Venezuela moviliza a su ejército ante el despliegue del mayor portaaviones de EE.UU. en el Caribe

Escalada militar en Latinoamérica

El ministro de Defensa ordena el despliegue de unos 200.000 soldados para responder a la presencia del portaaviones USS Gerald Ford, en medio de la especulación sobre un posible ataque en su territorio

Horizontal

El portaviones 'USS Gerald Ford', que se acaba de incorporar al despliegue de EE.UU. en el Caribe

Terje Pedersen / EFE

Venezuela ha puesto en alerta a todo el personal militar del país ante la posibilidad de un ataque de Estados Unidos en su territorio, en el marco de la campaña antidrogas del presidente Donald Trump, que ha realizado decenas de ejecuciones extrajudiciales en el mar Caribe en sus repetidos bombardeos contra supuestas narcolanchas.

El martes, el mayor portaaviones de EE.UU., el USS Gerald Ford, acompañado de tres buques de guerra, llegó a aguas cercanas a Venezuela, según informó la Marina en un comunicado. Su presencia propició la respuesta del ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, que declaró que el país se había puesto en un nivel máximo de alerta ante el aumento de las tensiones con EE.UU.

Lee también

El objetivo, dijo, es poner “todo el arsenal militar del país en plena capacidad operativa”. Los preparativos incluyen un “despliegue masivo de fuerzas terrestres, aéreas, navales, fluviales y de misiles”, con la participación de todas las fuerzas de seguridad y la milicia. Padrino afirmó en la televisión nacional que el presidente Nicolás Maduro había ordenado un despliegue masivo de casi ”200.000 soldados” como parte de la operación especial.

Aunque los barcos no habían entrado todavía al mar Caribe, a donde se dirigen, ya se encontraban en la jurisdicción del Comando Sur de EE.UU., a cargo de la operación contra los grupos de narcotraficantes en Latinoamérica. “Estas fuerzas mejorarán y ampliarán las capacidades existentes para interrumpir el tráfico de narcóticos y degradar y desmantelar las organizaciones criminales transnacionales”, dijo en un comunicado el portavoz del Pentágono, Sean Parnell.

La operación se justifica en el intento de frenar el tráfico de drogas hacia EE.UU., pero el presidente Trump no ha escondido en las últimas semanas su voluntad de lograr un cambio de régimen en Venezuela. Entre otras declaraciones, aseguró que Maduro tiene “los días contados”, además de autorizar operaciones encubiertas de la CIA en territorio venezolano. Por eso, ha crecido la especulación de que el objetivo final sea atacar al país suramericano para derrocar a su régimen, a pesar de que no hay ninguna declaración de guerra oficial del Congreso, que según la Constitución es el órgano encargado.

Para tratar de dar amparo legal a sus acciones, tanto las deportaciones en territorio estadounidense como los bombardeos en el Caribe y el Pacífico, Trump designó al comienzo de su mandato a pandillas como el Tren de Aragua venezolano como organizaciones terroristas. Con ello, ha justificado cientos de deportaciones mediante la ancestral ley de Enemigos Extranjeros, del año 1798, así como el bombardeo de 20 barcos en aguas internacionales desde el 2 de septiembre contra embarcaciones que, según Washington, transportaban narcóticos, aunque no ha proporcionado pruebas que respalden esas afirmaciones.

Los ataques de EE.UU. en la región contra supuestas narcolanchas han dejado al menos 76 muertos

Hasta el momento, el Pentágono ha asesinado a 76 personas en esos ataques, que se han llevado a cabo sin procedimientos judiciales ni la autorización expresa del Congreso. Según el derecho de guerra, estas acciones podrían ser ilegales, porque las pequeñas embarcaciones atacadas transportaban civiles supuestamente implicados en la venta de drogas, pero no en hostilidades armadas contra EE.UU. Sin embargo, en la justificación del Pentágono, forman parte de una campaña orquestada por presidentes como Maduro, o el colombiano Gustavo Petro (a quienes Trump ha acusado de liderar a los “narcoterroristas”), para “intoxicar” e “invadir” al país.

Ante la posibilidad de un ataque directo sobre Venezuela, algunos legisladores comenzaron a preparar en el Capitolio una legislación bipartidista que buscaba limitar la capacidad de Trump de usar a las Fuerzas Armadas en el país. Para evitar su promulgación, la Casa Blanca aseguró la semana pasada que no tenía intención de atacar Venezuela, lo que convenció a suficientes republicanos para rechazar la medida.

El despliegue del portaaviones Ford –el más grande y moderno de la Marina, con unos 4.000 marines–, acompañado de tres destructores, es una acción excesiva para el tipo de ataques que se han dado hasta el momento, lo que ha llevado a la especulación sobre las intenciones reales de Trump y, en consecuencia, a la movilización de las tropas venezolanas.

Cuando EE.UU. moviliza un activo estratégico de estas características, busca proyectar su poder, intimidar y disuadir. Lo ha hecho en repetidas ocasiones en Oriente Medio, así como en el Indo-Pacífico para contrarrestar la influencia china. Los expertos calculan que operar este portaaviones puede costar hasta 8,4 millones de dólares al día, por lo que su uso nunca es en vano. El Pentágono ya envió en los últimos meses a miles de soldados en sus instalaciones militares de Puerto Rico. Con este nuevo despliegue, el número total de efectivos en la región se eleva a los 15.000 soldados, una cifra sin precedentes en la región.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...