El mundo está hoy más cerca de otra gran guerra

Tensión global

Hay 59 conflictos armados, más que nunca desde la Segunda Guerra Mundial

Houthi supporters in Yemen brandish weapons during a demonstration marking Independence Day, the anniversary of the end of British rule in southern Yemen in 1967, in the Houthi-controlled Yemeni capital Sanaa on November 30, 2025. (Photo by Mohammed HUWAIS / AFP)

Hutis entusiastas, el 30 de noviembre en Saná, celebrando el día de la independencia de Yemen del Reino Unido, ocurrida en 1967 

Mohamed Huwais / AFP

El mundo está más cerca de una guerra a gran escala. Los indicadores que maneja el Institute for Economics & Peace, un think tank australiano especializado en medir la paz, no dejan lugar a dudas. Son los peores desde la Segunda Guerra Mundial.

Nadie lo diría si estos días se paseara por Washington y sintonizara con las noticias que salen de la Casa Blanca. El presidente Donald Trump firmó la semana pasada un nuevo “acuerdo de paz”, esta vez entre Ruanda y la República Democrática del Congo, el octavo conflicto que dice haber resuelto, aunque en ninguno de ellos hayan cesado las armas. La guerra en Kivu Norte, por ejemplo, la región oriental del Congo donde se libran desde hace años numerosos conflictos armados, se ha agravado en los últimos días, coincidiendo con la firma del tratado en el Instituto de la Paz de Washington, una entidad independiente hasta que Trump se la apropió hace unos meses.

A pesar de los esfuerzos de Trump, el mundo, en todo caso, sigue su curso hacia una nueva gran conflagración. El Índice Global de la Paz de este año, que acaba de publicar el Institute for Economics & Peace, revela un aumento claro de las tensiones geopolíticas. El rearme es muy evidente en Europa, China, Oriente Medio y el sur de Asia. Las alianzas tradicionales ya no son lo que eran, como indica la mala salud del eje atlántico, y, además, las incertidumbres económicas, debidas a la transición energética, pero, sobre todo, a la ofensiva arancelaria de EE.UU., complican aún más la propagación de la paz. Las tarifas siempre son causa de conflictos. Las de EE.UU. A Japón, por ejemplo, precedieron a Pearl Harbor.

Por mucho que Trump se empeñe, hace 50 años que la resolución de conflictos no es tan baja. Hay 59 en activo que enfrentan, al menos, a dos estados. Son tres más que en el 2024. En estas guerras,17 países han perdido a más de mil soldados.

Los conflictos son más difíciles de resolver porque cada vez son más internacionales. Hay 78 países levantados en armas fuera de sus fronteras. Es un 175% más que en el 2010. Esto es debido a la fragmentación geopolítica y a la mayor competencia entre China y Estados Unidos, con Rusia y la India en medio. Muchas potencias intermedias, además, ganan peso en su región, y lo utilizan para imponerse por la fuerza.

El rearme, la incertidumbre económica y la escasa cooperación impulsan los conflictos

Si miramos hacia atrás, el riesgo de una guerra a gran escala aún es más evidente. En los años setenta, por ejemplo, era mucho más fácil que hoy acabar con un conflicto armado, ya fuera por la victoria militar de uno de los bandos (49%) o por la negociación de un acuerdo de paz (23%). En el 2010, sin embargo, solo el 9% de las guerras se resolvían por la fuerza y sólo el 10% por la negociación. Esto significa que la mayoría se enquistan, quedan latentes y pueden resurgir en cualquier momento.

El ejemplo más claro es Ucrania. Rusia invadió en el 2014, Ucrania contraatacó y el frente se estabilizó. Durante ocho años, fracasaron los esfuerzos de Europa, especialmente Alemania, para resolverlo. Rusia volvió a la carga en el 2022 y la guerra continúa.

El conflicto en Ucrania no solo es el más grave en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial, sino que demuestra la estrecha relación que hay entre la tensión armada y la internacionalización. Cuantos más países están implicados más difícil lo tienen los diplomáticos. A Ucrania la apoyan los 32 estados de la OTAN, mientras que Rusia cuenta con China, India, Corea del Norte y mercenarios de otros países.

Europa occidental es la región más pacífica del mundo gracias a la integración de sus estados

Ucrania no impide que Europa occidental sea la región más pacífica del mundo. Ocho de los diez países más pacíficos son europeos. Islandia es el número uno, mérito que mantiene desde el 2008, cuando se elaboró la primera edición de Índice Global por la Paz. España ocupa el lugar 25.

El secreto de la paz es muy sencillo. Cuanto más unidos están los países, menos luchan entre ellos. La fórmula consiste en una buena integración económica, comercial, diplomática y militar, como sucede en la Unión Europea.

Que Europa se rearme es un peligro para la paz porque la proliferación de armas dispara la probabilidad de que utilicen en un conflicto. El Institute for Economics & Peace reconoce que la amenaza rusa obliga al rearme de Europa, pero advierte que gastar más no servirá de mucho si no hay más cohesión entre los ejércitos europeos, tanto de material como de estrategia y mando. Gastar más en defensa, asimismo, puede disparar las tensiones sociales si son a costa del estado del bienestar.

La paz se consolida en América Latina, pero se deteriora en el sur de Asia y, sobre todo, en Oriente Medio, la región más convulsa del mundo. La guerra de Israel contra los palestinos en Gaza y Cisjordania continúa. Ahora es de baja intensidad, pero sigue causando muertos casi a diario. La presión de Trump consiguió que Israel pausara los combates, pero todavía no ha conseguido el desarme de Hamas. Sin este desarme, no será posible desplegar una fuerza multinacional que ocupe el vacío de poder que ha dejado la derrota de Hamas.

La paz aún está lejos de Gaza, pero esto no impide que Trump se cuelgue medallas. La última se la puso el presidente de la FIFA el pasado viernes en Washington. Es de oro, un premio creado ex profeso para resaltar su trabajo a favor de la paz.

Durante el primer año de su segundo mandato, Trump ha bombardeado Irán, Yemen, Siria y Somalia, además de proveer a Israel con gran parte de las 70.000 toneladas de explosivos que ha lanzado sobre Gaza. También ha rebautizado el departamento de Defensa como Departamento de Guerra y desplegado la guardia nacional en varias ciudades que considera que son “zonas de guerra”.

Trump recibía este honor mientras en el Capitolio se mostraban las pruebas de los crímenes contra la humanidad que está cometiendo en el Caribe. Una veintena de ataques aéreos contra pequeñas embarcaciones sospechosas de transportar narcóticos han causado al menos 83 muertos. Aunque fueran narcotraficantes, eran civiles a los que se podría haber interceptado y detenido para ser juzgados.

El Institute for Economics & Peace lamenta, asimismo, que Estados Unidos haya reducido las ayudas al desarrollo y la financiación de misiones internacionales de paz porque sin prevención no hay paz y sin bienestar social, tampoco.

Por todo ello, incluido el pacifismo de Trump, el mundo es más peligroso que ayer.

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