La Asamblea Nacional francesa ha decidido este miércoles suspender hasta el 2028 la polémica reforma de las pensiones, adoptada por decreto en 2023 y que preveía elevar progresivamente la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. De los 401 votos emitidos, 255 votaron por la suspensión y 146 en contra.
La suspensión supone un triunfo para los socialistas, que arrancaron la medida hace unas semanas como parte de un acuerdo con el primer ministro, Sébastien Lecornu, para no tumbar su Gobierno en una moción de censura. La reforma era uno de los proyectos más emblemáticos de la presidencia de Emmanuel Macron, que ve desautorizada y revertida su política debido a la pérdida de la mayoría parlamentaria de los partidos que lo apoyan.
Es probable que la medida tomada sea eliminada cuando el presupuesto de la Seguridad Social vaya al Senado, con mayoría conservadora, pero cuando vuelva a la Cámara baja tendría que salir adelante. De todos modos, no está garantizado que se aprueben los presupuestos del 2026 porque hay divergencias en muchos puntos. Tampoco es seguro que el Gobierno Lecornu se mantenga. Todo pende de un hilo dada la fragmentación en la Asamblea.
La suspensión fue votada por los socialistas, los ecologistas y el Reagrupamiento Nacional (RN, extrema derecha). La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical) y los comunistas votaron en contra porque querían una abrogación definitiva. El partido macronista, Renacimiento, se abstuvo.
