Aún no es Nochebuena, pero en Montreux la Navidad ya surca el cielo. Papá Noel y sus renos sobrevuelan cada tarde el famoso mercado navideño de esta localidad suiza a orillas del lago Lemán, en un espectáculo que se ha convertido en el gran reclamo de la temporada invernal.
Papá Noel vuela sobre el mercado navideño de Montreux, Suiza
El recorrido aéreo arranca en el muelle de Montreux, cruza el lago y se detiene unos instantes antes de que el trineo iluminado acelere y gane altura, dejando una estela de luz sobre más de 160 chalets de madera repletos de productos artesanales, dulces y decoraciones navideñas.
El mercado navideño de Montreux nació en 1994, impulsado por un grupo de amigos que buscaba dar vida a una ciudad muy activa en verano gracias a su festival de jazz, pero tranquila en invierno. Tres décadas después, en 2025, se extiende a lo largo de 1.500 metros junto al lago y se ha consolidado como uno de los destinos navideños más destacados de Suiza.
“El principal motivo por el que la gente viene es el Papá Noel volador”, afirma Liliane Maibach, responsable de relaciones públicas de Riviera Noël. “No hay otro mercado con esta vista al lago. Es realmente espectacular”.
Detrás del vuelo hay un complejo dispositivo técnico: Papá Noel se desplaza por un cable de unos 380 metros, instalado por un equipo especializado, similar a los que trabajan en el circo. Un grupo de unas 20 personas se encarga cada año de montar la estructura y garantizar la seguridad del espectáculo.
El atractivo del evento se refleja en las cifras. El mercado recibe entre 500.000 y 600.000 visitantes anuales. La mitad son suizos, pero el resto procede de Europa y de destinos más lejanos como Asia y América.
Cuando cae la noche, Papá Noel realiza uno de sus últimos vuelos del día antes de retirarse. Bajo él, el lago, las luces y los chalets confirman que, en esta esquina de Suiza, la Navidad no solo se celebra: también vuela.