer una declaración de intenciones. Pero donde más altera la relación de fuerzas no es allí, sino en el mar del Sur de China, donde Pekín y Taipéi tienen una percepción de las aguas territoriales chinas que entra en conflicto con la de casi todos los demás países ribereños.
En el pulso por Taiwán, no es el tercer portaaviones chino el que marca la diferencia. Aunque haya expertos que señalen su utilidad para perforar la cadena de contención formada por Filipinas, Taiwán y las islas Ryukyu (entre ellas Okinawa), bajo soberanía japonesa. Mientras otros señalan la conveniencia de poder mantener un portaaviones en servicio, otro para prácticas y otro en mantenimiento. Estados Unidos, al fin y al cabo, tiene once, mayores y más sofisticados, al margen de la experiencia de haber construido y operado unos ochenta, a lo largo de su historia, y de contar con decenas de bases navales en los cinco continentes. Entre ellas las de Yokosuka (Japón), Guam, Pearl Harbour y Diego García, claves para sus portaaviones. China solo tiene una allende sus fronteras, en Yibuti, donde no consta que haya recalado jamás ninguno de sus portaaviones.
La amenaza para el dominio estadounidense de los mares -como mínimo en Asia Oriental- no viene todavía de los portaaviones chinos -aunque bote una cuarta unidad, quizás de propulsión nuclear, a principios de la próxima década, y dos más antes de 2035- sino del avance todavía más acelerado en el programa submarino y en el programa de misiles hipersónicos. En el caso de los sumergibles, China podría estar numéricamente en cabeza en pocos años -superando a EE.UU. y Rusia- aunque todavía no en calidad. Sin embargo, en el caso de los proyectiles navales supersónicos -el peor enemigo de es carísimo juguete que son los portaaviones-la tecnología china ya está por delante de la estadounidense.
El Fujian fue botado en junio de 2022 en Shanghai y realizó su primera navegación de pruebas en mayo de 2024. En septiembre de este año atravesó el estrecho de Taiwán en dirección al mar de China Meridional para ensayos y entrenamientos, un movimiento que generó atención en la región.
El refuerzo de la Armada china levanta suspicacias entre sus rivales, como lo hace la de Japón, país que llegó a contar con más de una docena de portaaviones durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la entrada en servicio del Shandong, en 2018, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, se puso por montera la Constitución pacifista de su país, ordenando que los dos portahelicópteros de su armada fueran adaptados para acoger 42 cazas F-35.La conversión del Izumo y del Kaga en portaaviones -en todo menos en nombre- está prácticamente concluida. Asimismo, el presidente Donald Trump acaba de dar luz verde a Corea del Sur para que cuente con submarinos de propulsión nuclear (siempre y cuando los construya en parte en astilleros estadounidenses).
La entrada en servicio del Fujian no solo relega a Japón, sino también a India, el Reino Unido e Italia (también con dos portaaviones). Francia, Rusia, Australia, Turquía o España disponen de uno, aunque en este último caso, el del portaaeronaves Juan Carlos I, sin aviones operativos.
