Ante la posibilidad de una intervención terrestre sobre Venezuela con el objetivo de favorecer un cambio de régimen, el tablero internacional adquiere una especial relevancia para Estados Unidos.
En el marco de la escalada militar en el Caribe, junto a la retórica de Trump sobre los “días contados” que le quedarían a Maduro como dirigente, son varios los aliados con los ojos puestos sobre su Gobierno, al que consideran una pieza clave para su influencia en América Latina. Durante su mandato, el presidente venezolano ha reforzado varias alianzas estratégicas con potencias que desafían la hegemonía estadounidense, y que han reiterado su compromiso con Venezuela a raíz de la operación Lanza del sur, anunciada por el secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth, el jueves.
La mayor parte de las armas venezolanas son de tecnología militar rusa
Un día antes de anunciar dicha operación entraba en vigor el Acuerdo de Asociación Estratégica y Cooperación entre Rusia y Venezuela. El Kremlin ha encontrado en Maduro un socio fiable, con el que además puede contrarrestar la influencia de la que es todavía la primera potencia que suministra armas a Ucrania. Moscú ha estado armando a la República Bolivariana para desafiar la influencia de Trump en América Latina, algo parecido a lo que ha hecho con Irán o con Corea del Norte, en una fórmula para perjudicar los intereses regionales de los estadounidenses sin entrar en conflicto directo con ellos.
El interés de Venezuela en la alianza con Putin es importante. Toda la tecnología militar del país caribeño es mayoritariamente de origen ruso. Pero sus capacidades de ayuda militar permanecen limitadas mientras se prolongue la guerra con Ucrania.
El jefe de la diplomacia del Kremlin, Serguéi Lavrov, declaró el martes que Rusia “está preparada para cumplir plenamente con las obligaciones recíprocamente consagradas en el acuerdo con nuestros amigos venezolanos”, pero negó que Maduro les haya pedido ayuda para reforzar las defensas aéreas como apuntaban medios internacionales. Lo que sí ha admitido Rusia es que mantiene conversaciones con el Gobierno de Venezuela desde el inicio de las crecientes hostilidades en el Caribe, alegando que tienen “varias obligaciones contractuales” con el país latinoamericano, según declaraciones del portavoz ruso, Dimitri Peskov.
China considera Venezuela un país clave para su influencia comercial en la región
Al igual que Rusia, el presidente Xi Jinping tiene en Venezuela “amigos leales”, como así lo declaró Maduro en el ultimo encuentro con su homólogo chino. El presidente Xi ha advertido con anterioridad a Washington que “deje de interferir en los asuntos internos de Venezuela”. Ambos países firmaron un acuerdo de asociación estratégica en 2023, que refuerza una cooperación que se arrastra desde la presidencia de Hugo Chávez.
En la actualidad, y en medio del enfrentamiento en el Caribe, Pekín ha dado a conocer un acuerdo comercial libre de aranceles con Caracas, un gesto con el que China busca seguir acaparando el mercado venezolano, aislado por Estados Unidos a raíz de las sanciones.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, junto al embajador de China, Lan Hu durante en un acto de gobierno
Para China, América Latina es uno de los pilares de su macroproyecto de la nueva ruta de la seda, con el que el gigante asiático busca extender sus tentáculos comerciales a Europa, Oriente Medio, África y Sudamérica.
La inversión de China en Latinoamérica se ha traducido ya en proyectos de gran envergadura —como el megapuerto de Changay en Perú. Pero también en un aumento de las iniciativas estadounidenses en la región. Así se vio reflejado al inicio del segundo mandato de Trump, cuando el republicano amenazó con invadir Panamá por la creciente influencia de China en esta zona clave para el comercio. La presión implicó la marcha del Canal de Hutchison, empresa de Hong Kong que operaba dos puertos clave en la zona.
Irán ha firmado acuerdos con Caracas en materia de suministro energético
En Oriente Medio, donde se ha concentrado gran parte de la actividad de la política exterior de la administración Trump en los últimos meses, Venezuela también tiene un gran aliado, compartido además con los ya mencionados China y Rusia.
La República Islámica de Irán forma parte del eje de países enfrentados a la Casa Blanca, y el Gobierno de Nicolás Maduro ha proporcionado ayuda a Teherán, bajo el acuerdo de Cooperación Estratégica a 20 años firmado en el 2022, y que incluye compromisos en diversos sectores como el petrolero —donde ambos países son potencias productoras— la defensa, el turismo o la agricultura.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, saluda a Maduro en Caracas
Además, ambos Estados se han mostrado apoyo mutuo después de sus respectivos conflictos con Washington. Mientras que Maduro rechazó la ofensiva de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de Irán en el marco del conflicto con Israel, el presidente de Irán, Masud Pezeshkian, también ha condenado las ofensivas contra embarcaciones en el Caribe que se han sucedido en los últimos meses.
Estados Unidos se ha interpuesto a esta alianza en el pasado, después de la intercepción de cargamentos de barriles de crudo iraníes con destino a Venezuela y el desvío de embarcaciones procedentes de Irán a América Latina. Sin embargo, y pese a los esfuerzos de los norteamericanos, las relaciones entre ambas potencias se han ido estrechando, e incluso han llegado a vínculos con milicias financiadas por Irán en Oriente Medio como es el caso de Hizbulah en el Líbano.
Maduro advierte a Trump que evite llevar a Estados Unidos a una “guerra eterna”
El presidente venezolano advirtió a Trump, tras la llegada a la región del portaaviones más grande del mundo, el USS Gerald R. Ford, que evite llevar a Estados Unidos a una “guerra eterna” al estilo de Afganistán. “No más guerras eternas. No más guerras injustas. No más Libia. No más Afganistán. Viva la paz”, expresó Maduro.
En paralelo, y según una encuesta de Ipsos, sólo el 29% de los estadounidenses apoya el uso de las fuerzas armadas para matar a sospechosos de narcotráfico sin que intervenga un juez o tribunal, en referencia a los ataques de la administración Trump contra las presuntas narcolanchas

