La muerte en atentado de un dirigente estudiantil enciende Bangladesh

Hospitalizado en Singapur

La turba, en parte islamista, vandaliza la sede de los dos principales diarios y un consulado de India

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Un hombre sonríe frente a la redacción en llamas de Prothom Alo, uno de los dos grandes diarios incendiados por la muchedumbre, en una forma bárbara de protesta por la muerte en atentado del líder treintañero Sharif Osman Hadi

Mahmud Hossain Opu / Ap-LaPresse

Noche de furia en Bangladesh, tras conocerse el fallecimiento en Singapur del activista Sharif Osman Hadi, tiroteado una semana antes en Dacca. Su organización, Inqilab Mancha (Foro Revolucionario), desató su ira de inmediato contra los objetivos clásicos del islamismo local, empezando por los dos principales periódicos del país o las legaciones de India. El diario de referencia The Daily Star no salió de imprenta esta mañana, por primera vez en su historia. Aunque el auténtico milagro es que treinta de sus periodistas salieran vivos del intento de quemarlos vivos por parte de la turba. Lo mismo sucedió en el rotativo más leído en bengalí, Prothom Alo. 

Este viernes, tras el rezo, han continuado las manifestaciones de los grupos más exaltados, que exigen el cierre de la embajda de India hasta que entregue a la exprimera ministra derrocada, Sheij Hasina y a los asesinos de Osman Hadi. Este último, presentado como “líder estudiantil” -aunque tenía 32 años en un país donde la edad media son 26- fue uno de los rostros de la revuelta que, hace dos veranos, terminó con quince años de gobiernos de la Liga Awami. Una revolución iconoclasta como la que se vio antes en Sri Lanka y se vería después en Nepal, con el banquero -y Nobel de la Paz- Mohamed Yunus como imagen presentable del gobierno interino. 

Una revolución que todavía espera sus frutos pero que por lo  menos ya tiene convocatoria de elecciones: el 12 de febrero. Osman Hadi se presentaba como candidato independiente en una circunscripción de clase media de Dacca. Acababa de empezar su precampaña, a bordo de un autorickshaw cuando se le acercaron tres individuos en una moto (sic) y uno de ellos le descerrajó varios disparos. Era el 12 de diciembre. El sábado, su situación empeoró y fue trasladado a un hospital de Singapur. 

Antes incluso de que trascendiera su muerte, la situación ya era muy tensa en varias partes del país. Se conoce poco sobre la ideología del grupúsculo de Inqilab Mancha, más allá de su odio a la India y a la Liga Awami, el partido laico y de izquierdas que le hizo la vida imposible, más allá de lo razonable, a los elementos islamistas y pro pakistaníes de Bangladesh, que nunca han sido mayoritarios. Hadi celebró la sentencia de muerta dispensada el mes pasado contra Sheij Hasina por el mismo tribunal que ella levantó contra los. Pesan sobre la conciencia de Hasina los cientos de muertos. Sobre la conciencia de los revolucionarios, en muchos casos islamistas, también pesan muchos muertos, pero no serán juzgados. En Bangladesh no hay justicia, sino ley del péndulo. 

Ahora la impunidad les pertenece a ellos. Es una mala noticia para el mundo que el Nobel Yunus intente presentar como elecciones libres lo que sucederá el 12 de febrero, ya que el partido más importante del país, la Liga Awami, ha sido vetada. Participará en cambio Jamaat-e-Islami, partido vinculado con vínculos yihadistas y cómplice de las matanzas de intelectuales e hindúes que perpetró el ejército pakistaní durante sus últimos meses en Pakistán Oriental (hoy Bangladesh). Anoche, la casa museo del padre de la independencia (y padre de Hasina) Sheij Mujibur Rehman, fue vandalizada por enésima vez. También lo fue una entidad dedicada a la cultura bengalí. 

Yunus ha lamentado el peor ataque a la prensa de la historia del país y ha pedido que se apacigüen los ánimos a la espera de los restos de Hadi. La segunda fuerza del país, el Partido Nacional de Bangladesh, es todavía más caciquil que la Liga Awami. Y la esperanza blanca, el “partido ciudadano” que pretende encarnar el hambre de cambio de los jóvenes, de momento ofrece un viaje al pasado, en lugar del futuro, cuando amenaza a India con reabrir los campos de entrenamiento de insurgencias del Nordeste Indio que Hasina clausuró. 

Bangladesh se creó hace 54 años en contra de los designios de Pakistán, Estados Unidos y China. Hoy en Dacca algunos creen posible darle la vuelta a la historia y gobernar con el apoyo de estos, en contra de los intereses de India (y de su otro vecino, Birmania). 

Mientras tanto, Bangladesh sigue cavando su propia tumba y alejándose de los parámetros que, a principios de esta década, le llevaron a superar a India en renta per cápita, después de haberlo hecho en desarrollo humano. 

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