Meloni se apunta una victoria política en Bruselas

El debate europeo

La primer ministra italiana impone el aplazamiento del Mercosur y frena el uso de los activos rusos, evitando tensiones con su coalición y el aislamiento en la UE

Horizontal

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en el centro, es recibida a su llegada a una mesa redonda sobre migración durante la cumbre de la Unión Europea en Bruselas 

Olivier Hoslet / Ap-LaPresse

A bordo del avión que la devolvió a Italia tras un Consejo Europeo extenuante, Giorgia Meloni está convencida de haber “sacado un buen resultado”. “Una victoria”, dicen sus seguidores. “Ha prevalecido el sentido común”, se limitó a afirmar ante los micrófonos, ya entrada la noche.

Por “sentido común”, la jefa del Gobierno italiano se refiere a las posiciones de Roma sobre los dos grandes asuntos de la cumbre: el uso de los activos rusos y el aplazamiento de la firma del tratado del Mercosur. Italia tenía reservas en ambos dosieres y esa postura acabó influyendo en las decisiones finales del Consejo. Un desenlace que permite a Meloni, al mismo tiempo, no enfrentarse a su socio de coalición, la Liga —cada vez más abiertamente prorrusa—, sin aparecer como la voz más extrema dentro de la Unión Europea. 

En el capítulo ucraniano, Meloni, aun reiterando un firme apoyo a Kiev, lleva semanas expresando dudas sobre las consecuencias jurídicas de utilizar los activos rusos para financiar el esfuerzo militar contra Rusia, también por el riesgo de represalias económicas que podrían afectar a empresas italianas presentes en Rusia. En este punto ha chocado con el canciller alemán Friedrich Merz, uno de los principales defensores de la medida. Dentro del Consejo, según una reconstrucción de Politico, la primera ministra italiana optó por no intervenir directamente, actuando en segundo plano y dejando al primer ministro belga el papel de principal opositor. “Ejerció de kingmaker”, escribió la cabecera bruselense. El compromiso final —un préstamo de 90.000 millones— satisface a Meloni también porque, con toda probabilidad, no requerirá un voto en el Parlamento italiano, evitando así una posible crisis con sus aliados.

El otro frente es el Mercosur. Meloni reivindica haber evitado que Ursula von der Leyen viajara a Brasil para la firma final del acuerdo comercial con varios países sudamericanos. En una conversación telefónica con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que Italia no pretende bloquear el pacto, sino ganar tiempo —quizá un mes— para mejorar el texto y convencer a las asociaciones agrarias, un actor clave de su base política.

En las reuniones a puerta cerrada del Consejo, según fuentes próximas a la presidenta, expresó objeciones de fondo: “si no hay reciprocidad, se perjudica a nuestros productores” y que “repetiríamos con Sudamérica el mismo error cometido con China al dejarla entrar en la Organización Mundial del Comercio sin una verdadera igualdad de reglas”.

Enero, a estas alturas, parece un escenario demasiado optimista.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...