El monstruoso incendio de Hong Kong deja 279 desaparecidos y al menos 55 muertos

Siete torres, devoradas

Las autoridades temen por los muchos residentes con los que no han podido contactar

Los andamios de bambú y redes propagaron las llamas desde un bloque de 32 plantas sometido a reformas

El monstruoso incendio de Hong Kong deja 279 desaparecidos y al menos 55 muertos
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Un incendio devora siete torres residenciales de Hong Kong y deja al menos 36 muertos

EFE

Al menos 55 personas han muerto y 76 han tenido que ser hospitalizadas por el espeluznante incendio que se declaró el miércoles en un polígono de viviendas en Tai Po, al norte de Hong Kong. Las llamas se extendieron eventualmente a siete torres gemelas de 32 plantas, tres de las cuales seguían ardiendo este jueves al mediodía, aunque con menor intensidad. 

Pero el balance final podría ser mucho peor, ya que 43 de los heridos están en estado crítico (o muy graves) y los bomberos no saben con qué se van a encontrar cuando la temperatura les permita acceder a los dos mil pisos afectados. Las autoridades dicen que no han podido contactar con 279 vecinos y se tiene la certeza de que por lo menos 62 de ellos se encuentran atrapados. 

Por otro lado, la policía ha detenido por presunto homicidio involuntario y sospechas de corrupción a dos directivos y un consultor de Prestige Construction & Engineering. Esta empresa es la encargada de la rehabilitación del polígono, desde que empezó hace dos veranos. Ahora mismo está bajo la lupa su uso de paneles de poliestireno para “proteger” los cristales durante las obras. Este material, tan barato como inflamable, ha sido encontrado en la única torre que no ardió.

Incendio de la máxima gravedad

Siete de las ocho torres de 32 plantas se convirtieron en antorchas en pocas horas

La rápida propagación de las llamas pudo ser debida al abrazo mortal de este material, combinado con el andamiaje de bambú y mallas de protección contra desprendimientos no necesariamente ignífugas. El fuego empezó poco antes de las tres de la tarde del miércoles, hora local, en uno de los edificios.  La altura de este, 32 pisos, dificultó las labores de extinción, ya que las mangueras, incluso con grúas, no alcanzabán más allá de la planta 20. Asimismo, las proximidad de otras siete torres gemelas hizo que el fuego también prendiera en estas, una tras otra. A medianoche, solo una de las ocho se había librado de las llamas. 

Al tratarse de viviendas de protección oficial levantadas hace mas de 40 años, se teme por la suerte de varios residentes de edad que podrían vivir solos o con problemas de movilidad. Un varón de 71 años ayer se desgañitaba, señalando impotente en cuál de los edificios en llamas se encontraba su esposa.

El incendio pasó en tres horas y media de la categoría uno, la más baja en la escala local, a la categoría cinco, la más elevada. Todo ello para sorpresa de un cuerpo de bomberos desbordado, pese a sus más de setecientos efectivos movilizados, uno de los cuales falleció.

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Los setecientos bomberos desplazados no han podido impedir que el el incendio consuma cerca de dos mil pisos. Entre los 55 fallecidos confirmados hay por lo menos dos empleadas del hogar indonesias. 

Yik Yeung-man / Bloomberg

Al caer la noche, el polígono de altura descomunal se había transformado en siete antorchas irreales, sobre el barrio dormitorio de Tai Po. Un distrito de los Nuevos Territorios, en la parte continental de la excolonia pero a 24 kilómetros de la histórica isla de Hong Kong.

El complejo residencial afectado, Wang Fuk Court, consta de cerca de dos mil pisos de 40 metros cuadrados, relativamente asequibles -para Hong Kong- y con aspecto de colmena. Sus ocho torres voluminosas, hoy coronadas por placas solares, fueron levantadas durante la época británica, en 1983. El espacio entre ellas está ocupado por una iglesia baptista. La relativa antigüedad del polígono había aconsejado una rehabilitación, por riesgo de desprendimientos. La reforma -unos 18.000 euros por piso- contó en su día con la oposición de varios vecinos. Su indignación es ahora mayúscula, al reparar en cómo el contratista ahorró en medidas de seguridad.

De 37 años

Una de las víctimas es un bombero, Ho Wai Ho, que trabajaba en la extinción 

En los meses precedentes, no obstante, las quejas iban dirigidas a los obreros, por fumar en el andamio y “lanzar las colillas en cualquier sitio”. Estas -o las chispas derivadas de soldaduras- podrían haber prendido alguna de las mallas alrededor de las fachadas o los paneles de poliestireno. También se ha divulgado el testimonio de un vecino que escuchó “un fuerte ruido”, antes de percatarse de la humareda en el bloque de enfrente.

Cabe señalar que el Observatorio Meteorológico de Hong Kong mantenía desde el lunes la alerta roja de peligro de incendio, debido a la sequedad ambiental y la velocidad del viento (el complejo afectado, además, domina una bahía).

Construido en 1981

Wang Fuk Court, un complejo con 1.984 viviendas y unos 4.000 residentes 

La rehabilitación de la fachada de los 1.984 pisos de Wang Fuk Court por 330 millones de dólares hongkoneses (36,6 millones de euros) no solo se ha hecho interminable, sino que ha acabado de la peor manera posible para la gran mayoría de sus 4.700 vecinos. 

Darles techo para pasar la primera noche -y las que vendrán- ha sido la siguiente preocupación para las autoridades de esta región administrativa especial de China. Al menos 900 vecinos pudieron ser repartidos por distintos refugios. Los heridos, entre ocho hospitales. Asimismo, el responsable local de vivienda dijo haber localizado ya 1.300 pisos disponibles para darles cobijo temporal, en una de las ciudades más masificadas y con precios inmobiliarios más elevados del mundo. 

Material inflamable

Andamios de bambú, redes de seguridad y paneles de poliestireno, bajo la lupa 

El fuego ha impactado también en las inmediaciones del polígono: la escuela baptista de Tai Po, anexa a la iglesia de este credo, es una de las seis que han tenido que cerrar sus puertas. También han sido desalojados por lo menos otros dos grandes edificios residenciales cercanos a las llamas.

El pasado octubre, un fuego en el andamiaje de bambú de la Torre Chinachem de Hong Kong ya obligó a evacuar a decenas de personas y dejó a cuatro hospitalizadas. Este tipo de incidentes llevaron a las autoridades locales a obligar, desde marzo pasado, a que como mínimo la mitad de los andamios utilizados sean metálicos, con el objetivo de ir sustituyendo el bambú. Este, sin embargo, todavía abunda. Algo comprensible en India, pero fuera de lugar en megalópolis verticales como Hong Kong. 

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Wong,  71, exclama que su esposa está atrapada en una de las torres de Wang Fuk Court. Al ser una promoción de 1981, se teme que podría haber docenas  de personas de edad avanzada por evacuar

Tyrone Siu / Reuters

Pasada la medianoche, las llamaradas parecían engullir por completo dos de las gigantescas torres, pero una hora y media más tarde el jefe del ejecutivo local, John Lee, afirmaba que “el fuego empezaba a estar bajo control”. A causa de la tragedia, los partidos que participan en las elecciones al Consejo Legislativo de Hong Kong, previstas para el 7 de diciembre, han interrumpido su campaña. 

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Los hongkoneses, acostumbrados a que las catástrofes golpeen a países de su entorno menos afortunados, viven con ansiedad que sus propios vecinos se hayan visto desahuciados por el fuego y pasen la noche en refugios como este

Lam Yik / Bloomberg

Por desgracia se ha confirmado ya la peor de las hipótesis y Hong Kong se enfrenta a su peor incendio en siete décadas y a su peor catástrofe desde su retorno a China. Un año antes, en 1996, sufrió otro terrible incendio en un centro comercial de Kowloon, que dejó 41 muertos. El motivo, en aquel entonces, fue la chispa de un soplete durante una reparación. Hoy Hong Kong es otro, pero el bambú permanece y las redes de protección dudosamente ignífugas también. 

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