La Comisión Europea planea poner en marcha una nueva unidad de inteligencia bajo la presidencia de Ursula Von der Leyen. Se trata de una “célula específica dentro de la Secretaría General”, que se basaría en los conocimientos especializados existentes en la Comisión Europea. El objetivo final sería intentar mejorar el uso de la información recopilada por las agencias nacionales de espionaje de la UE, en un panorama geopolítico y económico cada vez más complicado para los intereses de Bruselas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la apertura de la cumbre de la COP30 en Belém
Según ha publicado el Financial Times, la Comisión Europea tiene previsto contratar a funcionarios de las agencias nacionales de los Veintisiete para este nuevo equipo. Es algo delicado, ya que el intercambio de información de inteligencia nunca ha sido un asunto fácil de digerir para muchos socios europeos. Especialmente, porque no todos los Veintisiete tienen el mismo nivel de alarma ante Rusia, con gobiernos todavía públicamente prorrusos como el de Hungría o el de Eslovaquia. Es previsible, por lo tanto, que haya capitales que no vean con buenos ojos estos planes y quieran plantar cara a la popular alemana por este asunto.
Planes en desarrollo
La Comisión tiene previsto contratar a funcionarios de las agencias nacionales de los Veintisiete
“En un panorama geopolítico y geoeconómico difícil, la Comisión está estudiando cómo reforzar sus capacidades en materia de seguridad e inteligencia”, asegura una portavoz comunitaria a este diario. “El concepto se está desarrollando y se están manteniendo conversaciones al respecto. No se ha fijado ningún calendario específico”, apunta la misma fuente.
El momento no es baladí. Todo ocurre cuando Europa está cada vez más alarmada por el incremento de ataques híbridos rusos sobre los países comunitarios. También de provocaciones, como la veintena de drones ruros que invadieron el espacio aéreo polaco en septiembre o los cazas MiG-31 que, de forma muy peligrosa, entraron en Estonia una semana más tarde. En las últimas reuniones comunitarias, algunos de los Estados miembros han expresado la necesidad de una acción común más fuerte para fortalecer la seguridad del bloque.
Preocupa también que Estados Unidos se desentienda de la seguridad europea, como lleva tiempo amenazando tando el presidente Donald Trump como su secretario de Defensa, Pete Hegseth, más preocupados por el Indo-Pacífico. El anuncio del Pentágono de la retirada de fuerzas estadounidenses en Rumanía ha caído como un jarro de agua fría en la OTAN, por mucho que se había anticipado. En este escenario, la Comisión cada vez está más convencida de que la autonomía defensiva de Europa es fundamental, y más cuando Trump ya puso en pausa el apoyo de inteligencia a Ucrania.
“Vemos que el mundo está cambiando y debemos tenerlo en cuenta. Debemos reforzar nuestra seguridad y nuestras capacidades de inteligencia”, ha resumido el portavoz Balazs Ujvari, preguntado por el asunto durante la rueda de prensa diaria del Ejecutivo comunitario.
Europa está preocupada por el incremento de los ataques híbridos por parte de Moscú
Los planes no gustarán en el servicio diplomático de la UE, que supervisa el Centro de Inteligencia y Situación (EU INTCEN) del bloque. El organismo forma parte del Servicio Europeo de Acción Exterior y fue creado en el 2012 para proporcionar análisis de inteligencia tanto a los Estados miembros como al personal competente de la UE en materia de Política Exterior y de Seguridad, y podría ver una injerencia en sus propias competencias.
“Complementará la labor de la Dirección General de Seguridad de la Comisión y cooperará estrechamente con los servicios correspondientes del SEAE”, señala, frente a las posibles críticas, la portavoz comunitaria. La Comisión insiste en que la idea no pasa por destruir ninguna estructura existente sino en reforzar sus tareas. La unidad, por ejemplo, desempeñaría “un papel clave en la preparación de los colegios de seguridad”, las reuniones en las que los comisarios son informados sobre las últimas amenazas a la UE que Von der Leyen puso en marcha a principios de año.
La propuesta sigue las recomendaciones que formuló el año pasado, el expresidente finlandés Sauli Niinistö al realizar un informe a petición de Von der Leyen sobre el refuerzo de la preparación civil y militar de Europa. Entonces ya pedía a los Estados miembros que intensificasen el intercambio de inteligencia para permitir una mejor coordinación ante el incremento de las amenazas. También llamaba a mejorar los servicios de contraespionaje dentro de la Unión ante los ataques cibernéticos e híbridos de Rusia, que, como se ha demostrado, son cada vez más preocupantes. Su propuesta aludía a crear una una agencia europea de inteligencia que no “emulase las tareas de las organizaciones nacionales”, un tema que se debate desde hace años, con más intensidad después de un ataque yihadistas sobre algún país de la UE o ahora, tras el aumento de la percepción de peligro por parte de Moscú.
