Estados Unidos está ofreciendo concesiones a Bielorrusia, lo que ha llevado a su presidente autoritario, Alexánder Lukashenko, a relajar la represión contra las voces disidentes. Las autoridades de Minsk liberaron ayer a 123 prisioneros políticos, entre ellos el ganador del Premio Nobel de la Paz 2022, Ales Bialiatski, y la prominente figura de la oposición, María Kolésnikova.
La resolución surge tras la visita a Bielorrusia de John Coale, enviado del mandatario estadounidense Donald Trump. “La República de Bielorrusia ha tomado la decisión de indultar a 123 ciudadanos de diferentes países condenados (...) Por cometer crímenes de diferentes tipos como espionaje, terrorismo y extremismo”, comunicó la presidencia bielorrusa a la agencia estatal Belta.
A cambio, Washington ha acordado retirar las restricciones impuestas al sector de la potasa, las cuales fueron implementadas en 2021 por el gobierno anterior de Joe Biden y que Minsk considera “ilegales”. La potasa es un ingrediente esencial para los fertilizantes, y esta nación de la antigua Unión Soviética figura entre los mayores productores a nivel global.
Among the 123 individuals released, notable figures include Nobel Peace Prize laureate Ales Bialiatski and two prominent opposition figures: former banker Víktor Babariko and María Kolésnikova.
Bialiatski, un activista por los derechos humanos, ha dedicado años a la causa de los presos políticos. Se encontraba tras las rejas desde julio de 2021. En 2022, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, un reconocimiento que compartió con la organización rusa Memorial y el Centro para las Libertades Civiles de Ucrania.
Por su lado, Babariko ocupó la presidencia del consejo de administración del banco ruso Belgazprombank en Bielorrusia desde el año 2000, pero en mayo de 2020 optó por desafiar a Lukashenko y postularse para las elecciones presidenciales. Poco tiempo después, fue arrestado y sentenciado.
Maria Kolesnikova, una de las presas políticas liberadas
María Kolésnikova served as her election campaign manager, later aligning with Svetlana Tijanóvskaya, the opposition leader during the 2020 elections and subsequent demonstrations, who ultimately went into exile. Kolésnikova, however, refused to depart and was consequently imprisoned.
Bielorrusia, situada entre Rusia, su principal aliado, Ucrania y los límites de la Unión Europea y la OTAN, ha estado bajo el férreo control de Lukashenko desde 1994. Después de la contundente supresión de las manifestaciones de 2020, el país se vio afectado por medidas restrictivas impuestas por las naciones occidentales. Estas se intensificaron en 2022, a raíz del explícito respaldo que Lukashenko brindó a la operación militar de Rusia contra Ucrania.
La de este sábado representa la mayor excarcelación de reclusos desde que se iniciaron las conversaciones con EE.UU. En junio del año pasado. Lukashenko acogió en esa fecha al representante de Trump, Keith Kellogg, y puso en libertad a Serguéi Tijanovski, cónyuge de Svetlana Tijanóvskaya.
La iniciativa para mejorar los lazos entre ambas naciones dio comienzo formalmente en agosto, momento en que Lukashenko sostuvo una conversación telefónica directa con Trump, quien le solicitó la excarcelación de todos los detenidos por motivos políticos.
El pasado septiembre, Estados Unidos retiró las sanciones impuestas a la compañía aérea estatal bielorrusa, Belavia, y en los meses recientes, Lukashenko ha concedido indultos a varios cientos de prisioneros, tanto bielorrusos como extranjeros.
