Trump sugiere ataques militares a Venezuela, México y Colombia

Tensión militar en América Latina

Muestra disposición a hablar con Maduro, pero niega su continuidad

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El portaaviones estadounidense Gerald Ford, que ha sido desplazado al Caribe

Terje Pedersen / EFE

Ya puestos en faena, con un despliegue militar sin igual en el hemisferio occidental –hasta 15.000 soldados, incluido el mayor portaviones del mundo en aguas del Caribe–, el presidente Donald Trump recurre a aquel popular eslogan publicitario del “tres por uno”.

De paso que se plantea bombardear Venezuela, sin descartar poner botas estadounidenses en ese país sudamericano con la excusa de atacar a supuestos traficantes de drogas, y de paso echar del poder a Nicolás Maduro, el mandatario de Estados Unidos también sopesa atacar dentro de los territorios de Colombia y México en su cruzada contra los narcos.

¿Lanzaría ataques en México para parar las drogas? Me parece bien, todo por frenar las drogas”, dice Trump.

Los presidentes Gustavo Petro y Claudia Sheinbaum rechaza cualquier intervención estadounidense en sus países, pero para Trump es como oír llover.

Emulando al ministro franquista Fraga Iribarne y su frase “la calle es mía”, el líder republicano da a entender que las Américas le pertenecen.

Castiga a Brasil con el doble de aranceles por encarcelar a su amigo Jair Bolsonaro, rescata con miles de millones de dólares al argentino Javier Milei o amenaza con invadir Canadá y convertirlo en el estado 51. Solo por citar algunos de los casos que definen su segundo mandato en la Casa Blanca.

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Su cerco se intensificó a partir de septiembre cuando a golpe de misiles empezó a hundir en el Caribe y en la zona este del Pacífico supuestas narcolanchas sin que a día de hoy todavía no haya dado ni una prueba de las actividades ilegítimas de los supuestos delincuentes.

Hasta la fecha, el balance de esta guerra a los cárteles asciende a 21 embarcaciones hundidas con al menos 83 difuntos.

Pero la escalada no cesa, sobre todo la retórica. En su incontinencia verbal, Trump recurre al palo y la zanahoria, o como lo definen algunos medios locales, hace una mezcla de ramas de olivo y bravuconadas.

Desde el Despacho Oval igual responde que está sobre la mesa meter tropas dentro de Venezuela que reitera su disposición a negociar “en un momento determinado” con Maduro.

El dirigente chavista, por el que Washington ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por su cabeza, replicó que estaba abierto al diálogo como si hubiera una esperanza para su futuro político.

No le debieron leer la letra pequeña de lo que comentó Trump. Un periodista le preguntó el lunes si de esa conversación podía salir el resultado que Maduro continuara con su apoyo. “Es un poco complicado. Nos ha hecho un gran daño a nuestro país, primero por las drogas y luego porque ha liberado presos y nos los ha enviado. No ha sido bueno para Estados Unidos”, respondió.

Encadenando una cosa con la otra ahondó en su espiral de amenazas. “¿Lanzaría ataques en México para parar las drogas? Me parece bien. Cualquier cosa para frenar las drogas”, dijo. “Conocemos las rutas, todas las direcciones de los narcotraficantes. Están matando a nuestra gente. Es como una guerra. ¿Lo haría? Estaría orgulloso”, añadió. Insistió en que “no estoy nada contento con México”.

Tampoco mostró alegría alguna con Colombia, a cuyo presidente, como al de Venezuela, lo ha calificado de narcotraficante en jefe. Sin que le cuestionaran, Trump pivotó hacia el país cafetero, pero no por este producto. “Sabemos cómo llegan las drogas. Colombia tiene las fábricas donde hacen la cocaína. ¿Destruiría yo eso laboratorios? Lo haría con satisfacción, personalmente”, remarcó.

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