Anne L’Huillier,quinta mujer Nobel de Física; precursora de la ciencia del attosegundo:

“Mis padres me ayudaron a que me ayudara yo sola y lo agradezco”

Tengo 66 años, pero el tiempo que mido y el que pasa son magnitudes diferentes. Nací en París: el sistema francés a cierto nivel es muy exigente. Casada con un sueco. Tenemos dos hijos: uno es ingeniero y el otro músico. Colaboro con CosmoCaixa, donde he intentado que más chicas estudien ciencia e ingeniería. (Foto: Ana Jiménez)

Usted es una de las cinco mujeres Nobel de Física. ¿Por qué no hay más?

Hubo muchas más, pero no se les reconoció su trabajo por ser mujeres y a menudo se apropió de su mérito un varón, porque ellas debían quedarse detrás en el anonimato ayudando. Así que no es cuestión de contarlas, sino de conocer la historia. Y estoy en Barcelona para que haya más científicas

Gracias por venir.

Y esa deficiencia en la ciencia se mantiene a través de los años, porque al haber menos mujeres en esas áreas también hay menos modelos para que las jóvenes las imiten.

¿Está a favor de las cuotas femeninas?

Para empezar, debo ser sincera y decir que tal vez yo misma me haya beneficiado del hecho de que cuando estudiaba en Suecia se favoreciera más a las mujeres para ciertos cargos...

¿Y eso la ayudó? ¿Ayuda a las mujeres?

En cambio, creo que, en general, no debe haber discriminación positiva para las mujeres, porque no es bueno para nosotras. También digo que debemos movilizarnos todos y actuar si observamos discriminación contra alguna mujer competente por ser mujer.

¿La han discriminado alguna vez?

Yo tuve la suerte de tener una familia que amaba la ciencia. Siempre quise ser científica y siempre me apoyaron para que lo fuera.

¿Cómo la apoyaron?

Jamás oí decir a mis padres ni a mi familia algo como: “Bueno, eso de la física o las matemáticas es más para un chico”.

¿Y la ayudaron?

Sobre todo me ayudaron a que me ayudara yo sola. Y lo agradezco.

¿Cómo los padres pueden conseguir ayudar a sus hijos a ayudarse?

Me escucharon siempre y, después de emitir su opinión y darme sus pros y contras, respetaron mis decisiones, incluso cuando podrían parecer insensatas.

¿El sistema educativo también la apoyó?

A cierto nivel el sistema francés es exigente. Si soportas el ritmo de exigencia y sobrevives, está bien, y yo lo logré; pero si no... El sistema sueco, en cambio, en el que también me he formado, es algo menos estricto.

Usted investiga el tiempo: ¿es una prisión que avanza con nosotros dentro?

Soy una científica; no una filósofa, y por tanto, no tengo ninguna revelación que hacerle como persona.

¿Al dedicar su tiempo al tiempo no le pasa de forma diferente al nuestro?

El tiempo del que me habla y el de mi trabajo son órdenes de magnitud diferente y me cuesta conectarlos. Para empezar, porque en mi investigación no medimos el tiempo sino la diferencia entre tiempos. Medimos intervalos o el movimiento en sí.

¿A qué velocidad?

Medimos movimientos de electrones a una velocidad unas 100 veces inferior a la de la luz. Así que no llegamos a lo que se define como régimen de relatividad.

¿De qué sirve medir esa milmillonésima a la milmillonésima por segundo?

Por supuesto sirve para seguir investigando, pero además tiene aplicaciones muy directas en la materia condensada y la industria del chip...

¿Ordenadores cuánticos?

Sí, pero ahora mismo ya en los chips actuales de computación general. Creemos que podrá aplicarse a las próximas generaciones de chips en la industria que ya se fabrican con complejas técnicas ópticas usando luz extrema ultravioleta.

¿Hasta dónde llegará la computación?

No lo sé. Y eso me emociona.

¿Esperaba poder llegar a medir la velocidad de los electrones?

He sido la primera sorprendida por mi propio descubrimiento.

¿Cómo se llega a un descubrimiento?

Cuando investigas, el momento más emocionante es cuando de pronto te das cuenta de que todo encaja...¡De repente! Ese momento es inolvidable.

¿Un gran momento eureka?

No solo uno. Es física experimental, así que tienes experimentos y simulaciones, y más que un solo gran momento eureka, es una revelación aquí y otra allá...Y cada una te lleva a otras preguntas y revelaciones y, sí, de repente ves que encajan...

¿Cuáles son los grandes momentos de su día a día?

Al entrar en el laboratorio. A veces no te sale nada, pero al día siguiente hay algo que funciona sin que esperaras verlo y puedes lograr una buena medición.

Su abuela la despertó de madrugada para ver el Apollo: ¿Despertaría a sus nietos?

Claro. Lo que me fascinó entonces fue que era toda la humanidad la que miraba conmigo, y me temo que hoy la ciencia puede perder esa mirada universal: debemos luchar para conservarla.

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